Cuando el papá de Hinata Hyuga muere, la niña de papá y la querida flor de la sociedad se encuentra sola y sin dinero. Tuvo que despedir al personal de la casa y ahora tiene que vender sus ropas de diseñador para mantenerse a flote.
Ella culpa a un...
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Bueno, esto realmente funciona. Día dos y apenas puedo seguir el ritmo. Después de la primera noche en que Sakura allanó mi armario, una vez que regresé de darle de comer a mi madrastra, me mantuvo despierta toda la noche tomando fotos estratégicas de cada pieza antes de mostrarme cómo subirlas a un sitio web que literalmente tuvo en funcionamiento en menos de dos horas.
Estaba tan cansada cuando ella se compadeció de mí y se fue antes de ordenarme que durmiera un poco. Podría haberle dicho que era inútil, que no había dormido toda la noche desde que papá murió. Esa es la razón de las ojeras debajo de mis ojos, esas que atribuyo a Naruto Uzumaki. Corté mis pensamientos justo ahí. Ese hombre me vuelve loca por más de una razón.
Sorprendentemente, me quedé dormida como un tronco en poco tiempo, me desperté cuando el sol entró a través de las persianas de mi ventana. Estuve acostada allí durante mucho tiempo tratando de orientarme. No es sorprendente que 'él' fuera lo primero en mi mente antes de que se aclarara y lo desterré a las regiones más lejanas de mi psique. Ha sido así durante la última semana más o menos, desde que comencé a hacer el ridículo frente a él todas las noches.
Esté día me levanté de la cama sintiéndome incluso peor que antes de que Sakura me diera esperanza. En algún momento durante esa agitada noche realmente comencé a creer que esta podría ser la respuesta. La forma en que había fijado el precio de mis cosas viejas apenas usadas, si se vendían, generarían cien mil dólares. Ilusiones, lo sé, pero al menos estaba haciendo algo con un propósito en lugar de sentir lástima por mí misma. Ahí yacía la esperanza.
Cuando me desperté ese primer día, supe que solo era una ilusión y que el sueño murió rápidamente, hasta que me obligué a mirar el sitio web. Mi corazón se aceleró cuando vi los avisos y los golpes de esa primera noche y está en la mañana habían desaparecido. Casi la mitad de las cosas habían sido ordenadas. Mi cabeza daba vueltas mientras trataba de darle sentido y llamé a Sakura presa del pánico.
"Hinata, ¿qué estás haciendo despierta? ¿No acabamos de irnos a la cama?" Bostezó en el otro extremo y escuché el crujido de las sábanas cuando se sentó.
"Tienes que venir aquí, la mitad de estas cosas han sido ordenadas. ¿Cómo se supone que debo enviar estas cosas, dónde las voy a llevar…?
"Cálmate, Hinata. Respira... ¿De verdad crees que no he pensado en todo eso ya? Órdene cajas de envío que deberían estar aquí en algún momento de hoy, todo lo que nos queda por hacer es configurar el envío comercial con la oficina de correos, obtener un apartado de correos y listo. Podemos usar la dirección de nuestro viejo departamento de universidad, así no tendrías que usar la tuya."
Sonreí en la línea tan feliz que no sabía que más decir que un simple, "Gracias..."
"Estaré allí una vez que saque mi trasero de esta cama, nos vemos pronto".
Fiel a su palabra, había estado aquí una hora más tarde, ayudándome a clasificar los pedidos y evitando que perdiera la cabeza. Una vez que las cajas llegaron más tarde ese día, me di cuenta de que ella había estado pensando en esto durante mucho más tiempo de lo que creía al principio. Las cajas eran rosadas y elegantes, hasta estaban estampadas con las palabras, Divas de closet en color plata con una mariposa morada al final. Ver todo esto se sintió bonito.
