Cuando el papá de Hinata Hyuga muere, la niña de papá y la querida flor de la sociedad se encuentra sola y sin dinero. Tuvo que despedir al personal de la casa y ahora tiene que vender sus ropas de diseñador para mantenerse a flote.
Ella culpa a un...
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Su tono me hizo mirarlo fijamente. Toda la noche había sentido los cambios de humor en él. Comenzó más o menos cuando el protagonista de la película se acercó a saludar. No me perdí las miradas que me dió, pero como no mostré interés y no le devolví el coqueteo, no pensé que Uzumaki se hubiera dado cuenta. Lo ví más ocupado en una de las aspirantes a actriz, o eso parecía.
No le respondí ya que no estaba segura de su estado de ánimo, así que miré por la ventana en su lugar. Casi podía sentir el calor que salía de él y una rápida mirada de reojo mostró sus puños cerrados sobre sus muslos. De repente me entró calor, y las mariposas echaron a volar en mi vientre, mientras ese lugar prohibido entre mis muslos hormigueaba. ¿Es esto lo que los científicos describen con feromonas? Estaba segura de podía captar algunas vibraciones de macho alfa en este momento.
Por supuesto, el pensamiento tenía otras escenas en mi cabeza. Como Uzumaki derribándome y montándome, pasando sus ásperas manos por todo mi cuerpo acalorado. Su boca... oh cielos. De hecho apreté mis piernas juntas y mi cara ardía cuando el más mínimo sonido escapó de mis labios. Se movió y mis ojos se cruzaron con los suyos.
La mirada en su rostro ahora no estaba molesta; había otra intensa emoción turbulenta en sus ojos. Aun así, no me lo esperaba cuando me arrastró sobre el asiento del coche y prácticamente sobre su regazo. Sus labios estaban duros y calientes cuando descendieron sobre los míos y me olvidé de respirar. Sentí el acero de sus brazos cuando uno me rodeó la espalda y el otro se enterró en mi cabello.
Las horquillas volaron cuando sus dedos pasaron por mis mechones, mientras el beso se volvía más duro, más caliente.
"Abre tu maldita boca". Ni siquiera me di cuenta de que había estado manteniendo la boca apenas abierta. Ante su orden, mis labios se abrieron como una flor y sentí su lengua sobre la mía.
Sus manos se relajaron un poco y los dedos en mi cabello ahora me acariciaban, pero la mano que estaba alrededor de mi espalda todavía tenía un fuerte agarre. Ambas manos de repente se enterraron en mi cabello mientras sostenía mi cabeza en su lugar e hizo las cosas más asombrosas en mi boca. Digo boca porque no solo fue tras mis labios. Su lengua se clavó en mi boca de la forma en que imaginaba que su sexo entraría en el mío.
Mis pezones estaban tan duros que me dolían y ese lugar entre mis muslos... Tan pronto como lo pensé, su mano estaba allí, como si pudiera leer mi mente. O tal vez sintió mi repentina necesidad. O la olió. Mis piernas se abrieron como por voluntad propia y él presionó su palma plana contra mi calor a través de mi ropa interior.
Me froté descaradamente contra esa mano, muriéndome por que apartara el trozo de tela y pusiera su áspera mano sobre mi carne desnuda. Quería sentir sus dedos entrando y saliendo... espera, ¿qué diablos? Nunca había dejado que nadie llegara tan lejos antes, pero parecía que no tenía control con él. Lejos de detenerlo y abofetearlo, casi deseé que me arrojara sobre mi espalda y me tomara.
