Cuando el papá de Hinata Hyuga muere, la niña de papá y la querida flor de la sociedad se encuentra sola y sin dinero. Tuvo que despedir al personal de la casa y ahora tiene que vender sus ropas de diseñador para mantenerse a flote.
Ella culpa a un...
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Esto había ido demasiado lejos y, sin embargo, no lo suficiente. Todavía tenía mi ingenio sobre mí, pero se me estaba escapando. Empujé la uva fría más allá de los pliegues de su coño y observé cómo su carne se cerraba alrededor. Empujando sus piernas hacia atrás hasta que sus pies se plantaron en las almohadas y su coño se abrió para que yo hiciera lo que quisiera, bajé la cabeza y fui en busca de la fruta con mi lengua.
Lo chupé de su centro y lo atrapé con mis dientes, antes de trepar por su cuerpo para compartirlo con ella. Dejé la mitad en su boca y mastiqué la otra antes de alcanzar otra uva. Este lo inserté más profundamente en su apretado coño. Esa estrechez ahora envolvía mis dedos e hizo que mi cabeza diera vueltas con visiones de libertinaje lascivo.
Esta vez jugué con la uva en su coño, empujándola con el dedo hasta que llegó el momento de sacarla con la lengua. Esta vez, cuando se la di de comer, dejé mis labios sobre los suyos, alimentándola con mi lengua antes de llevarla a mi boca, empujando la fruta de su lengua a la mía hasta que aparté mis labios de los de ella. Mientras ella estaba ocupada masticando la fruta, solté mi polla.
Ella jadeó y se tensó cuando sintió la cabeza gruesa y bulbosa de mi polla en la entrada de su coño.
"Relájate, no voy a entrar, pero tengo que sentirte". Su cuerpo se negaba a relajarse, así que la distraje tomando sus labios con los míos y compartiendo otro de esos abrasadores besos.
Ni siquiera se dio cuenta de que estaba moviendo solo la punta desnuda de mi polla dentro y fuera de ella, sin profundizar. Dejé su boca y volví a sus tetas, casi magullándolas en mi necesidad.
"Detente, no te muevas". Había perdido sus inhibiciones, el miedo y ahora se movía debajo de mí, tratando de tener más de mi miembro dentro de ella. Todavía no, no hasta que no hubiera ninguna duda en su mente acerca de mis intenciones.
Apreté los dientes cuando no prestó atención a mi advertencia, y siguió moviendo sus caderas más rápido.
"Bebé, tienes que parar". Apoyé mi frente contra la de ella y luché por respirar. ¿Por qué diablos había comenzado esto? ¿Y dónde diablos estaba mi famoso control? Se apretó contra mí, pobrecita, y tuve que sacarla de su miseria.
Retirando mi polla, volví a darle mi boca, esta vez tomándome mi tiempo y haciéndole el amor a su coño con mis dientes y lengua. Sostuve su trasero en mis manos cuando ella comenzó a temblar. Justo cuando se tranquilizó, me deslicé hacia arriba por su cuerpo y una vez más me presione contra su calidez.
Ella se agitó de nuevo y la follé con la punta de mi polla sin atreverme a ir más adentro. La sensación fue indescriptible, y solo podía imaginar cómo me sentiría cuando finalmente la penetrara. Estaba tan absorto en la mirada de su rostro en medio de la pasión mientras echaba la cabeza hacia atrás y gemía, que me olvidé de retirarme. Sentí el primer chorro salir disparado dentro de ella y estaba tan sorprendido por mi falta de control que me quedé allí, vaciando mi semilla en ella mientras los labios de su coño se abrían y cerraban como una boca alrededor de mi cabeza.
