El zumbido bajo del aire acondicionado era el único sonido en la habitación bien insonorizada. No había bebés llorando o parejas gritando. Todas las luces estaban apagadas y las cortinas cerradas contra el sol de la mañana, permitiendo sólo que entrara la más mínima luz por los bordes de la pesada tela. Dos cuerpos estaban extendidos sobre la cama tamaño king-size.
JungKook gimió suavemente y se dio la vuelta, hundiendo la cabeza debajo de la almohada para ahogar la luz filtrada. Saltó y sacó la cabeza de golpe con un grito de dolor cuando la almohada golpeó el nudo punzante en la parte posterior de su cabeza. Repentinamente alerta, se levantó sobre los codos y miró a su alrededor con pánico, tratando de recordar dónde estaba.
Con los ojos parpadeando para despertarse cuando la cama se bamboleó, SeokJin se incorporó un poco.
—JungKook, está bien —dijo adormilado—. Estamos en el hotel.
—Joder —gimió JungKook mientras su cabeza giraba de manera desagradable. Se puso a cuatro patas y cerró los ojos, luego comenzó a arrastrarse torpemente al borde de la cama.
SeokJin se sentó para observarle. Esperaba que el otro hombre no se cayera por el borde de la cama y se golpeara la cabeza. SeokJin se estremeció ante la idea. Pero JungKook logró salir de la cama limpiamente y fue tambaleándose al cuarto de baño, apenas había llegado cuando vomitó violentamente.
SeokJin suspiró y se frotó la cara. Estaba jodido. Con conmoción cerebral, JungKook podría haber estado vomitando de esa manera. Pero según la experiencia de SeokJin no te pegaba tan de repente. A menos que fueras sensible a las drogas. Mierda. Y SeokJin le había dado mucho. Se levantó y se puso los vaqueros. Esto no iba a ser bonito, podía sentirlo en sus huesos.
JungKook estaba de rodillas sobre los caros azulejos, con la cabeza baja mientras jadeaba en busca de aire. Tan pronto como se movió rápidamente después de despertarse se le había revuelto el estómago y supo que iba a perder la minúscula cena de anoche.
Cuando se desplomó estrepitosamente frente a la taza del baño, supo que probablemente había más en esto que la conmoción cerebral. SeokJin le había dado algo, probablemente algo para que durmiera y así poder irse por su cuenta y hacer Dios sabía qué. La cabeza colgando sobre la taza esta mañana lo confirmaba más o menos. JungKook nunca había soportado muy bien cualquier producto químico. Incluso demasiado Tylenol tenía tendencia a marearle.
Tan pronto como estuvo seguro de que no se caería, se puso de pie y se agarró el mostrador del lavabo, sujetándose a él mientras se mojaba la cara con agua.
En la otra habitación, el rostro de SeokJin era sombrío. Tenían mucho que hacer hoy, incluyendo averiguar quién había intentado matarlos. Otra vez. Decidiendo no esperar, empezó a vestirse. Se puso una camiseta. Deseó brevemente un comienzo menos mierdoso para la mañana, pero supuso que sólo él tenía la culpa. Encogiéndose de hombros para ponerse la funda, la desestimó. Estaba aquí para trabajar, no para ponerse emotivo o mimarse, ya había cruzado la línea con JungKook demasiadas veces.
—¡Tú, cabrón! —gritó JungKook con voz ronca desde el baño.
SeokJin soltó un bufido. Se trataba de lo que había esperado oír. Ligeramente más creativo.
—¿Qué me has dado? —exigió airadamente JungKook. SeokJin frunció los labios.
—Clorhidrato de difenhidramina —respondió él, sacando calcetines y una camisa de manga larga de su bolsa.
—¿Puto Benadryl? ¿Qué demonios, hombre? —preguntó JungKook con voz ronca, incrédulo—. ¿Estabas tratando de ponerme en estado de coma? —preguntó con enojo—. ¿Cuánto me has dado?
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•Cortar&Correr• || JinKookJin
RandomUna historia basada en Jungkook y SeokJin como agentes del FBI Descripción dentro de la historia #Cortar&Correr #Palos&Piedras2 #Pescado&PatatasFritas3 #Dividir&Conquistar4 #Armados&Peligrosos5 #Rayas&Estrellas6 #SituacionCritica7 #Bola&Cadena8 #E...