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SeokJin logró dormir un par de horas antes de que los sueños y las sacudidas le despertaran sobresaltado con un grito ahogado. Se incorporó rápidamente, estirando la mano a por el arma que no estaba allí, mirando a su alrededor con confusión. El hombre en la cama junto a él gimió en respuesta al rebote del colchón y se dejó caer a su lado. Al verlo, SeokJin recordó dónde estaba y porqué, y su corazón empezó a calmarse. Miró a JungKook, aunque no podía ver mucho en la oscuridad. Echó un vistazo al reloj y suspiró. Dos malditas horas. Ahora estaba completamente despierto con pocas posibilidades de dormir más.

Se deslizó hasta apoyarse contra la cabecera de la cama y mirar hacia la oscuridad, tratando de ordenar sus pensamientos. Un día antes, habría agarrado una botella. Ahora... levantó una de rodilla y suspiró.

—Es más difícil volver a dormir cuando estás sentado, idiota —murmuró JungKook dormido sin moverse ni abrir los ojos.

Una sonrisa tiró de los labios de SeokJin.

—No me había dado cuenta, gracias —murmuró, extendiendo la mano para alisar el pelo de JungKook. Era reconfortante tenerlo aquí, aunque SeokJin no lo habría admitido en voz alta. Pero, pensó, ya lo había dicho en cierta forma, ¿verdad?

JungKook le dio un manotazo de mal humor y murmuró de nuevo, lanzando un brazo sobre el regazo de SeokJin mientras se enderezaba a su lado. Descansó la frente contra la cadera de SeokJin y suspiró adormilado. Apoyando la mano sobre el pelo de JungKook otra vez, SeokJin le acarició suavemente mientras dejaba que su cabeza colgara hacia atrás. Si no bebía más, sería difícil dormir por la noche, difícil de desconectar. Probablemente sería un lío peor por la mañana, y JungKook seguro que no iba a tolerar que se tomara pastillas para despertar y permanecer alerta. Hizo una mueca. Debería sacar el bote de la chaqueta antes de que JungKook tuviera razones para encontrarla.

—Vuelve a dormir —murmuró JungKook contra su cadera—. Y dejar de pensar en beber. SeokJin le pinchó el hombro.

—Bastardo —maldijo en voz baja antes de permitirse hundirse. Se quedó quieto y calmado, mirando la sombra oscura del hombre acurrucado contra él. Parecía que no habían pasado suficiente tiempo juntos todos esos meses para haber desarrollado este tipo de comodidad, pero no obstante ahí estaba.

—Vamos —murmuró JungKook mientras levantaba la cabeza y se deslizó hacia atrás, acariciando la cama junto a él.

—JungKook —dijo SeokJin con cansancio. No funcionaría. Tan pronto como volviera a dormir, se despertaría de nuevo. Demasiado tiempo saltando a la mínima. Pero no quería mantener a JungKook despierto así que se tumbó y se puso de lado, frente a él.

—Date la vuelta —ordenó JungKook con voz ronca y somnolienta mientras deslizaba el brazo debajo de la cabeza de SeokJin. Le dio un empujón del hombro por si acaso.

Frunciendo el ceño, SeokJin le permitió empujarlo para que se pusiera de espalda. JungKook le movió hasta que estuvo de lado, de espaldas, y se acurrucó contra él. Envolvió un brazo sobre SeokJin de manera protectora y le acarició el cabello con la nariz con un suspiro.

—Duerme —susurró con dulzura, sabiendo que si SeokJin no lo hacía él tampoco podría. Le resultaba imposible descansar con un cuerpo tenso a su lado.

SeokJin se quedó allí durante un buen rato, sorprendido, pero comenzó a relajarse mientras JungKook le abrazaba. Era... indescriptible. Podía sentir que el sueño le invadía de nuevo y SeokJin esperó poder descansar, para variar.

Tembló ligeramente cuando empezó a quedarse dormido, el calor del cuerpo de JungKook y el sonido de su respiración le tranquilizaron lo suficiente para quedarse dormido, sintiéndose más seguro en los brazos de JungKook de lo que se había sentido en mucho tiempo.

•Cortar&Correr• || JinKookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora