Un club clandestino por no decir de mala muerte, no suena como el mejor escenario para encontrar el romance.
Quizá era el lugar adecuado para pasar un buen rato, desconectarte de todas las cargas laborales y frustraciones que ser un adulto conlleva...
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2016/01/18.
Hongdae, Seúl / Corea del Sur.
La fría noche que abrazaba a la ciudad de Seúl era despejada y con una rebosante luna llena en su máximo esplendor, cerca de las 11:00 p.m. Jeon JungKook partía rumbo a su hogar, luego de una exhaustiva tarde-noche de ensayos en la academia de baile, esa a la que solía asistir con la aspiración a convertirse en el profesional que tanto había soñado desde siempre.
Mientras recorría sin prisa las solitarias calles del barrio que le había visto crecer, con sus auriculares colocados, solo divagaba en sus pensamientos; nada importante en realidad solo pensando en cosas por hacer al día siguiente en su trabajo, pero un escándalo protagonizado por patrullas, torretas y sirenas provocaba disturbio a unos cuantos metros de donde se encontraba, robando así su atención y como el chico curioso que era se atrevió a seguir andando a un paso moderado y prudente.
¡Pero vaya, no piensen mal!,no solía ser chismoso o alguien entrometido en situaciones que no le concernían, simplemente toda la bulla que estaba sucediendo, justo era en la intersección que le llevaba a su morada.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca pudo darse cuenta de que lo que se llevaba a cabo era un arresto. Un arresto que, aunque ya era de esperarse podría suceder en algún momento, debido a la persona que se trataba. Aun así, se le helo la sangre y una sensación indescriptible al presenciar tal escena, surgió de manera esporádica desde lo más profundo de sus entrañas esparciéndose con rapidez en todo su ser. ¿Quién no se sentiría así después de ver a su padre empotrado contra una patrulla siendo esposado y arremetido por las autoridades?
Saliendo del trance en el que se encontraba, con apresuró llego a donde el hombre quien había sido su modelo a seguir y le había dado los mejores consejos de vida; todo en un intento desesperado por evitar que las autoridades se lo llevaran.
—¡SUÉLTENLO POR FAVOR! E-EL ES MI PADRE, NO LE HAGAN ESTO—. Gritaba el azabache manteniéndose con un firme agarre al Sr. Jeon.
—Joven por favor no intervenga y déjenos proceder como la ley lo establece—. El oficial hablo e intento separar al joven se su padre forzosamente.
—¡No oficial, usted no entiende!, él... él es mi padre, es inocente, solo ha sido una víctima más de esas malas personas.
Lagrimas caían incesantes a través de las mejillas del menor; ¿Cómo era posible que esto estuviese pasando? Su papá había sido muy cauteloso en todo momento, él lo sabía mejor que nadie, su discreción era tal durante las últimas semanas, al grado que ni él sabía en qué momento salía de casa y estaba de regreso, todo para completar la tarea encomendada a causa de esa estúpida deuda. ¿Quién pudo ser capaz de ponerle el dedo y joderles la vida de esa manera a él y su familia entera?
—Si es inocente eso se confirmará de acuerdo con los procesos estipulados cuando un ciudadano infringe las leyes; por lo pronto déjenos proceder joven, no interfiera en las actividades de la autoridad o la situación podría empeorar incluso para usted—. Con ojos llorosos, y limpiando las lágrimas con las mangas de su buzo, Jungkook presto atención al clamar de su padre.
