Un club clandestino por no decir de mala muerte, no suena como el mejor escenario para encontrar el romance.
Quizá era el lugar adecuado para pasar un buen rato, desconectarte de todas las cargas laborales y frustraciones que ser un adulto conlleva...
Antesque todo, quiero dejar en claro que la historia tiene varios saltos de tiempo,hay que prestar mucha atención a ellos, por eso es que se especifica la fecha,quizá esto resulta un poco tedioso, pero una vez le agarren el ritmo créanmeque no es difícil, lo especifico más que nada, porque como ejemplo esta esté capituloy el anterior. Si se dieron cuenta, en el capitulo pasado inicia con una fechay cuando pasa a la siguiente escena donde aparece Taehyung, se regresa dos díasy en este capitulo, vuelve a recapitularse la escena de JungKook en el mismodía del cap. pasado, pero no se mortifiquen ni cuestionen el porqué de esto,sigan la lectura y si tienen alguna duda, con toda la confianza comenten opregúntenme por interno va. Conforme avance la historia, estos saltos de tiempovan a ir cambiando hasta el punto que desaparezcan una vez que los dosprotagonistas se sitúen en el mismo espacio-tiempo.
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2016/02/10
Changcheon-dong Seoul, Corea del sur
—¿JungKook? —Dice Farah una vez que logra reconocer la silueta que le daba la espalada junto a la entrada del Vortex y cuando escucha que le hablan se gira dándole a la mujer la certeza de quien es—. ¿Qué haces aquí tan temprano niño?
El azabache se aclara la garganta antes de comenzar a hablar.
—Yo... y-yo bueno ¿Quise madrugar? —explica dejando ver una sonrisa cómplice esperando que Farah le compre el cuento.
—Aja, si claro... —La morena le da una mirada de pies cabeza y termina virando los ojos mientras rebusca dentro de su bolsa las llaves del bar.
—No miento noona, quería estar aquí puntual.
—JungKook, te creería si fuese una hora antes de la apertura del lugar, pero faltan cuatro. —Abre la puerta y lo invita a pasar primero, para después seguirle y volver a cerrar.
—Wow... ¿Enserio vine con tantas horas de antelación? —el tono de sorpresa empleado por el menor es evidentemente fingido, por ello Farah lo encara con una ceja elevada y cruzando los brazos a nivel de su pecho.
—JungKook... —advierte con determinación.
El azabache entiende que no está dispuesta a tragarse el cuento y no le queda de otra más que ser honesto e ir al grano. De poco a poco se comenzaba a dar cuenta que la chica no era la persona más paciente del mundo. No tenía caso provocarla.
—Bien... es solo que, me da un poco de pena hacerte una petición de este tipo noona.
—Y si no me dices de que va, menos puedo ayudarte. —Alega mientras toma un par de botellas que estaban en una de las mesas y las deja en la barra, misma en la que se recarga para ver al azabache.
—Noona, sé que soy nuevo y quizá no sea correcto tomarme el atrevimiento de pedirte algo como esto, pero realmente ya no puedo reprimírmelo por más tiempo. —El menor se acerca con sigilo a la morena y toma sus manos con delicadeza prosiguiendo a acariciarlas, le da la mirada más suspicaz que tiene, buscando con ello crear un efecto de compasión en Farah.
