Un club clandestino por no decir de mala muerte, no suena como el mejor escenario para encontrar el romance.
Quizá era el lugar adecuado para pasar un buen rato, desconectarte de todas las cargas laborales y frustraciones que ser un adulto conlleva...
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Las oportunidades de una vida llena de lujos, o por lo menos económicamente estable no eran algo que Jeon JungKook pudiese brindarse, y menos con el importantísimo y destacable hecho que era el pilar económico en un hogar fragmentado. Una hermana enferma y una madre sumida en una severa depresión, resultaban ser ese factor tan importante para verse metido en un estilo de vida poco convencional que no cualquiera se atrevería llevar con naturalidad, no con la que él la llevaba a cabo desde que cumplió los 20 años.
Si bien al comienzo se vio dubitativo, la severa situación familiar en la que se veía envuelto, lo había orillado a elegir un camino, del que ahora, aunque no estaba del todo orgulloso, no pensaba abandonar.
No era que lo disfrutara, ¿Quién podría disfrutar vender caricias todas las noches por una baba de dinero? Probablemente había quienes sí; y no les juzgaba. Aunque él estaba seguro de que no entraba en ese margen de personas; continuaría ahí, eso era lo que pagaba las cuentas médicas a los tratamientos de las dos mujeres que más amaba en la vida, los gastos básicos de un hogar y lo más importante no les dejaba morir de hambre.
Por otro lado, estaba Kim TaeHyung, catalogado como un gánster codicioso, y nuevo dueño del Umbral.
Alguien rodeado de todo tipo de lujos, hombres y mujeres a su disposición, un hombre hambriento del mundo y los placeres que este ofrecía, que estaba poco acostumbrado a recibir una negativa cuando algo se le antojaba.
Pero no había que malinterpretarle, tampoco lo había tenido fácil para llegar hasta donde el día de hoy se encontraba, ¿Cómo negarse en aprovechar hoy, lo nunca había tenido y siempre había querido?
Dos mundos completamente opuestos, pero a la vez muy parecidos, que por azares del destino se cruzaron en la misma línea de tiempo. Ambos en cierto modo coincidían también en vivir con lo que la vida les había puesto sobre la mesa, pero el ambiente hostil y lleno de violencia, no era de gran ayuda para tener una convivencia amable y mucho menos llevadera.
Uno con una personalidad reacia acostumbrado a obtener lo que siempre quería y el otro que, aunque sin altas expectativas de un futuro y vida prometedores, no se permitía que le sometieran por nada.
Esta es la historia de dos personas que; aunque se encontraban "Tras el mismo Umbral", no era bajo las mismas condiciones... Steff♡.
