11-. NUEVA ADQUISICIÓN.

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Después de terminar de tomarle las medidas y haberle hecho unas cuantas preguntas más de carente relevancia, Farah le pidió a JungKook que se presentase al día siguiente dos horas antes de dar apertura al lugar, para así checar que el "uniforme" l...

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Después de terminar de tomarle las medidas y haberle hecho unas cuantas preguntas más de carente relevancia, Farah le pidió a JungKook que se presentase al día siguiente dos horas antes de dar apertura al lugar, para así checar que el "uniforme" le quedara perfecto y también para arreglarlo desde maquillaje hasta su peinado. Cosa que a la perspectiva del azabache parecía algo ostentosa, pues es vale recalcar que el nuevo trabajo de JungKook consta en ser un mesero como cualquier otro, más no opino nada al respecto, pues no estaba en posición de poner trabas o presentar quejas. Necesitaba el trabajo y el dinero cuanto antes, aun si lo que este conllevaba no era de su total agrado.

Pero bueno ningún trabajo es perfecto. Además ¿Qué tan exótico podría resultar el vestuario y el arreglo a su imagen?

—¿Se supone que esto es lo que tengo que vestir? —observa atónito las prendas que le han sido entregadas por la morena cuando esta ha terminado de moldearle el cabello.

Bueno, tenía una fútil idea de que la vestimenta seria llamativa, pero esto estaba por encima de su concepción. Sí, eran prendas distintivas, pero con la leve excepción de que lleva menos ropa de lo que habitualmente un mesero lo haría. El conjunto consta de un pantalón negro de cuero, pero demasiado entallado para su gusto y un chaleco sin camisa debajo que dejara a la vista sus bien trabajados hombros y brazos y que además es adornado por un corsé también de vinil que se encargara de la atildada tarea de acentuar aún más su cintura, todo lo anterior en acervo obsequia una sofisticada imagen de ensueño en él azabache.

—En efecto cariño, ese será tu uniforme para todos los días viernes, sábado y domingo. De martes a jueves es algo menos llamativo, pero te lo daremos después.

—Esto es...es muy exótico para mí que soy solo un mesero ¿No crees noona? ¿Puedo llamarle así? Jae dijo que podía...

—Sí, JungKook, puedes llamarme así, me agrada más que el que me llames señora. —dice a modo de una burla inquisitiva.

El azabache por más que quiere aceptarlo, le cuesta. Vamos, JungKook siempre fue de ocultarse debajo de prendas over-size y de un de repente lo estaban haciendo exponer sus inseguridades ante el escrutinio de la sociedad murmuradora. Las manos le sudaban, su pierna inquieta que no paraba de brincar y su labio inferior siendo inconscientemente mordisqueado eran evidencia suficiente de lo nervioso que estaba.

—Tranquilízate quieres, nadie aquí te va a juzgar— ella lo tomo por los hombros, en un intento de darle la confianza que le hace falta. —Eres demasiado bonito para que eso suceda, y si alguien llegase a ofenderte o incomodarte solo debes de buscarme y yo me encargo.

—Es que yo...— puchereo levemente y busco el contacto visual a través del reflejo en el espejo con Farah.

—JungKook, entiendo que todo esto es demasiado para ti, no estás acostumbrado a dejarte ver, pero son meras políticas del lugar y yo solo sigo órdenes del jefe, sí él dice que los empleados se visten de una manera así se tiene que hacer.

Tras el Umbral •«¿TAEKOOK||KOOKTAE?»•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora