¡Buenas! ¡Finalmente doy por comenzada la historia! nwn
No puedo creer que ya tiene 50 vistas y aún ni comienza XD
Como sea, aviso que este capítulo será algo corto, espero que no les moleste. Podría hacer los capítulos más largos en el futuro, pero quisiera saber en los comentarios qué prefieren, ¿capítulos largos o cortos?
Sin más que decir, disfruten su lectura nwn
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Era una noche tranquila como siempre, las estrellas cautivando el cielo con su belleza, y ningún sonido más que el del viento resoplando con calma y gentileza, acariciando con suavidad cualquier cosa que tenía la dicha de tocar. Una noche aburrida para algunos, pero perfecta para aquellos que supieran apreciarla y dejarse llevar por el mar de tranquilidad que solo esas horas de la madrugada podían proporcionar.
En esa noche tan hermosa, solo una cosa podía romper la tranquilidad que parecía infinita, o en este caso dos cosas, un par de gemelos que se encontraban camuflados en la familiar oscuridad que aquellos callejones les brindaban cada que cometían aquellos delitos por los que se volvieron tan famosos.
Para muchos aquél día ya había terminado desde hace unas cuantas horas, pero para los gemelos, recién era su momento de actuar.
Cerca de las dos de la madrugada, aprovechando que la mayoría se encontraba durmiendo, aquellos ladrones comenzaron lo que mejor saben hacer.
Con gran sigilo fueron entrando a las casas de los ingenuos habitantes del pueblo, cualquier cosa de valor fue desapareciendo una a una sin dejar rastro. Era imposible que aquellos intrépidos chicos fallaran, después de todo dedicaron su vida al crimen.
Sus robos eran rápidos y exitosos, ambos trabajaban como uno solo, no necesitaban palabras entre sí, tan solo con pequeñas señas entendían perfectamente lo que el otro pensaba y se ponían manos a la obra. Por separado eran buenos, pero unidos eran imparables.
La madrugada siguió avanzando, lamentablemente al día siguiente muchos despertarían solo para darse cuenta que todas sus cosas de valor habían desaparecido.
Para cuando el reloj se encontraba marcando casi las cuatro de la madrugada, los gemelos ya habían dado por terminada su jornada. Salieron de la última casa que saquearon, asegurando bien las cosas que cargaban en aquellos sacos, y con el mismo sigilo que los caracterizaba se pusieron rumbo al sitio que llamaban hogar.
Dos grandes sonrisas surcaban sus rostros, mientras sus ojos brillaban con un aura de malicia. Y no era para menos, después de todo en tan solo unas horas habían logrado saquear prácticamente todas las casas de aquél pueblo, a excepción de dos lugares que conocían perfectamente bien y preferían evitar a toda costa.
Tras unos minutos avanzando camuflados en la oscuridad como si no fueran más que simples sombras arrastradas por el viento, finalmente llegaron a las afueras de Happy Tree Town, donde yacía oculta una pequeña casa que definitivamente no hacía justicia a la cantidad de riqueza que aquellos avaros poseían.
