[ Época de la Emoción . . . ]

[07] Renovaciones II

No habían pasado demasiadas horas para ver los resultados de estas renovaciones de las habitaciones. Los alumnos venían con entusiasmo después de sus clases, ahora valía el momento para saber qué cambió. El centenar estaba subiendo al Piso 14, con un sinfín de ideas e impresiones deductivas de lo que verán, y así fue, la entrada del Piso 14 ya tuvo sus mejorías, el pasillo más amplio con mosaicos de cuarzo hidrofóbicos, paredes de tonos más neutros que daban una sensación de libertad. La altura seguía siendo la misma, pero ese toque de colores le dio ese detalle abierto a nivel psicológico. La visión se movió hacia las puertas, que tenían un diseño extravagante y brilloso, de madera y metal blindados como principales materiales, junto a un símbolo que ellos eligieron como "su escudo", parecido a los conceptos que encuentras en los escudos de los países. La mezcla de colores varía de cada habitación y las perillas eran plateadas con un patrón prehispánico y al lado de la puerta se apreciaba un sensor exageradamente moderno, probablemente para la tarjeta de estudiante que se les dio en el primer día. Con el análisis confirmado, una voz sale atrás del grupo.

— ¿Qué están esperando? Parece que prefieren analizar de lejos. —

Una voz femenina adulta, usando palabras más entendibles para los auriculares traductores, sí, era la directora. Ella mostraba un fruncido en su ceja por lo que ha mencionado.

— Bueno, analizar de antemano también tiene sus beneficios, ¿no? Pero yo les recomiendo que conozcan sus habitaciones, seguro les encantará. El fundador dio la última revisión, así que... Vayan vayan. —

Su risa después del comentario sonó curiosa, pero fue la señal para ver el lado más... infantil del grupo, llenos de curiosidad para conocer los verdaderos objetivos de RDS, la cual confirmarán uno en estos momentos.

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Estaba una chica de cabellos anaranjados subiendo al nuevo Piso 17, ya que su número de lista es el 44. En la lista que había dejado hubo muchas que podrían haber sido difíciles de desarrollar con creatividad, pero ella confiaba a los magos y semihumanos que hicieron las renovaciones. Al llegar a su piso revisa su número de lista, y logró ver la preciada puerta, ahí marcaba en la parte de arriba su nombre "Keusaychay Kommasith". Los detalles eran relacionadas a los grupos étnicos que residen en Laos, su tierra natal. En cuanto a los colores, recurrían a sus favoritos como el azul claro, morado, rosado y el característico anaranjado, todo en una nebulosa que ella podía interactuar. Si ella tocaba la puerta, la nebulosa seguía el rastro de su mano, un método interactivo genial. No quería entretenerse más e insertó su tarjeta en el sensor, la puerta abría con moderación y el asombro de la chica aumentó.

— ¡Güau! ¿Esto tiene alfombra? ¡Aparte brilla sin ser tan cegador! —

La alfombra que cubría todo el suelo de su habitación era de un tono azul oscuro, con algunos brillos plateados y al tocarlo no era áspero, como si fuera cordero. El techo tenía ilustraciones de un proyector escondido, eran granos de café más algunas estrellas de 5 puntas, todo en un verde fluorescente.

— ¿Mmh? —

Su vista cambió a su escritorio, tenía un tipo de madera que reconoció en segundos.

— ¿Acaso esto es teca? Pero... ¿Por qué un escritorio de teca? Allá en Laos no suele usarse para eso... aunque es agradable el tacto y resiste muy bien. Hasta el diseño combina. —

La teca es famosa por su alta resistencia y durabilidad. Se hace más bella con el paso de los años y tiene la capacidad de no dañarse cuando entra en contacto con metales. Presenta una gran estabilidad en ambientes cambiantes, no se agrieta ni se pudre, y resiste a la acción de los hongos y algunos ácidos. Lo más visible al lado del escritorio era un soporte con una cafetera, un detalle de oro.