CAPÍTULO SIETE

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Hyunjin apareció en un oscuro cuarto lleno de encendido incienso. En el centro había una sola luz enfocada en un joven, casi desnudo, hombre japonés quien se sentaba con las piernas cruzadas y sus brazos entrelazados frente a él. Vistiendo solamente bandas de tela atadas alrededor de su cintura y su entrepierna, él pasaría por humano salvo que sus orejas eran peludas orejas de zorro rodeadas por un vello blanco a lo largo del cuello, y la sombra que proyectaba tenía muchas colas.

Cazador Comandante Minho. Asesino.

Porta cartas, miembro del equipo de rudos de Hueningkai, los Argonautas.

Hyunjin dejó de respirar y se sumergió en las sombras. Él no quería que se conociera su presencia. Esta era la mente de Minho y Hyunjin era un intruso aquí.

Minho olisqueó el aire y sus ojos se abrieron lentamente; orbes marrones con largos tajos del centro abajo.

—¿Quién está ahí?

Hyunjin frunció el ceño. Minho había envenenado a Felix así que estaba lo suficientemente débil como para que Hueningkai lo matara. Era simplemente tan culpable en su muerte, y mientras más observaba al kitsune, más enojado se ponía. Se desplazó hacia la luz adelante. Minho subió y dagas aparecieron en sus manos.

—Hyunjin...— jadeó—. ¿Cómo...? —se detuvo, entonces cambió su pregunta—. ¿Qué estás haciendo aquí?

Hyunjin respondió mostrando sus dientes. Minho se alejó un paso de él.

—Deberías irte. Ahora.

—Lo envenenaste— replicó Hyunjin y se lanzó a sí mismo hacia Minho. Minho se apartó dando volteretas, apenas esquivando el ataque.

— ¡Hyunjin! Detente, por favor. Esto solo acabará muy mal para ti.

Hyunjin giró alrededor y trató de presionar poder en su velocidad, pero no funcionó. Esto no era el mundo real; ninguna de las reglas era igual. De nuevo, Minho esquivó su trayectoria, su daga cortando la parte superior del antebrazo de Hyunjin, justo sobre el grillo.

Hyunjin rugió y golpeó con fuerza con sus garras a Minho. El asesino evadió cada ataque, girando a su alrededor sin esfuerzo.

Minho se alejó y sacó sus dagas. Serpenteantes sombras oscuras se movieron detrás de él. Se retorcían y giraban, formando tentáculos que avanzaban hacia Hyunjin. Él golpeo al más cercano. Se sintió real por un momento, luego se disolvió en humo. Un segundo tentáculo sombrío lo sujetó por la cintura, jalándolo hacia abajo.

Hyunjin atacó ese también, pero fue seguido por otro y otro. Minho tenía sus ojos cerrados, controlando los constructos ilusorios.

Si Minho podía controlar esta mierda, tal vez él también podría.

Un tentáculo lo enroscó por el torso y comenzó a estrujar. Hyunjin se concentró en él, disponiéndolo a liberarlo. Otro le envolvió el cuello y un tercero alrededor de sus piernas. Cerró sus ojos y se concentró. Era una cosa sutil, cada uno de los constructos eran parte de Minho, de su mente, de su voluntad. Luchar contra ellos se sentía igual que cuando obligaba a una criatura.

El tentáculo alrededor de su torso lo liberó. Los ojos de Minho instantáneamente se abrieron.

—No.

Hyunjin sonrió, entonces tomó control de los otros tentáculos. Estos se giraron hacia Minho, asiéndolo.

El kitsune trató de huir, regresar al mundo consciente, pero Hyunjin no lo dejaría ir. Un chillido agudo escapó de la boca de Minho mientras las tortuosas extremidades lo rodeaban. Furiosamente trató de cortarlas, pero cada vez que él lograba abatir una, dos sombras más las remplazaban.

Broken (Beautiful Monster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora