CAPÍTULO SEIS

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Ver a Lady Changbin parada en estado de shock causó un choque torrencial de emociones en Hyunjin. Humillación y remordimiento lo inundaron.

Ella siempre había sido tan amable con él. Era la súcubo que lo había ayudado a través de su parcial transformación y le había enseñado cómo ser un íncubo. Y después, había usado su considerable influencia para tratar que los otros lo aceptaran. Incluso si las cosas no habían funcionado al final, él le debía más de lo que alguna vez podría pagar. La última cosa que quería era verla asustada, o que lo viera en un estado tan lastimoso... especialmente cuando ella era una visión de la perfección.

Su cabello era como el fuego: rojo y vibrante. Sus gruesos rizos caían en cascada por su espalda. Su labial del mismo color, contrastaba con su pálida piel. El corto vestido de color champán que usaba, mostraba cada curva salaz.

Era hermosa y por aparte de toda la mierda por la que había pasado. Muy dentro de él, sabía que la imagen de ella era retorcida. Era una súcubo al final de cuentas, experta en el arte de la manipulación, pero ella siempre había sido honesta con Hyunjin. Al menos eso creía.

Sus intensos ojos verdes se precipitaron entre los tres hombres antes de que, finalmente, se posaran en Seungmin. Forzó a su cuerpo a formar una reverencia.

—Su Majestad.

—Regresaste antes —dijo, su voz moderada y rostro imperturbable. Se levantó y sus ojos se fijaron en Hyunjin.

—¿Qué le están haciendo? —Su voz sonaba tensa, tratando de retener la ira y fallando en el intento. Hyunjin deseó no estar encadenado a la pared de metal. Deseaba poder ir con ella y decirle que todo estaba bien.

Hueningkai cruzó la habitación, se quitó su guantelete y apoyó su mano descubierta en su hombro.

—Creo que está bastante claro lo que estamos haciendo, mi lady —se inclinó y bajó su voz—. Y usted debería cuidarse esta noche. Está de mal humor.

Hyunjin volvió a mirar a Seungmin, quien no reaccionó a lo que Hueningkai dijo, aunque claramente lo había escuchado... y le extrañó a Hyunjin que tampoco estuvieran sacando a Changbin de la habitación.

Changbin retiró su hombro de la mano de Hueningkai. Caminó hacia delante, sus tobillos resonando en el suelo de madera y se detuvo frente a Seungmin. Su rostro enrojeció con furia, la cual, ya no estaba tratando de ocultar mientras lo miraba.

Seungmin deslizó la jeringa aún llena dentro de su túnica y luego levantó su brazo, tirando de su manga suelta para mostrarle su muñeca a ella. Ella negó con la cabeza y retrocedió de él.

Su rostro se contrajo, los labios tirando hacia abajo en un ceño fruncido. Hyunjin no estaba seguro de lo que había sucedido entre ellos, pero era claro que algo había pasado.

Seungmin bajó su brazo y volvió su atención de regreso a Hyunjin. La furia de Changbin perfumó el aire y la propia ira de Seungmin se le unió. Geeeenial. Hyunjin en verdad quería que el hombre que lo estaba torturando estuviera incluso más enfadado.

—Subestimé cuánto te preocupabas por él —dijo Seungmin, sus ojos se fijaron en Hyunjin como una pantera a punto de saltar sobre su presa.

Changbin asintió lentamente.

—Todos los íncubos me importan, los ayudo a pasar por sus transformaciones, Didi —Hyunjin se preguntó qué significaba "Didi", sonaba como un sobrenombre cariñoso—. Lo has tenido por casi diez meses. ¿Por qué le sigues haciendo esto a él?

Seungmin no respondió pero Hueningkai dio un paso adelante y lo hizo.

—¿Vio el metraje de la Mascarada del Solsticio? ¿Lo que él hizo? ¿En lo que se convirtió?

Broken (Beautiful Monster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora