CAPÍTULO DIEZ

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El Gran Rey sacudió el agua de su mano y se quitó su ahora húmeda bata de baño.

¿Cuánto tiempo el Rey había estado aquí? Hyunjin no había podido sentirlo. La temperatura de la cálida habitación no había descendido notablemente, él no podía oler ningún jazmín, o incluso oír los latidos de su corazón. No podía escuchar los latidos de Hyo y Hwa tampoco. Todos sus sentidos estaban flojos.

...El gel de baño... debía tener algo que lo atontó.

Dio un vistazo sobre su hombre a los gemelos, que seguían en el agua, luciendo bastante orgullosos de ellos mismos.

Hyunjin estaba medio tentado de correr hacia ello y estampar sus cabezas contra los azulejos. Así no serían tan arrogantes.

—¿Rompió alguna regla? —Seungmin preguntó.

Primero, Hyunjin pensó que se estaba dirigiendo a los gemelos, pero Hueningkai apareció de la nada, los brazos cruzados, apoyado sobre una columna.

Jodidos cazadores y su habilidad de mierda de hacerse invisibles para los vampiros. Hueningkai había estado ahí probablemente todo el jodido tiempo.

—Excepto por hablar cuando no se lo ordenaron, se comportó. Estaba seguro de que iba a venir sin permiso, pero —Hueningkai sacudió su mano, señalando el lugar mojado donde estaba la bata de Seungmin.

—Mírame, mascota —Hyunjin levantó la cabeza y Seungmin sujetó su barbilla—

. Hablar sin que te den la orden es un privilegio que no te has ganado aún. No lo vuelvas a hacer.

Hyunjin no dijo nada, inseguro de si Seungmin esperaba una respuesta o no. Finalmente se encontró a sí mismo un poco optimista de que tal vez un día el sería capaz de hablar a otros. Entonces se dio cuenta que estaba esperando a que le permitan hablar sin permiso, lo cual era una mierda deprimente.

—Denle una picadura de veneno. Tal vez aquello le ayude a recordar las reglas cuando esté tentado a hablar sin una orden.

Hyunjin no tenía una pista de lo que una picadura de veneno era, pero era probable que fuese horrible y le haría suplicar.

—¿Esta noche? Soobin tiene el resto de la tarde libre y creo que salió a beber.

Podría tener que arrastrarlo de un bar —dijo Hueningkai.

Ah, otro piercing. Hyunjin esperaba que esta vez fuese en su lengua y no en sus bolas, o sus labios o cualquier otra parte, pero especialmente no en su pene otra vez.

Seungmin soltó su barbilla.

—Sí.

—Estaré de vuelta — dijo Hueningkai y se teletransportó.

Seungmin le dio a Hyunjin una señal de mano para que se levanté. Lo hizo, pero mantuvo la mirada baja y sus hombros encorvados. Realmente esperó no ser castigado por el empujón. El Gran Rey lo asustaba. De lo poco que había visto, era claro que sus poderes estaban fuera de límites, pero Hyunjin no tenía idea de que realmente era capaz de hacer, y junto con las advertencias de Minho, eso lo aterrorizaba.

Detrás de él, Hyunjin oyó a Hyo y Hwa dejar la piscina.

—Podrías tomarlos, mascota —dijo Seungmin, señalado a los gemelos. Hyunjin se volvió y los observó. Sus ojos flameando con deseo.

—Uh, eso es... lindo de su parte... realmente no los quiero, Maestro.

Seungmin presionó su mano en el abdomen de Hyunjin, escaneándolo.

—Estás hambriento —entonces dejó a su mano deambular hacia abajo, rozando el pene de Hyunjin. Oh Dios, su toque era eléctrico, disparando a su medio duro pene por atención completa—, en más de una forma.

Broken (Beautiful Monster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora