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TaeHyung no podía creer lo que acababa de suceder.

Estaba perplejo. Hace un momento estaba jugando con JungKook como si entre ellos no hubiera sucedido nada nunca, y ahora se había marchado bravo, cuando debería ser él quien se sintiera así.

Pero bueno, dejando esos pensamientos de lado, se apresuró a pagar y poder descansar tranquilamente luego de un ajetreado día en la universidad.

Caminaba tranquilamente hasta que su teléfono sonó. Revisando quién era, sus ojos no pudieron brillar más al ver que era su mamá, Yeji.

—¡Mamá!—exclamó contento.

—Hola, mi niño ¿Cómo estás?

—Muy bien mami ¿y tú? ¿Cómo están por allá?

—Estoy bien —dijo y antes de decir lo siguiente soltó un suspiro —Nosotros estamos bien, pero Ryujin está insportable. Comenzó la escuela y no quiere ir.

—Ah, ella siempre fue así. Voy a tener que hablar con ella. ¿Está despierta?

—No Tae, ella salió a una fiesta.

—Pero quieres que aprenda y la dejas salir a todos los lados que ella quiera—dijo frustrado —Yo siempre no voy a estar para corregirla, deberías de darte a respetar con ella, mamá.

—Lo sé, Tae. Pero después de lo que pasó...

—Mamá, ya eso pasó. Es cierto que nos marcará para siempre, pero no por eso ella puede hacer todo lo que quiera y si sigues con ese pensamiento ella continuará así. Yo mañana voy a hablar con ella, pero tú también tienes que poner de tu parte mamá.

—Está bien, Tae. Disculpa que te moleste con mis problemas para criar a tu hermana.

—No mamá, no tienes que disculparte. Yo estoy aquí para lo que necesites, solamente quiero que veas que ya no es una niña.

—Oh, acaba de llegar. Le digo que mañana tú la llamas. Cuídate mi niño.

—Tú también mamá. Mándale saludos a papá.

—Está bien, yo le digo.

TaeHyung sabía que al momento de él irse, todo se volvería un caos.

Y quizás pareciera mentira que unos padres no puedan controlar a su hija, pero su familia había pasado por mucho.

Cuando Yeji estaba embarazada, eran mellizos, Ryujin y otro bebé. Lo que no se esperaban era que estuviera muerto ese otro bebé en su barriga.

Ella iba mensual a sus controles y nunca lo detectaron, hasta el momento del parto.

Pero eso no fue todo, Ryujin tuvo que ser sometida a varias operaciones por malformaciones congénitas en el corazón.

Su vida la desarrolló normal luego de eso, con un poco más de cuidado pero podía disfrutar como una niña cualquiera.

Hasta que llegó a la adolescencia, que comenzó a salir más, no hacía caso, se fugaba de la escuela, y ocurrió algo indeseado.

Tuvo que ser sometida nuevamente a una cirugía, pues el estrés que tuvo puso en riesgo su corazón.

A partir de ese momento, cada vez que quería algo ponía a su enfermedad como justificación, y sus padres con tal de que no sucediera nada la dejaban hacer su voluntad.

Pero TaeHyung no, él siempre le ponía límites que ella debía de cumplir y los cumplía. Ellos tenían buena relación como hermanos, pero a veces TaeHyung parecía su padre.

Con otro suspiro más, TaeHyung llegó a su apartamento, y se dedicó a guardar las cosas que había comprado y a prepararse una rica comida, para luego acostarse y descansar por fin.

Cuando JungKook llegó a su casa, soltó las llaves de la moto en la mesita que tenía en la sala y se dirigió a la cocina.

Mientras iba cocinando, cantaba a la par de la música que puso para relajarse un poco.

Desde que comenzó a vivir solo, se sentía en paz. Totalmente distinto a estar a toda hora escuchando discusiones de sus padres y que al final no lleguen a nada, porque ellos seguirían fingiendo ser felices.

Terminó de preparar su comida y se sentó a la mesa a comer mientras revisaba su teléfono.

Cuando vio unos mensajes de su mamá.

ShinMe: Necesito que me llames cuando puedas.

Con un suspiro buscó el contacto y pulso en el botón de llamada, colocándolo en altavoz.

—Hijo, ¿cómo estás? —se escuchó del otro lado de la línea.

—Bien ¿Y tú?

—Bien, oye te escribí porque necesito que mañana estés en la casa para la cena.

—¿Por qué? —dijo frunciendo el ceño, no le agradaba para nada eso.

—Tus abuelos vendrán y quieren cena en familia. Sabes que tu abuelo todavía no me deja la dirección de la empresa, pero yo creo que sí ve que estamos bien, me la puede dejar.

—Ah, ya. Me necesitan para seguir fingiendo ser la familia feliz ¿no? —soltó una risa vacía.

—No es como crees, nosotros estamos conviviendo mejor.

—Ok, mañana paso por allí antes de las 7.

—Gracias hijo —escuchó que su madre decía y al momento el tono que le indicaba que la llamada había finalizado.

Así era cada vez que lo llamaban, era solamente para sus intereses.

Con un suspiro JungKook se levantó de la mesa y se dispuso a limpiar todo lo que había utilizado, viendo que todavía era temprano, escogió una película para entretenerse en algo y luego fue a dormir.

[×]
Buenas buenas, aquí está el capítulo de la semana, espero que les guste.

Por cierto, tengo otro fic en emisión también, que se llama Crónicas de un estudiante de medicina, por si gustan pasar a leerlo jejeje.

Espero que estén bien, cuídense mucho mis panditas ( ◜‿◝ )♡

La Ilusión Extraviada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora