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JungKook se levantó renovado, hacía rato que no dormía tan bien, por lo que al ser domingo, decidió que recogería y cambiaría un poco su casa.

Comenzó por recoger toda la ropa que tenía regada en su cuarto.

Dios, si alguien viera eso, no pensaría que nadie vive ahí.

Seleccionó la ropa limpia de la sucia, poniendo esta última en la lavadora para ir adelantando el trabajo, mientras acomodaba su clóset.

Limpió su mesita de estudio y la computadora, reconociendo que tenía bastante suciedad.

Para el horario de almuerzo terminó con su cuarto, decidió tomarse un descanso y preparar su comida, estaba cansado, pero no pediría más comida a domicilio, quería comenzar a hacer ejercicios nuevamente, se había descuidado en muchos aspectos en este último mes.

Luego de comer, pasó a limpiar toda la casa, sacudir figurillas que tenía en la estantería de la sala, movió algunos muebles de lugar.

Por último, decidió acomodar el otro cuarto que tenía el apartamento, a pesar de no utilizarlo, pensó que sería buena idea tenerlo preparado por si Yugy algún día iba a dormir, como muchas veces había pasado y tenía que sacar las sábanas corriendo. Ahora, en el clóset de ese cuarto, dejaría un cambio de sábanas, toallas y cepillos de dientes, había que ser precavido.

Eran pasadas las seis de la tarde, mientras recogía la ropa acabada de sacar de la lavadora y escuchó el timbre sonar.

La única persona que lo visitaba era Yugyeom, por lo que se apresuró en abrir la puerta.

—Hey, ¿Cómo estás? —preguntó Yugyeom entrando y quitando sus zapatos.

—Bien, ¿y tú? —contestó observándolo —No me dijiste que vendrías.

—¿Tienes visita? —volvió a preguntar Yugyeom, mirando al pelinegro y recibiendo un gesto de negación —Entonces.... WoW —dijo observando el cambio que había dado la casa de su mejor amigo —¿Quién te dejó?

—Nadie, por qué alguien tendría que dejarme —resopló, sentándose en el sofá.

—Es que por lo general siempre que se hacen cambios en algún lugar es por culpa de una ruptura —sonrió —Pero me gusta este cambio, ya le hacía falta a la casa.

—Cierto —estuvo de acuerdo con su amigo —No me has dicho a que viniste.

—Siempre tan impaciente ¿Quieres salir?

—¿A dónde?

—BamBam abrió un nuevo bar, cerca de la universidad, pensé que sería bueno ir hoy y despejar un poco.

—No sé, estoy cansado, estuve acomodando todo desde temprano.

—Si necesitabas ayuda me hubieras llamado.

—No, era cosa mía.

—¿Entonces?

JungKook pensó un momento, cuando había sido la última vez que había salido, ya de eso hacía meses, una salida no le haría mal, siempre y cuando no se excediera en la bebida pues al otro día tenía clases a primera hora.

—Está bien, a las 8 nos vemos.

—¡Yes! —exclamó contento Yugy —Bueno, ahora me voy para que termines de acomodar todo y te arregles.

—Ok —dijo viéndolo irse.

Una salida no le haría mal a nadie.

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TaeHyung se encontraba acostado en su cama, no pudo dormir bien en toda la noche y cuando encontró el sueño, como él decía, eran las 5 de la mañana, por lo que ahora siendo las tres de la tarde es que se despertaba.

Levantándose se dispuso a prepararse algo, no muy pesado, pues más tarde cenaría, pero tampoco muy ligero, pues necesitaba fuerzas.

No sabe por qué, pero ver al azabache en aquella condición, lo afectó tanto. No eran nada, solamente conocidos, se repetía a cada rato tratando de sacarlo de su cabeza.

Sentado en el sofá comiendo su delicioso bulgogi y viendo un programa de entretenimiento en el televisor, donde idols iban a jugar, su teléfono sonó.

—Hola —dijo sin observar el remitente.

TaeHyung-ah

—Oh, Jiminie. ¿Cómo estás? —preguntó a la vez que sonreía al ver como el Idol en el televisor caía a la piscina por torpeza.

Bien, Tae, ¿y tú?

Bien, me acabo de despertar ahora.

Ah, que vida más buena la tuya, Tae.

—Nah, no pude dormir bien en la noche y dormí por el día entonces —contestó, llevándose a la boca otro bocado.

Bueno, te iba a invitar a salir.

—¿A dónde? —preguntó emocionado, hacía rato que no salía, entre tanto trabajo ya no tenía vida social.

Por la universidad abrieron un bar, y hoy es la inauguración —dijo Jimin, su voz también sonando emocionada —dicen que te van a dar una bebida gratis por ser la inauguración.

—Me interesa ¿A qué hora nos vemos?

Lo sabía —la risa de Jimin se escuchó a través del micrófono —Pienso que a las 9 está bien, frente a la universidad.

—Oki, Jiminie. No vemos.

Chao, Tae.

Pensando ya en la salida se dio cuenta de que tendría que lavarse el pelo, y arreglarse, por lo que decidió dejar el programa para después.

[•]
Después de tanto tiempo he vuelto, me siento mejor, y ya tengo varios capítulos adelantados. Espero que esté les guste.

Besos.

La Ilusión Extraviada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora