𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 9

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With a taste of your lips, I'm on a ride

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     ―Ahhhhg que estresante es escribir diálogos, es más difícil de lo que creía, pensé que era menos tedioso, pero tener que inventarse una conversación es Ahhhg... ―Exclama Tom con rabia y apretando fuerte su lápiz contra su cuaderno mientras se quema la cabeza intentado crear algo convincente.

    ―¿Que no tenías lista esta parte?, creí que solo tenías que traspasarla ―Pregunta Laura mientras ve como Tom sufre al hacer su trabajo.

    ―Es que creí que sería bueno agregar citas sacadas de supuestos interrogatorios, pero hacer que un dialogo parezca genuino y no sean maquinas hablando es muy complicado, cada cosa que escribo no es lo suficientemente bueno, y siempre me pasa esto Ahhhg ―dice rechinando los dientes.

     ―Tranquilo, escuche de algunos escritores que la manera de mejorar los diálogos era intentar comprender como habla la gente, ¿entiendes? Ósea ser más atento al escuchar a dos personas hablar― dice intentado apaciguar a Tom.

     ―Suena fácil decirlo, pero hacerlo... además yo sé cómo habla la gente, no es como que viva encerrado en mi casa ―dice frustrado.

     ―Bueno, escuchas a la gente, pero no analizas su forma de hablar, te parece tan natural como hablan pero no te detienes a pensar el porqué de sus palabras, creo que estaría bien que oigas más detenidamente la próxima vez.

     ―Necesito ir a lavarme la cara y despejarme, permiso ―dice Tom levantándose y yendo a preguntarle a profesor si puede ir al baño.

     Tom sale por la puerta de la sala y deja sola, Laura baja de nuevo la cabeza y sigue haciendo la tarea que se le asignó.

     Desde el otro lado de la sala el grupo de las Britneys miraba a la chica nueva con cruel curiosidad.

     ―Yo creo que es una roñosa y que para nada tiene estilo, ósea, ¿que se puso?, esa chaqueta parece la que usaría un marinero borracho en un bar, y sus pantalones son igual de ordinarios, Dios! me dan arcadas de solo verla ―dice una de las chicas con cara de repugnancia.

     ―Si tienes razón, mira su pelo, que A S C O, parece un nido de pájaros jajá, es como si se hubiera levantado y hubiera venido así, su ropa se nota que no es ni de primera, ni de segunda ni tercera mano, se la robó a un vagabundo seguro ―dice la Britney de pelo castaño mientras mira a su líder buscando aprobación―. ¿Y tú qué piensas Brittany?

     La chica rubia tenía su celular en la mano, pero no dejaba de mirar a la chica misteriosa, pareciera que ni prestó atención a lo que decían sus subordinadas.

     ―¿Brittany? ―insiste la chica desconcertadamente.

     ―¿Que? ―dice como si la sacasen de un trance.

     ―No vas a decir nada de la rarita ―pregunta extrañada.

      ―Hm... no me da buena espina ―dice cruzándose de brazos y dejando de mirarla para observar el patio a través del ventanal.

     ¡¿Solo eso vas a decir?! ―dicen ambas sorprendidas.

     ―Sí, aparte ya la vieron, se juntó inmediatamente con los inadaptados esos, parece que el grupo de satánicos ganó un nuevo miembro.

     Dijo mientras miraba los arboles del patio que eran iluminados por el sol de la mañana, la cual estaba llegando a su fin. En eso siente un pequeño escalofrío y gira su cabeza para ver de nuevo a la rara del fondo de la sala y se encuentra con sus profundos ojos miel mirándola fijamente. Brittany traga saliva incómodamente, tiene la sensación de que ella sabía todo lo que dijeron y en eso ve como una sonrisa diabólica se dibuja en su cara, mostrando sus blancos dientes. En otro momento ella hubiera reaccionado gritando amenazantemente algo como "¡¿qué miras tarada?!" o "¡Metete en tus asuntos mejor, mirona!" y hubiera procedido a amedrentarla yendo con su séquito, en cambio no pudo ni reaccionar, sintió impotencia ante esa chica, como si fuera una liebre asustadiza que se queda inmóvil ante un depredador que la asecha. Aun así reunió todo su coraje y fuera de voluntad para gritarle algo, pero no podía, tenía un nudo en la garganta, era como si un miedo primitivo se apoderase de ella y su cuerpo no tuviera ningún tipo de mecanismo para contrarrestarlo.

     Entonces Brittany, como si de una revelación se tratase, cerró los ojos y comenzó a controlar su respiración, como si empezase a meditar y se quedó un rato así, sentía que sabía lo que tenía que hacer. Después de un momento volvió a abrir los ojos, ahora ya no sentía miedo, calmadamente con su confianza restaurada y chasqueando los dedos dice:

      ―Chicas, síganme, enseñémosle a esa perra quien manda.

     Sus dos amigas que estaban concentradas en su trabajo se sorprendieron ante en cambio drástico de actitud de Brittany y sin pensarlo se levantaron.

     Las tres caminaron en formación, con la rubia al frente y las otras dos detrás a cada lado, todas desfilaron hacia donde estaba la extraña y desalineada chica, los que estaban atrás del salón dejaron de conversar y se pusieron a ver la escena que iba a ocurrir, especialmente los basquetbolistas del otro lado que hacían comentarios en voz baja en apoyo a las Britneys.

     Se detuvieron frente a la mesa de Laura, que estaba anotando cosas en la libreta e ignorando totalmente la situación, ni siquiera levantó la mirada.

     Al ver que la extraña no respondía Brittany con las manos en la cintura dijo:

      ―Mira rarita, sabemos el tipo de persona que eres y venimos a dejarte las cosas claras desde ya, para que sepas como funciona este salón, las inadaptadas como tú están en lo más bajo de la jerarquía y dado que al llegar inmediatamente te hiciste amiga de los perdedores góticos esos no me dejas otra opción que aconsejarte, si quieres ser alguien destacada en la escuela deberías alejarte de ellos, espero que no seas una chica problemática y sepas cómo comportarte, también quiero advertirte... si en algún momento llegas a ser una molestia para mí o mis chicas... estás acabada, te destrozare, ya lo he hecho antes, pregúntale a cualquiera.

     Mientras Brittany daba su discurso las otras dos chicas estaban cantando una versión en acapella de Toxic de Britney Spears, después de todo, ellas eran las Britneys y todas tenían una voz privilegiada.

     ―Ya nos conoces... Yo soy Brittany y ellas son Maritza y Romina. Somos las Britneys. Reinas de la escuela y quedas advertida.

     Al terminar la frase chasquean los dedos al unísono y hacen una pose apuntando con del dedo Laura, con la otra mano en la cintura y ladeando la cadera.

      En eso la Laura deja de escribir en su libreta y levanta la cabeza para mirar a las extrovertidas y confiadas chicas frente a su mesa. Se queda un rato mirándolas y calmadamente dice:

      ―Luna societatis.

      Y vuelve a bajar la mirada para seguir escribiendo e ignorar a sus atacantes.

     Esas palabras fueron como dagas que violentamente destrozaban el cuerpo de Brittany y la dejaron sin aliento. Intentó disimular lo más que pudo pero el pánico que sintió en ese momento solo le permitió dar media vuelta y volver humillada sobre sus pasos, ante la mirada incrédula de los espectadores y amigas que se limitaron a seguirla.

     ―¿Que fue eso? ―decía Romina.

      ―¡¿No le vas a decir nada?! ―replicaba Maritza.

     Brittany no entendía como esa extraña conocía esas palabras y eso le causaba mucha inquietud, ahora tenía la certeza de que fuerzas extrañas e incomprensibles para el ser humano asechaban la escuela y peor aún, toda la cuidad. Sabía que tenía que actuar, pero por ahora se tragaría su orgullo y dejaría a la rara en paz. La extraña había ganado esta vez.

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Nota de autora:  Ay dios mío no puede ser que haya desaparecido por tanto tiempo :o.

Intentare publicar mas seguido. 

 (o_ _)ノ彡☆

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2023 ⏰

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Goffikos "Una historia de Vampiros"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora