Visitante Nocturno
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La luz de la luna ilumina suavemente la calle en un tranquilo y silencioso vecindario. Se siente un aire de serenidad propio de una noche sin viento u otra perturbación ambiental, esta paz es de vez en cuando interrumpida por el pasar de un auto o el eco de un perro ladrando a la lejanía. Las casas de la población seguían un mismo modelo, techo a dos aguas, dos pisos, una entrada a la izquierda de la estructura, recubrimiento exterior de PVC intentando emular madera y un pequeño patio exterior frontal dentro de los límites de la reja que divide la propiedad de la acera. No era una vecindad acomodada, pero tampoco vivían en la precariedad, era un barrio latinoamericano con personas de clase media, y como en cualquier país de Latinoamérica, en constante riesgo de caer en la pobreza si por alguna razón, fuera de su control, dejaran de asistir al trabajo o no tuvieran suficiente dinero para devolver los préstamos del banco.
El resplandor de la luna era de vez en cuando mermado por el paso de alguna nube, lo que hacía que el alumbrado público volviese a tomar protagonismo y cubriera con su luz anaranjada los coches estacionados fuera de las casas, el cemento resquebrajado de la calle y las colillas de cigarros amontonadas junto con tierra y basura en el cordón de la vereda.
De repente el ambiente cambió de manera repentina. La temperatura disminuyó súbitamente como si de una noche de invierno se tratase y el silencio que simbolizaba la paz empezó a ser a ser sinónimo de inquietud y malestar.
Desde el final de la calle una espesa niebla se deslizaba sutilmente sobre el pavimento, rozaba los coches aparcados, daba vueltas alrededor de las farolas e inundaba todos los rincones del vecindario. Las luces de la calle se dispersaban en la neblina, lo que hacía que no se pudiera ver más allá que unos pocos metros y todo el lugar se tornase un tono amarillento y difuminado.
Una figura misteriosa apareció por una esquina de la calle, parecía llevar un manto negro encima que llegaba hasta el suelo y arrastraba suciedad del camino, flotaba silenciosamente a pocos centímetros del suelo, se movía deprisa y no producía ningún sonido. Los habitantes de la vecindad no se percataron de esta presencia ya que estaban profundamente dormidos, pero los perros atados en el patio empezaron a llorisquear aterrados, no se atrevieron a ladrarle a la criatura, que ahora yacía sentada en el columpio de una pequeña y descuidada plaza de juegos, la cual era rodeado por las casas del barrio. La capa que la figura humanoide llevaba encima era de tela gruesa, sucia y desgastada que parecía haber sido usada por años, tenía una capucha que le tapaba el rostro, solo sus manos, agarradas a las cadenas del columpio, podían verse y estas eran blancas como el papel y en sus dedos habían unas ennegrecidas, largas y curvadas uñas que terminaban en punta.
La criatura miraba fijamente a la ventana de una de las casas, esta tenía un gran árbol en su patio. Así estuvo durante media hora, sin moverse un solo centímetro, observando mientras la niebla daba vueltas alrededor suyo y ocultaban su figura de posibles testigos de la escena. En menos de un segundo el ser voló desde el columpio hasta la casa haciendo que la niebla dibujase su camino en el aire y se posó sigilosamente sobre el árbol el cual apenas si se movió, caminó agazapado hacia la ventana y con una de sus uñas empezó a rasguñar el vidrio insistentemente pero intentado no hacer mucho ruido. Estuvo así media hora más, haciendo todo tipo de rayones y formas indescifrables y se le podía escuchar susurrar palabras en un idioma desconocido con una voz profunda y demoniaca que provocaba que el ambiente se pusiera aún más espeso. Al terminar su tarea el engendro salió volando y volvió a posarse sobre la plaza para niños donde siguió con sus susurros silenciosos mientras daba vueltas frenéticas e imposibles para cualquier humano. Para concluir con su acto el ser, con sus uñas afiladas, se hizo una herida en la palma de la mano y empezó a desparramar sangre sobre el pavimento mientras seguirá con su danza macabra, después con ayuda de sus dedos transformó los charcos de sangre en un círculo, siguió con sus canticos silencioso durante unos minutos pero se vio interrumpido por un fuerte ruido del otro lado de la calle.
El ser se giró para ver que lo había interrumpido. Se escuchó el sonido de botellas rompiéndose y pedazos de estas deslizándose sobre el cemento. Un grupo de ebrios, ignorando el inusual frio y la extraña vibra de ese lugar, se acercaba causando escándalo mientras pateaban botes de basura y reían en voz alta.
El grupo siguió caminado hacia donde se encontraba la figura negra, no podían ver casi nada por la niebla pero a cada paso que daban la risa disminuía y sus conversaciones se hacían cada vez más cortas. Eran cada vez más conscientes de que algo andaba mal y sintieron como el frio invernal recorría sus cuerpos como si una mano helada tocase sus espaldas y la recorriese de arriba abajo y finalmente intensase estrangularlos. Caminaron un poco más hasta que pudieron ver la silueta oscura de la criatura y pararon en seco.
Aquel extraño ser estaba inmóvil como una estatua y parecía que los estaba observando. Todos empezaron a temblar de miedo, incluso se les pasó la borrachera. No sabían que hacer, sentían que esa figura rodeada de niebla representaba un gran riesgo para ellos a pesar de que no tenían idea de lo que era.
Y repentinamente, ante la mirada incrédula de los hombres, el ser se desvaneció en el aire y la niebla se arremolinó en donde estaba y luego se dispersó. Dejando al grupo aterrorizado en medio de la desértica vecindad.
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Nota de Autor:
Bueno, ese fue el primer capitulo, espero que no los haya aburrido˚‧º·(˚ ˃̣̣̥⌓˂̣̣̥ )‧º·˚
Intentaré subir capítulos periódicamente, así no se pierdo el ritmo, si tienen alguna sugerencia díganla siempre que sea con respeto :3
Gracias.( ˘ ³˘)❤ Nos vemos pronto.( ˘ ³˘)❤
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Goffikos "Una historia de Vampiros"
VampireLa tranquila vida del joven Eric cambia cuando empieza a ser acosado por un ser sobrenatural que pondrá patas arriba su cotidianeidad, además de alterar todo lo que él pensaba del mundo. El inicio de estos ataques coincide con la llegada a la escuel...