Suppasit Jongcheveevat, uno de los más fuertes jefes de la mafia Tailandesa, se enfrentará con un gran dilema en su vida: "¿Realmente esto es lo qué quieres?"
El joven que apareció en su vida en ese momento, hará que se cuestione algunas cosas que...
Notas de la autora: Hola, ¿cuánto tiempo ha pasado? Demasiado. Como saben mi vida está llena de altibajos y a veces la inspiración se va por la ventana. Espero no abandonen a M-Malicious, muchas gracias por todo el apoyo que le han brindado a mi historia, no pensé que obtendría tanto alcance.
El siguiente capítulo incluye escenas bastante explicitas de sexo, tortura, asesinato. Si eres sensible a este tema, te aconsejo no seguir leyendo. Recuerden que este FANFIC, NO es basado en hechos reales. Los actores que se mencionan NO tienen relación con todas las acciones descritas aquí, todo es por entretenimiento y producto de mi imaginación. Ahora sin más... disfruten el capítulo.
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Los pasos de Gulf eran tan precisos que cualquiera diría que estaba modelando y no yendo a cerrar un trato. El jefe había tenido que salir de urgencia para uno de los almacenes, no había quedado de otra que asumir él ese rol.
"Ten cuidado" le había dicho, mientras depositaba un beso en su frente. Ese tipo de expresiones de cariño sólo se podía dar con él o con su familia cerca, eso le había quedado claro desde hace mucho tiempo. Su estado de vulnerabilidad, debía dejarlo en el pasado, ahora lo único que le importaba era hacer sentir a los demás vulnerables. Desde que golpeó incontrolablemente a ese sujeto, sabía que algo en él había cambiado o había despertado.
¿Era bueno? Quizás muchas personas pensarían que no lo era, que estaba pisando terrenos peligrosos y que lo mejor sería abandonar ese camino que decidió tomar y que ya había recorrido gran parte de él. El hombre corpulento que iba con él, le hizo sentirse un poco más confiado, aun así, no bajo la guardia. Otra vez estaba en ese sitio elegante y discreto, se hubiera ahorrado mucho tiempo de esa ida si el viejo hubiese concretado en el momento.
Las pinturas que adornaban el lugar le daban un aspecto demasiado pintoresco, un lugar para admirar el arte y no para hacer un trato que implicará cosas ilegales. Entre ellas arriesgar la vida de las personas involucradas.
Gulf pasó suavemente uno de sus dedos por un mechón de su cabello que le estorbaba la vista, quizás debía ir a cortárselo, aunque deseos de hacerlo no tenía. Las noches en las que el jefe lo tomaba fuertemente jalando de él, se sentían demasiado bien, sería una pena llevar el cabello corto y perderse de eso.
Una sonrisa se puso en sus labios al pensar en esa situación, quizás se esperaría a que creciera un poco más y después iría a que lo arreglaran. Entró al lugar de la cita, un sitio bastante inusual para hacer negocios. Un sitio alejado de la ciudad, parecía un simple hotel, pero más que eso era un lugar donde ofrecían servicios sexuales disfrazado de una simple instalación hotelera. Miró al hombre con dos mujeres al lado, un anciano ridículo que creía que con lucir a unas prostitutas a su lado parecería alguien más importante que él.
La expresión de su rostro fue como el punto clave para que Gulf se diera cuenta de lo que estaba pensando. Desagrado y confusión, no propio de alguien que quiere cerrar un trato.
