Un par de zapatos oscuros y empolvados pisaron tierra firme minutos antes del amanecer. Saltando los muros de piedra, llegó hasta la parte trasera del palacio, esa que no estaba llena de guardias reales ni gente del servicio merodeando. Lo había hecho cientos de veces desde que era un niño, estaba acostumbrado, así que esta nueva misión debería haber sido pan comido.
Excepto que no lo fue.
Estaba herido, no una herida profunda, pero sí que sobresalía en su brazo y eso lo ponía en evidencia. Su estado físico tampoco era el mejor, debido a los kilómetros que había tenido que correr de ida y de regreso; y claro que no podría llevar su caballo con él, eso hubiera levantado demasiadas sospechas. Ahora, solo tenía que correr directo a su habitación, ducharse y cambiar sus prendas para volver al servicio. Descansar no estaba en la lista, se mentalizó de esta forma desde que salió; pero, entonces, cuando sus piernas no pudieron sostenerlo más, un par de manos alcanzaron sus brazos para sostenerlo.
—Hermano...
Al levantar la mirada, una joven dama de servicio lo miraba preocupada por su estado, tanto que parecía a punto de soltar algunas lágrimas; el temblor en su labio lo anunciaba.
—¿Qué estás haciendo, YeJi? Vuelve de inmediato.
—¿Y dejarte así?
La muchacha sacó unas telas que había guardado entre las capas de su traje, y las desdobló para cubrir la herida sangrante de su hermano.
—Vamos a tu habitación, curaré tus heridas.
—YeJi, detente, estaré bien. Tú debes regresar con la princesa y evitar que venga hacia mí. Me reuniré con ustedes pronto.
Su hermana iba a protestar, pero alguien más los interrumpió.
—¿HyunJin?
Ambos hermanos atendieron al llamado con los rostros petrificados. Habían sido sorprendidos infraganti por la persona menos indicada, ¿y qué se suponía que debían hacer ahora? Mentir sobre lo obvio no estaba en discusión.
—Mi señora —dijo YeJi haciendo una reverencia ante ella tan pronto como pudo reaccionar.
A su lado, el joven herido formó una línea con sus labios e hizo una ligera venia, descansado su mirada en los pies delante de ellos; demasiado avergonzado e inseguro como para sostenerle la mirada.
—YeJi, por favor, regresa a la habitación con mi hija, ella despertará pronto.
La muchacha separó sus labios con sorpresa e hizo viajar su mirada de su señora hasta su hermano; no estaba seguro de dejar a su mellizo sin haberlo atendido como debía. La mujer pareció notar esto.
—No te preocupes por él, yo lo atenderé.
Esa fue una afirmación que no esperaba, pero que la dejaba más tranquila. Su hermano estaba en buenas manos, aunque de seguro tendría que responder muchas preguntas.
—S-Sí señora.
YeJi miró una vez más a su hermano, esperando que la disculpa a través de sus ojos lo alcanzara, y luego emprendió su camino hacia la habitación de la princesa.
El silencio que quedó, entre la concubina real y el guardia personal de su hija, fue aplastante. Aquella mujer conocía tan bien a los mellizos como si fuesen sus propios hijos.
Esos chicos apenas tenían dos años más que su hija, la princesa, y la mayor parte del tiempo actuaban con sensatez y mucha madurez; sin embargo, HyunJin, el mayor, nunca podía quedarse tranquilo en su sitio, conformándose con lo que tenía, no, su sentido de justicia lo empujaba a actuar, incluso si eso lo ponía en peligro.
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Taste like Peaches [KaiSoo] ⏸️❗️
FanfictionLa belleza más cautivadora de Joseon, que hipnotiza a doncellas y donceles por igual, dejándolos sedientos de amor y con los bolsillos rotos, se encuentra en problemas. Kim JongIn es un cazafortunas que se esconde tras la fachada del soltero más cod...