Taste like Peaches [KaiSoo] ⏸️❗️

Capítulo seis

Las actividades en el hanok siguieron su curso, incluso el abuelo tuvo que regresar pronto a su habitación, pues no se estaba sintiendo bien; al menos pudo conocer al esposo de su nieto, decidiendo que ya habría tiempo para tener una charla con él.

A pesar de no haber llevado a cabo una fiesta como tal, el compartir que tuvieron con la señora Do, su pequeño hijo, el médico Choi —que siempre estaba cerca para monitorear el estado del abuelo— y BaekHyun, dejó agotado mental y físicamente a KyungSoo. Por eso, cuando la noche cayó, se fue pronto a sus aposentos para descansar.

Claro, aunque ahora ya no podría irse solo a la cama.

—Tú vas a dormir aquí —señaló el joven noble hacia la pequeña cama que había acondicionado en el piso.

JongIn enarcó una ceja y se cruzó de brazos.

—¿Por qué tengo que dormir aquí?

—No habrás pensado que dormiríamos juntos, ¿o sí?

—¡Claro! Estamos casad-

—¡Shhh! No lo menciones.

JongIn puso los ojos en blanco.

—Se supone que tenemos que consumar el matrimonio para que sea un matrimonio real —argumentó—. Desde aquí abajo no voy a poder hacerte cositas.

—¡No me vas a hacer "cositas" ni hoy ni nunca!

—Entonces, ¿cómo se supone que haremos a nuestro hijo? ¿Acaso JunMyeon no te enseñó nada sobre biología? —resopló.

KyungSoo quería jalarse los pelos por la insistencia de JongIn y porque parecía que no estaban en la misma página. ¿Qué tan difícil era seguirle la corriente?

—Escucha, no somos ni seremos un matrimonio jamás. Este solo es un acuerdo para zafarnos de nuestros problemas, Kim. No trates de torcerlo.

—Pero ya que estamos... Podríamos intentarlo, ¿no crees?

A JongIn no le agradaba el carácter de KyungSoo, pero tenía que admitir que era un doncel hermoso y con mucho dinero, así que si algún día iba a ser el marido de alguien, pues qué mejor que el de un noble. No tenía nada qué perder de todos modos.

—Lo que voy a intentar es dormir, así que no me molestes y haz lo mismo.

Al darle la espalda para hacer su camino hasta la cama, la puerta de la habitación fue tocada. KyungSoo miró alerta hacia esta y frunció el ceño, pues recordaba haber indicado claramente que no los molestaran.

La puerta volvió a ser llamada y KyungSoo chasqueó la lengua.

—¡Rápido! Esconde esto debajo de mi cama —ordenó el noble.

—No, mejor tú escóndelo porque tú lo armaste —refutó el moreno y apuntándolo con el índice—. Yo atenderé.

KyungSoo estaba por tirar del largo cabello de su esposo para detenerlo, pero ¿cómo evitar hacer ruido mientras lo hacía?

—Ese maldito —masculló entre dientes.

Sin más remedio, tuvo que dejar ir a JongIn y apurarse a esconder las almohadas y frazadas del piso. Tal vez se trataba de su madre o, peor aun, ¡de su abuelo! No podía dejar que su farsa se descubriera tan pronto, no cuando todo estaba marchando de acuerdo a su plan.

Mientras tanto, JongIn se dirigió a la puerta con una sonrisa socarrona por haber ganado la discusión con su marido. Tan solo era la primera noche, pero ya le llevaba ventaja.

Antes de correr la puerta hacia un lado, JongIn vio de reojo al joven noble, que aún se encontraba de cuclillas y de espaldas, terminando de colocar las cosas debajo de la cama. A decir verdad, era una buena vista, ya que vistiendo solo el traje blanco de dormir, se podía apreciar el buen trasero de su consorte. JongIn pensó que definitivamente su suerte no podía ser mejor; pero debía apurarse si quería ganarse el cariño del doncel.