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Siento esa presión familiar en mi cuerpo y, de la nada, estoy en el medio de un circulo de personas. Brujos, creo yo.

Aradia esta frente a mi, tan alta y hermosa como la recordaba. Sus tres metros de altura la ayudan a lucir muy bien su vestido largo y negro, su cabello blanco cae en cascada sobre sus hombros y sus ojos blancos brillan, destacando sobre su piel de chocolate. Se acerca hacia mi y me mira hacia abajo.

Tengo las manos, brazos y piernas inmóviles, no estoy sujeto con nada físico... simplemente un hechizo de la reina frente a mi me impide moverme. La miro y le sonrío.

– Es impresionante lo igual que te ves a la ultima vez que nos vimos – me dice.

Asiento – Hiciste un buen trabajo con la Bola.

– Adivino que Esme te ha dicho nuestro trato.

– Dos años.

– Dos años – se inclina hacia mi y pone su rostro cerca mio – Ni mas, ni menos.

Le guiño un ojo.

Se aleja y le hace una seña a Esme quien estaba entre la gente. Se pone detrás de mi y siento un dolor indescriptiblemente fuerte y, a la vez, efímero. La corriente de fuego y electricidad que nació de mi cuello y se extendió por toda mi cabeza hasta la parte de atrás de mis ojos, terminó en menos de dos segundos.

– ¿Qué me hiciste? – dije recuperando un poco el aliento.

– Puse un dispositivo explosivo en su cerebelo.

– Osea una bomba. Me pusiste una bomba en la cabeza.

– Si por alguna razón te vuelves loco – dijo esta vez Aradia – Esme te hará explotar.

Y recordé las múltiples veces en las que le exploté la cabeza a mi rubia compañera, solté una risita al imaginarme lo satisfactoria que debía ser esta situación para ella.

– Entendido – dije con un tono inocente – Me portaré bien.

– Debes ir a la Academia Priceless. Allí se encuentra el primer candidato.

Espera un segundo.

– ¿El "primer" candidato? ¿Acaso hay más de uno?

– Hay cuatro.

– ¿Estas jodiéndome, cierto?

– Cuando lo encuentres, repórtalo. Te diré tu siguiente destino cuando lo descubramos.

– Si ya saben donde esta el primer candidato, ¿por qué no van por el ustedes mismos?

Me mira como si hubiera hecho la pregunta mas estúpida del mundo – Porque no sabemos quien es. Ese es tu trabajo.

– ¿Y como saben donde están los candidatos?

– Los veo en mis visiones. Veo un lugar en especifico y luego escucho su voz, diciéndome que podría estar ahí.

– ¿La voz de quién?

Sonríe suavemente, con nostalgia – La voz de su Espíritu.

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Estamos en donde parece ser la sede donde los Pilares se reúnen, no tengo idea de como lo llaman ahora. Esme me guía por los largos pasillos, yo miro la arquitectura gótica que los decora... siguen tan feos como los recordaba.

Llegamos a una puerta bastante pequeña y ordinaria, sin los marcos y columnas ostentosas que decoran a sus compañeras, esta podría pasar desapercibida fácilmente. Esme la abre y me sujeta de la muñeca, arrastra con ella al interior oscuro, yo me dejo llevar.

COUNTDOWNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora