Esa noche llamé a Esme desde mi departamento. Le dije que encontré al primer candidato y, a los cinco segundos, llamaron a mi puerta.
Al abrirla, ella me esperaba usando el mismo traje de oficinista negro de siempre. Su cabello seguía recogido y sus ojos aun eran incómodamente grises. Traía consigo un delgado maletín negro de cuero bajo el brazo.
– Eso fue rápido – comente permitiéndole pasar.
Esme entró y se sentó en el sillón. Tuve un leve deja bu.
– Necesito que me diga todo lo que sabe sobre el candidato – me dijo mientras sacaba una carpeta del maletín.
Le dije todo lo que sabia sobre Josh (lo cual no es mucho), lo que sentí al tocarlo y, sin querer, se me escapó algo sobre Freya. Creí que me llamaría la atención, pero sorprendentemente lo dejó pasar. O al menos así fue por los siguientes veinte segundos en los que tomaba nota, luego dijo:
– Con respecto a su bisnieta...
– ¿Es mi bisnieta? Siempre creí que era mi nieta, aunque es prácticamente lo mismo.
– Tiene que borrar sus recuerdos.
– Oh, no haré eso.
Volvió su mirada plateada hacia mi – Es en contra de las reglas que una persona ajena a la situación sepa lo que esta pasando.
– Lo se, pero no me importa – esta vez, le devolví la mirada – Es mi familia. Es una niña que ha pasado una vida cuestionable ya que sus padres murieron y su hermano apenas se preocupa por ella. Y recuerdo que tu abuela me había asegurado que mi familia estaría a salvo. Al parecer algo pasó en el medio que le impidió salvar la vida de mis nietos y ahora Freya y el chico están solos en la vida.
Esme no dijo nada por unos segundos, lo cual lo tomé como una victoria momentánea. Luego, desvió la mirada.
– Lamento lo que paso con su familia. No tenemos registros de eso.
– Por supuesto que no – asentí – Es por eso que me corresponde a mi el protegerlos.
Se puso de pie y se dirigió hacia la puerta, sin decir nada al respecto. Luego se detuvo y se volvió hacia mi.
– Nos haremos cargo del primer candidato. Lo reclutaremos y le explicaremos todo. Mañana en la mañana le enviaremos la ubicación del segundo candidato, esperamos que pueda ponerse en marcha para el mediodía.
– Espera, ¿tan rápido?
– Cuanto antes encontremos a todos los candidatos, mas rápido podremos seleccionar al siguiente Dios.
Y dicho eso, se fue.
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– Yo iré contigo.
– No, no lo harás – dije mientras jugaba con uno de sus almohadones con forma de gatito – Tienes una vida común y corriente que vivir.
– A la mierda eso – exclamó – Eres lo mas cercano a un familiar no detestable que tengo, no voy a dejarte.
La miré – Cuéntame sobre eso. Sobre tu familia detestable.
Se sentó en su cama y miró a un punto en el espacio, no dijo nada por un tiempo y creí que no hablaría.
– No tienes que... – empecé a decir, pero ella empezó a relatar.
– Mi bisabuela, Natalie, murió hace un par de semanas. Con ella empezó todo. Mi abuelo, su hijo, siempre estuvo obsesionado con su padre, – me miró– contigo. Te buscó por años, en el camino conoció a mi abuela. Se casaron y tuvieron a mi padre. El también comenzó a buscarte, porque quería saber quien era ese hombre al que su padre investigaba con tanto ahínco. La historia se repitió, buscándote encontró a mi madre y me tuvieron. Pero lo que jamas paró fue tu localización. Con el tiempo eso se volvió la tercera persona en la relación de mis abuelos y de mis padres, terminaron separándose pero jamas dejaron de buscarte – miró hacia la puerta – Mi hermano, Liam, no es mi hermano de sangre. Es el hijo del segundo esposo de mi madre. Ella volvió a casarse cuando se enteró de que papa murió en el medio de la carretera cerca de Las Vegas, de seguro siguiendo una pista tuya. Mamá empezó a creer que tu eras algún tipo de concepto abstracto, o fantasma, porque dos generaciones fueron incapaces de encontrarte – suspiró – Ella murió el año pasado. Le dispararon en la calle por su bolso. El padre de Liam desapareció cuando mamá falleció, dejando a su hijo aquí. Le he preguntado el por que no se larga y me deja aquí, después de todo no es realmente mi hermano; el dijo: "No voy a dejar a una niña sola. No soy un monstruo.". Lo que me hace pensar que el, tarde o temprano, me dejara. Cuando ya no sea una niña se ira y me quedare sola de nuevo.
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COUNTDOWN
FantasyCaesar fue encerrado por ser un peligro para la humanidad, pero pronto se convertiría en la única salvación de la misma. Dios ha fallecido y sus hijos, los humanos, ya no pueden ir al cielo al morir. Sus almas se quedan en sus cuerpos putrefactos y...