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Hace años, Nat y yo tuvimos un hijo, y días después de que naciera fui capturado en la Bola. No formé parte de la vida de ninguna persona que tuviera mi sangre en sus venas, había veces en las que ese pensamiento me atormentaba. Me ponía del lado de Nat y pensaba en que fue lo que sintió ella cuando un día me fui y jamás volví a su lado, si yo hubiera sido ella habría dado vuelta el mundo y destruido todo a mi paso hasta encontrarla. Pero ella era una humana enamorada y esperando por un Híbrido con fama de "demonio de media noche", no había mucho que ella hubiera podido hacer.

Tampoco indagué mucho en la vida de mi linaje, de mi hijo. Baba (la abuela de Esme y la vieja de mierda que me metió en la Bola) me había asegurado que estarían bien, a salvo. Fue por eso que no volví a preguntar sobre ellos... aunque también fue porque tenía miedo. Temía saber que estaban pasando por algún peligro y terminar revelándome, haciendo que me maten por intentar escapar. En aquel momento era joven, incapaz de controlar bien mis emociones y mis poderes, era una bomba de tiempo, lo cual era una de las razones por la que fui aprisionado.

Pero ahora, al ver a Freya, al sentir nuestra conexión, estoy seguro de que es una nueva oportunidad para vivir lo que no pude. Tal vez Freya sea mi nieta, o mi bisnieta, no lo se, no importa mucho, lo que es importante es que es mi familia.

No pienso dejarla. No quiero. Se que es una violación al trato el rebelarle la verdad a personas ajenas a la situación sin que sean candidatos, y la verdad es que Frey no es una candidata, no esta ni cerca de serlo, ellos tienen una presencia inminente y muy difícil de ignorar, pero Freya es todo lo contrario. Aun así... tomaré esto como mi primer strike.

Pensando en esto, noto que el sol ya se asomó por el horizonte. Estoy sentado en el suelo de la habitación de Freya, apoyando mi espalda contra el costado de su cama. Ella duerme plácidamente con sus cascos puestos, escuchando esa música para nada entretenida, me pregunto de donde sacó esos gustos. Pronto tendrá de despertar para ir a la academia.

De repente, escucho los pasos de su hermano subiendo la escalera, de seguro se dirige hacia su cuarto a dormir lo que no durmió en semanas. Técnicamente, ese vago de veinte años también es mi linaje, pero me niego a reconocer que un engendro así sea dueño de una parte de mi ADN. Cuando pasa caminando frente a la puerta, escucho que sus pasos se detienen, golpea la puerta tres veces y sigue su camino. El sonido despertó a Freya, quien comenzó a gruñir y a removerse entre las sabanas.

Tal vez el engendro no era tan irresponsable como pensé. Sonreí.

Esa noche me fui de la casa de Freya y volví a mi apartamento. Le expliqué la situación, le dije que no borraría sus recuerdos a menos que ella así lo quisiera, lo cual no era así. De hecho, en el momento en el que descubrimos que somos parientes, lo primero que se escapó de su boca fue: "no quiero olvidarte". Me insistió con todas sus fuerzas el no borrar su memoria, liquidándome con su mirada obsidiana, me recordó a Nat un poco.

También le dije que volvería a centrarme en mi misión, por lo que la vería mas seguido pero que no podríamos volver a hablar sobre el tema. Ella había asentido, con una mirada llena de confusión. Pero yo tenía un plan, había hablado con Esme hace algunas horas y ella parecía estar de acuerdo, Aradia había accedido también.

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Apenas entré, pude divisar a Josh observándome como un halcón.

– Quiero presentarles al nuevo alumno. Se ha transferido por el trabajo de sus padres...

Y pasaron unos segundos más hasta que dejé de prestarle atención al sujeto que hablaba de mi como si fuera un nuevo producto en exhibición.

Si, me infiltré en la academia como un alumno de ultimo grado. Mi apariencia ya es la de un chico de dieciocho años (después de todo, a esa edad fui encerrado en la Bola) así que pasaría mas que desapercibido.

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