SAO: Highschool | Kirito x Harem

Cantos Fúnebres

Dejando la copa con un tintineo, Fanatio dejó que una gota de vino fuera arrastrándose lentamente desde un costado de sus labios hasta llegar a la clavícula.

Así como ella dejó que esa gota siguiera su camino, lo mismo hizo con los dos hilos de lágrimas que se tejían a los costados de sus ojos. Pronto, se sirvió otra copa y volvió a tomar.

Borracha y hecha un lío de lágrimas, agarró el marco de una foto y la observó con melancolía. Era una versión suya más joven e infantil, junto a sus padres, y su hermano y hermana menor, todos en lo que parecía un hermoso campo verde rodeado de pastizales.

Dejó la botella vacía de vino, y se levantó, tambaleándose a los lados y caminando con dificultad. Pronto, se encontró agarrando una nueva botella de vino, y ésta vez no se molestó en servirse en su copa, directamente tomó de la botella.

Arrastró sus pies descalzos hasta aterrizar en un sillón ubicado en su sala de estar.

"En estas condiciones, dudo que pueda asistir mañana al trabajo"

Más tarde enviaría un aviso sobre su ausencia el día de mañana a su trabajo.

Ya ni siquiera recordaba la fecha que era hoy debido al estado de embriagación en el que se encontraba, lo único que tenía bien en claro, es que hoy era el aniversario de la muerte de su familia...

—•◇•—

Moviéndose de una esquina a otra a lo largo del lugar, Kazuto fue dejando las órdenes en cada una de las mesas, recibiendo múltiples "gracias" y sonrisas de la gente. Parecía encajar bien en este trabajo por ahora.

—Kirigaya, hora de tu descanso.

Pronto escucho la voz de su jefa llamarlo, por lo que él se dirigió a las salas del personal.

—Fuu... parece haber más gente en vacaciones.

—Pensé que era algo obvio, Kirito.

—Cállate Copper.

El mencionado sólo soltó una pequeña risa antes de darle un mordisco a su almuerzo.

Kazuto observó el suyo. Suguha se lo había hecho, él apreció el detalle, se impresionó por el notable esfuerzo que hubo en la comida.

Se recordó mentalmente a sí mismo de comprarle un chocolate un tanto caro como agradecimiento.

Una vez que terminó el último onigiri, dejó sus palillos a un lado de la caja y la cerró. Se habían acabado sus treinta minutos de descanso, por lo que tenía que volver al trabajo.

...

Kazuto salió del trabajo a eso de las 5 de la tarde, esta vez con su bicicleta.

Debido a que eran vacaciones, él asistía mucho más temprano al trabajo.

—Kirigaya, ¿no vendrás hoy con nosotros?

Kazuto miró a un costado, encontrándose con Midoriko Hoshiyama sobre la calle.

—Oh lo siento, tengo que ir a la casa de una amiga mía. Tal parece ser que se le ocurrió un plan de último momento. Te veré después Hoshiyama.

—Lo mismo digo. Hasta luego.

Kazuto llevó su bicicleta hasta el pavimento, pedaleando a un costado del camino para no molestar a los coches.

Él se apresuró en llegar hasta la casa de Yuuki, preguntándose que estaba planeando ella.