SAO: Highschool | Kirito x Harem

Trabajo de Medio Tiempo

"¿Qué tal si te doy un beso?"

Aquellas palabras retumbaron quien sabe cuantas veces en la cabeza de cierta chica de cabello carmín.

Rosalia no podía dejar de pensar en ese día, aquel día en que ese chico de cabello azabache le robó el que secretamente sería su primer beso.

A diferencia, ella no recordaba su primer beso con cariño, ella lo hacía con molestia.

—Ese imbécil...

El bolígrafo estaba temblando ante su agarre, haciendo un rayón de tinta en su hoja.

—Mierda, casi arruino mi tarea.

Rápidamente dejó de meter presión al bolígrafo y continuó haciendo su tarea, aún con ese sentimiento de molestia dentro de ella.

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¡PLAap!

El sonido de madera contra madera hizo eco alrededor del dojo. Una figura esbelta, equipada con equipo de kendo y balanceando un shinai en contra de su oponente. Su rival respondía de igual manera, bloqueando varios ataques y lanzando los suyos.

En un descuido de la figura, su rival logró darle una puñalada en el centro de su pecho, dando por terminado el enfrentamiento.

—Bien, es todo por hoy. —dijo el ganador, revelándose como un chico que parecía cursar su último año de preparatoria.

Pronto, la figura también se quitó su casco, revelando a una hermosa chica en edad de preparatoria. Su cabello castaño claro estaba atado en una cola de caballo con un lazo blanco, resaltando sus hermosos ojos morados.

—Hoy estuviste bastante bien, Liena.

La chica, llamada Sortiliena Serlut  (apodada como Liena), dio una reverencia y unas palabras de agradecimiento.

Pronto se dirigió a los vestidores, donde se quitó su equipo y se colocó su ropa, consistiendo en unas simples zapatillas blancas, unos jeans marino oscuro y una remera blanca.

Ella se despidió de los maestros y practicantes, para posteriormente abandonar el dojo.

La ola de calor golpeó su cuerpo al salir a la calle, sintiendo el sol abrasador a pesar de ser cerca de las cinco de la tarde. Hacía unos cuatro días que habían empezado las vacaciones de verano, por lo que aún quedaba un montón de tiempo que podía usarlo para hacer lo que quiera.

—Mejor me voy a casa.

Ella tomó el rumbo a su casa, dirigiéndose a la estación de tren. No tenía a nadie con quien poder charlar, ella no tenía muchos amigos, Y los que tenía estaban todos ocupados en este momento.

Ella detuvo su movimiento cuando vio en la esquina de la calle, en una tienda de videojuegos, a un chico conocido para ella salir con lo que parecía ser la trilogía de Dark Souls en su mano.

El chico se notaba muy contento de haber obtenido los títulos a una gran oferta, notándose su sonrisa y entusiasmo por jugarlos.

Liena sonrió cuando reconoció al chico como su kohai de primero, Kirito.

Ella pronto fue notada cuando el joven giró su mirada, observando a Liena desde la distancia. El chico se acercó manteniendo su sonrisa, y pronto Liena sonrió de igual manera.