SAO: Highschool | Kirito x Harem

La guadaña de Kirito sobre el cuello de Sugou PTIII

¡Aviso de suma importancia!

Hola, lector/a, si has llegado hasta aquí, quiero agradecerte por tu interés en la historia, la cual si bien no es la mejor, si no una historia para pasar el rato, quería agradecer tu apoyo. Realmente no me interesa que le des una estrella, con que dejes un comentario diciendo que te gustó el capítulo realmente me ayudas mucho. Normalmente no escribiría otro cap una semana después de haber publicado el anterior, pero me he dado cuenta de que el primer capítulo ha llegado a las 1K views, eso me motivó a escribir el cap de hoy.

Segundo: esta historia la creé por mero capricho como bien sabrán si has leído las notas de autor, por lo que no quiere decir que la esté cancelando, NO, simplemente las actualizaciones no son tan constantes como antes, por lo que, si crees que me estoy tardando demasiado, eres libre de continuar la historia; envíame un mensaje en mi perfil o por privado, para que me entere de que la estás continuando.

Dicho eso, lamento interrumpir tu lectura y te dejo leyendo el cap.

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Fanatio-Bien, eso es todo por hoy chicos, guarden sus cosas y los veo mañana, que estudiaremos el Muro de Berlín.

Los estudiantes de preparatoria se limitaron a decir "si", sin ganas.

Se había acabado las horas de Fanatio, y el almuerzo dio comienzo. Los estudiantes hacían fila para comprar su almuerzo, mientras que otros sacaban el que trajeron.

El joven Kazuto se llevó las manos al estómago, algo hambriento.

Asuna no había asistido a clases ese día, por lo que el se preguntó si ese tipo tenía algo que ver en el asunto.

(Si no me equivoco... había una casa abandonada en el bosque a unas 3 horas de aquí...)

El estaba pensando en donde dejaría a Sugou luego de secuestrarlo, para después hacerle pasar un infierno del cual se arrepentirá por haber molestado a Asuna.

Eydis-Kiritooo, ¿estás aquí?

El nombrado se fijó en la puerta, viendo a una hermosa chica con ojos color vino mirándolos fijamente. Su cabello color beige estaba atado en una alta cola de caballo con un moño negro. Su mirada era una juguetona, traviesa, alegre, y algo pícara.

-¡Buenos días Eydis! ¿Necesitas algo?

De repente, hubo un cambio abismal en la personalidad de Kirito, volviendo a ser el mismo al cual sus amigos estaban acostumbrados, sin recuerdos de su infancia o similar.

Eydis asomó por la puerta dos cajas iguales, las cuales desprendían un rico aroma.

Eydis-¿Almorzamos juntos?

Preguntó algo esperanzada, ella quería almorzar con Kirito el día de hoy. Normalmente el almorzaría en la cafetería, pero no había ido, por lo cual Eydis se decidió ir a buscarlo.

-¡Por supuesto! Ven y siéntate aquí.

El chico palmeó enfrente de el, indicando que se siente delante suya.

Eydis acercó una de las sillas al frente de el, sentada en la misma mesa.

Ella realmente estaba feliz, esperaba poder almorzar junto a Kirito sola y sin interrupciones, y la suerte parecía haberle sonreído el día de hoy.

Dejó una de las cajas de almuerzo frente a Kirito, juntaron las manos y agradecieron por la comida.

-¡Realmente te lo agradezco, Eydis! No traje dinero y me moría realmente de hambre.