Capítulo 4.

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Laura y Lucas charlan de camino a casa, de normal iban con Claudia pero en esta ocasión ella no está, y eso les da un poco de incomodidad a ambos.

-Y bien, Lucas, ¿no tienes nada que decirme?

-¿Cómo? ¿A qué te refieres?

-Verás, hace ya bastante tiempo que sigo un blog anónimo de un chico, creo que es del instituto, quizás tú lo conozcas. Bueno, esta última semana me he ido dando cuenta de que me suenan muchas cosas que él escribe.

-Vale, ¿y qué me quieres decir con eso?

-¡Lucas, deja de andarte por las ramas! ¿Eres tú quien lo escribe o no?

-¿Qué? No, claro que no. —Dice aparentando estar tranquilo.

-Uhm, pues ese chico tiene tu edad, está enamorado de una chica cercana a él, y en una de sus publicaciones se le escapa el nombre "Laura".

-Mierda, Laura, no quería joder nuestra amistad. —Dice apenado —Eres muy especial para mí.

Sin darse cuenta llegan al portal de Laura.

-¿Joder nuestra amistad, Lucas? Llevo enamorada de ti desde que te vi por primera vez, idiota. —Y sin dejar tiempo para que el chico lo asimile, le besa apasionada y dulcemente, es un beso inesperado, pero muy deseado, llevan tantísimo tiempo esperando ese momento. Se separan, se miran sonriendo y se envuelven en un cálido abrazo. —Debo irme, guapo.

-Claro, yo también, tengo hambre.

-¿Quieres comer en mi casa? —Dice ella sin pensárselo dos veces. —Mis padres no están.

-Bien, llamaré a mi madre y le diré que vamos a comer por ahí todos.

-Lucas, ¿estás bien? Desde que te he besado estás que no estás.

-Lo siento preciosa, estoy desconcertado, llevaba tanto tiempo deseando esto, deseando tenerte. Siempre pensé que eras un quiero y no puedo, pero, no, ahora te tengo, y no voy a dejarte marchar nunca.

Laura sonríe, no hay nada que decir, ¿cómo ha podido ser tan tonta? ¿Cómo no se había dado cuenta de lo que sentía Lucas? De todas formas, ya no importa, ahora comerán juntos y está segura de que le pedirá salir, y si no, lo hará ella.

Están haciendo una pizza, ella quería hacerla en el horno pero él ha insistido en usar el microondas.

-Gran idea has tenido, ¡está medio cruda!

-¡Si es que esta pizza es de horno! —Dice soltando una carcajada.

-Pero, pero, ¡si yo te dije de hacerla en el horno! —Lucas nota como su "chica" se ha picado, sonríe y le da un dulce beso en la mejilla, y a continuación en los labios. —¿Quieres ver una peli?

-¿No volverán tus padres?

-No, vuelven por la noche. ¿Podemos ver "Bajo la misma estrella? Por favor, por favor, porfa, porfa. —Dice poniendo pucheritos a ver si cuela.

-¿Cuál es esa? Bueno, ni me contestes que se me quitarán las ganas de verla. La que tú quieras princesa.

-¡Bien! —Grita eufórica, a Lucas le encanta cuando se comporta como una niña pequeña. Su niña pequeña. Le da mucha ternura. —Hey, empanado, ¿en qué piensas?

-En lo mucho que te amo, boba. —Ella se sienta en el sofá donde está él y le da un beso, y él se tumba apoyando la cabeza en su regazo, no cree que la película le vaya a entusiasmar.

Transcurren cuarenta minutos de película y Laura se da cuenta de que Lucas se ha quedado dormido, que mono es, le encantaría despertarse cada mañana y encontrarle a su lado así de dormidito. Sería genial.

Cuando ya está terminando la película, Lucas se despierta y ve que Laura está llorando, se incorpora y la abraza fuertemente.

-Te has dormido, cabrón.

-¿Yo? ¡Qué va! —Y se ríe.

-Si quieres dormir podemos ir a mi habitación.

La tarde transcurre lenta para Jenni, está preocupada por Claudia, no sabe nada de ella desde esa mañana, ni por qué se marchó así. Tampoco ha contestado sus llamadas y mensajes. Y de repente, el pitido de WhatsApp interrumpe sus pensamientos, ¡es ella! Aunque no es el mensaje que deseaba recibir.

-Oh dios mío, ¡no puede ser!

Sonrisas fingidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora