Capítulo 7

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"¿Será cierta la ley de Murphy? ¿Será cierto que, si algo tiene que pasar, pasará? ¿Será cierto que mi destino era estar con ella desde el primer día en que la conocí? No lo sé, solo sé que quiero vivir el momento, disfrutar de ella cada segundo juntos. Cuidarla, amarla, y sobre todo, hacerla feliz. Porque si mi sueño era estar con ella, mi sueño ahora es hacer que se quede conmigo para siempre. Te quiero, preciosa." Lo revisa y pulsa enter, pero esta vez no es él quien lo hace, sino Laura, que está feliz por poder presenciar por primera vez como su novio, su novio, le encanta esa palabra, publica algo en su blog, en el blog de su vida, y más feliz está porque ese blog está dedicado a ella. En diez minutos tendrán que salir de casa, pero Lucas ha aprovechado a escribir un poco mientras ella se tomaba el desayuno. Cuando se da cuenta de la hora, Laura se va corriendo a su habitación a cambiarse, escoge una sudadera larga, unos pitillos y unas vans azul turquesa. De su estuche de maquillaje saca la base y se da un poco, sin pasarse, también usa el rímel y el delineador, solo le gusta hacerse la raya de arriba. Lista. Sale y ambos se van corriendo.

Mario llega a clase, donde sus cuatro amigos ya han llegado, Jenni, a pesar de haber venido con Claudia, no ha obtenido respuesta a ninguna de sus preguntas, Claudia todavía tiene muchos secretos ocultos a sus mejores amigos. Mario, tranquilo, le cuenta el reencuentro de ayer con aquel hombre, Jenni ya había contado lo sucedido así que ellos se sabían la historia de pe a pa.

Fin de las clases, ahora llega un fin de semana, con su lunes incluido ya que es huelga, un buen fin de semana. Tienen planeada una escapada a la playa, aunque no a todos los padres les parece bien...

-Claudia, después de lo de Rober no se si es buena idea que te vayas con tus amigos a la playa.

-Tranquila mamá, estaré bien.

-Ten mucho cuidado, por favor. –Claudia asiente, coge su maleta y, tras darle un beso a su madre, sale de casa. Allí ya están los demás esperándola en el coche de Mario, es su padre quien los lleva. Pero de repente para en seco y se pone pálida.

-Claudia ¿qué pasa? –Dice Lau preocupada. –Parece que has visto un fantasma.

En realidad, no se equivocaba del todo. Era él otra vez, estaba sentado en el asiento donde iba Claudia, pero sin darle mucha importancia sigue hacia adelante diciendo que solo ha sido un mareo. Y cuando se va a sentar, el desaparece.

-¡FIESTAA! –Grita Mario entusiasmado.

Después de dos horas de coche entre música, gritos, y algún que otro ronquido de Mario, llegan. El padre de Mario se vuelve a la ciudad y los chicos se dirigen a un apartamento que han alquilado para esos días, es enorme, cuatro habitaciones, una con dos camas, dos baños, sala de juegos, un salón bastante grande y la cocina. Además, está en plena línea de playa. La casa es preciosa, la sala de juegos, la cocina y el salón, están rodeadas por una ventana que ocupa todas las paredes. Para esa tarde, tenían alquiladas unas tablas de surf, todos excepto Laura sabían surfear.

-Hey, están saliendo ya las buenas olas, ¿vamos? –Dice Claudia ilusionada por coger una tabla de surf otra vez.

-Claro, vamos. –Dicen Mario y Jenni al unísono.

-Yo no voy, ya lo sabéis.

-Venga Lau, tienes que intentarlo. –Insiste Jenni.

-Que no, que no, no insistas.

-Yo ahora no tengo muchas ganas, además así no le dejo sola. –Dice Lucas bajo una pequeña sospecha de sus amigos, aunque no le dan mucha importancia porque tienen ganas ya de salir, se ponen sus bañadores y salen sin decir nada más.

Lucas y Laura se quedan solos, por fin pueden liberar esas ganas que tenían por comerse la boca el uno al otro. Pero no es así, Laura parece cabreada.

-¿Por qué no has ido?

-No quería dejarte sola. Y tenía ganas de estar contigo.

-Me da igual, ahora sospecharán de que estamos juntos, joder.

-Y ¿qué más da eso? Ellos ya sabían que yo estaba colado por ti.

-Pero no sabían que yo lo estaba por ti, y no quiero que se enteren. –Lucas está descolocado, ¿por qué le ha dado ahora por tanto secreto? ¿Qué más dará que lo sepan?

-¿Quieres que me vaya entonces?

-Sí. –Dice soltando una pequeña lágrima.

Sin decir nada más, Lucas va a su habitación y sale con el bañador puesto. No entiende nada, esa mañana estaban genial y ahora se cabrea por esto, no tiene sentido. Se dirige a la puerta, mientras Laura le observa con la cara empapada de lágrimas. Pero no puede irse, suelta la toalla y da media vuelta, agarra a Laura de la cintura y la besa liberando cualquier tensión que hubiera en ese momento. Durante unos minutos ninguno dice nada, sobran las palabras. A Laura le encanta acariciar el torso desnudo de Lucas.

-Vamos a mi habitación. –Dice Laura entre susurros.

Tumbados en la cama como si nada de lo de antes hubiera pasado, ninguno de los dos está cabreado y tampoco ninguno está triste, están a gusto el uno con el otro. Lucas comienza a quitarle la camiseta y tras esto el pantalón, y cuando ambos están completamente desnudos, se unen haciéndose uno. Los dos se están entregando algo que a nadie más le habían entregado, están explorando lugares que nadie más conocía, ya que esta es la primera vez para los dos. Y están muy cómodos, no hay vergüenza ni dolor. Un montón de besos después, se encuentran tumbados en ropa interior, no dicen nada, pero el silencio no es incómodo. De repente se oye un grito, parece la voz de Jenni.

Sonrisas fingidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora