Capítulo 6.

116 3 0
                                    

Mario se muestra tranquilo, no quiere asustar a su madre, pero tiene que hablar seriamente con ella, porque lo que ocurrió hace un año con él, no tiene perdón. Por esos tiempos, Mario estaba enamorado de Jenni.

-¿Sí? —Dice Mario al descolgar el teléfono, era un número que no tenía agregado, pero al otro lado se oía la voz de su amiga Jenni llorando. —Jenni, ¿eres tú? Tranquilízate por favor, ¿qué pasa?

-Tienes que ayudarme por favor. —Su voz es casi inaudible, parece que no quiere que la oigan, además de que se oye entre sollozos. —Al salir hoy de clase de piano un hombre me ha sorprendido por detrás y me ha metido a su coche a golpes, ahora estoy en su casa, no sé qué quiere hacerme. —Mientras habla se oyen golpes en la puerta y una voz de hombre bastante grave diciéndole a la chica que salga. —Mario por favor ayúdame, estoy muerta de miedo.

-Joder Jenni, tranquila, aguanta. Dime la dirección, llamo a la policía y voy lo más rápido posible.

-Calle la Bamba... número...

-¡Sal de ahí, puta! ¡Cómo estés llamando a la policía te mato! —Esa voz vuelve a oírse, entre los lloros de la joven.

-Número 25, ¡date prisa! —Y cuelga.

Mario llama a la policía, hay una centralita a tres manzanas de allí, así que en seguida llegarían. Pero él, sin dar explicaciones a su padre, coge su bicicleta y corre en su busca.

Cuando llega a la casa, la puerta está entreabierta y a quien se ve es a un hombre de unos cuarenta años, sin camiseta y con un cuchillo en la mano, aporreando una puerta. Apenas entraba Mario cuando llegó la policía, pillaron al hombre por sorpresa y lo detuvieron sin hacer mucho esfuerzo.

-(Toc, toc) Jenni, ya puedes salir.

-¿Dónde está él?

-Lo han detenido, tranquila, sal.

Jenni abre la puerta muy despacio para asegurarse de que no está él, cuando solo ve a Mario se abalanza rápidamente sobre él dándole un fuerte abrazo. A pesar de que todo ha pasado, Jenni no para de llorar.

-Mamá, ¿puedo hablar contigo a solas, por favor?

-Claro Mario, —dice su madre mientras aquel hombre se aleja del comedor, —¿qué ocurre?

Mario le cuenta toda la historia a su madre, ella sabía que había estado en la cárcel pero nunca supo por qué.

-Lo siento cariño, vete a casa de papá, ahora hablaré yo con Ramón y no creo que quieras seguir aquí.

-Vale mamá, ten cuidado. —Y tras darle un beso se marcha.

Cuando va a cruzar la esquina de la calle empieza a oír a su madre gritando, y a continuación sale Ramón de la casa tras un "¡No quiero volver a verte! Mario comienza a andar rápido para que él no le vea, el autobús ya está ahí, de camino llamará a su padre.

Tras una larga conversación con su madre, Claudia se va a la cama. Le ha extrañado que su madre se hubiera mostrado tan tranquila, supone que el psicólogo le había comentado que podría volver a pasar. Por el momento no la va a llevar al psicólogo, pero tiene que contarle todas las novedades.

Por fin es viernes, aunque para todos, el jueves fue muy intenso y no se han levantado muy contentos, excepto Lucas y Laura, ellos van a su bola. Mario está aturdido después de haber visto a ese hombre y haberse imaginado a su madre con ese asqueroso, Claudia ha vuelto a ver a Rober y le ha tenido que contar todo a su madre, además de las pesadillas, y Jenni lleva sin saber nada de Claudia desde la salida del instituto y está preocupada, así que irá a esperarla a su portal para ir juntas.

Laura se despierta un poco pachucha, no le apetece ir al instituto, aunque así podrá ver otra vez a su Lucas, se levanta a trompicones, va al salón a oscuras y coge el móvil, mensaje de Lucas: Hoy vas a tener que coger paraguas, creo que está lloviendo, ve a comprobarlo. A Laura le extraña el mensaje pero le hace caso, va al balcón y la luz del sol le cega, no parece que esté lloviendo.

-¡Buenos días princesa! —No puede creérselo, Lucas está ahí abajo con un ramo de flores, muy tradicional pero a la vez muy romántico.

-Ay dios mío, ¿qué haces ahí?

-¡Tengo que decirte unas cosas amor, lo primero, que te amo muchísimo, te amo desde el primer momento en que te vi, desde la primera mirada que me dirigiste, desde la primera palabra que salió de tu boca al estar cara a cara, te amo, Laura González! —El chico sigue hablando ante las miradas atentas de la gente que pasa por su lado, todos pensando que ese joven enamorado pierde el tiempo y que debería pensar más en los estudios, pero a él le da igual, no tiene ninguna vergüenza, él solo quiere demostrarle lo que siente por ella. —Y por si todavía no te habían quedado claras mis intenciones, ¿quieres salir conmigo?

Laura, con lágrimas en los ojos, no puede creerse lo que ese idiota al que tanto quiere está haciendo, nunca nadie había hecho algo así por ella. —¡Claro que sí, Lucas, te quiero muchísimo! —Le contesta ella, como si de una película de amor se tratara.

Sonrisas fingidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora