Capítulo 21.

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Laura estaba dibujando en el sofá cuando entré por la puerta.

-¿Qué pasa?-Ella me miró y luego su sonrisa se cayó cuando vio mi cara.
- Delly, ¿qué pasó? ,¿Estás bien?- me
miró de arriba abajo.

-Estoy bien. Es Simon.Termínanos... otra vez. - Puse mi bolso en el suelo y me acurruque en el sofá.

-Oh, cariño, ¿por qué?-Laura se sentó a mi lado, con preocupación en sus ojos. -

-Primero necesito vino, mucho vino- murmuré.

-¡Hecho!- Laura se fue a la cocina y nos sirvió a cada una un vaso de vino tinto y luego la puse al corriente de las últimas 24 horas con Simon.

Escuchó atentamente mientras yo divagaba durante lo que pareció una eternidad.

-Ese idiota.-Yo no podía dejar de reír.

Mis emociones eran tan crudas y estaba tan revueltas, se sentía bien dejar que mi burbuja escapara por medio de las carcajadas.

-Me gustó. Pensé que era diferente. Pero tal vez eso es parte de su encanto. Tal vez lo hace con todas ellas.- Mi corazón se encogió de dolor.-Dios, no quise decir eso.Eres diferente. El siempre sale con esas perras, rubias,cabezas huecas. Tu eres lo contrario de eso, mereces ser tratada diferente. Lo siento, Delly. Es un idiota.-Le di otra sonrisa a medias.

-El sólo arrasa conmigo todo el tiempo. Cuando estoy con él, no puedo pensar con claridad. No soy yo misma. Sólo necesito tiempo para pensar. Nunca me he sentido así con nadie en mí vida,pero no estoy segura de que sea algo bueno. El me enloquece-. Tomé un sorbo más de mi vino para tratar de ahuyentar el dolor de mi corazón.

-Tomate tu tiempo, cariño. Sé que has estado absorbida por él. Solo dale un tiempo para sacarlo de tu sistema.
Vamos a exorcizar a Simon Konecki de tu vida. - Sonrio y alzo su copa de vino otra vez.

Termine mi vino de un sorbo y me puse de pie para dejar el vaso en el lavaplatos antes de dirigirme a mi habitación.

Mi cabeza golpeo la almohada esa tarde y no me desperté hasta la mañana siguiente.

Mi cerebro estaba nublado mientras trataba de procesar por qué tenía otro dolor de cabeza y me sentía como si hubiera estado llorando durante
horas. Y entonces recordé mi día de ayer con Simon.

Entré en el baño y abrí la ducha para tratar de lavar mi mente de los recuerdo de ayer.

Todavía tenía ganas de hablar con Simon más que nada, queria que las cosas volvierana ser como eran, a pesar de la forma en la que me enloquecia.

Pero lo echaba de menos.

Y entonces me acordé de que hoy era viernes, y se suponía que íbamos a ir a Aspen hoy.

Con el corazon apretado, senti el frescor de mis lágrimas correr por mi cara.

Terminé de lavar mi pelo y luego me vestí con un par de vaqueros gastados y mi sudadera de la Universidad de
Massachusetts. Tome mi bolsa para sacar mi portátil y consultar mi correo electrónico, cuando encontré mi
teléfono y me acordé de que lo habia apagado.

Sabía que tendría un montón de llamadas perdidas y mensajes de Simon, y tenía claro que sería inútil resistirme.

Encendí mi teléfono y encontré 22 llamadas perdidas y 17 mensajes de textos todos de él.

Me senté con las piernas cruzadas sobre la cama y me puse a hojear los
mensajes. Habían empezado ayer por la tarde y duraron toda la noche. Pasaron de la preocupación, a exigir,hasta que finalmente en los textos más recientes de las primeras horas de la mañana estaba enojado.

𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒏𝒅 𝑴𝒆 𝑭𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora