Capítulo 28.

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Cuando Miguel Ángel esculpió a David, él debió haber tenido a Simon en mente.

-Vamos, Adele, tenemos una reserva.- Salió de la ducha y se secó rápidamente antes de envolver la toalla en sus caderas.

Mis ojos se estrecharon ante la vista de su sexy músculo pélvico en forma de V que asomaba encima de la toalla y me mordí el labio mientras traviesos pensamientos pasaban por mi mente.

-Adele.-Los ojos de Simon estaban oscurecidos con peligrosa lujuria.

Hizo girar la perilla para cerrar el
agua y sostuvo una toalla abierta para mí. Me envolvió y me besó en la frente. Luego comenzó a trabajar con la
toalla secándome y quitándome el exceso de agua del pelo. Simon terminó y me señaló la bolsa de ropa que
estaba en el tocador.

-Tu vestido. Creo que hay un secador de pelo debajo del lavabo, también.- Se acercó al vestidor para comenzar a vestirse.

Miré su perfecto culo a distancia, envuelto en una toalla blanca, y ya
estaba lista para él de nuevo.

Simon desapareció y me volteé hacia el tocador. Cepille mi cabello de la mejor
manera posible sin un cepillo y luego abrí el cajón del tocador para excavar en busca de un secador de pelo.
Encontré uno, junto con spray para el cabello y una botella de perfume parcialmente usado. La recogí con el
ceño fruncido. Mi primer impulso fue lanzarlo hacia el espejo y dirigirme hacia la puerta, pero yo sabía que
Simon se merecia más que eso, y yo tambien.

Estábamos en un lugar mejor ahora, ¿no?.

Habíamos aprendido algo en los últimos días acerca de nosotros mismos y uno al otro.

Olí el perfume y lo reconocí al instante.

Recorrí mi memoria tratando de recordar dónde había olido antes.

El baile.

La noche en que Simon y yo habíamos estado juntos por primera vez.

Marjorie.

Este era el perfume de Marjorie.

Mi puño se apretó en la botella y mi corazón latía de manera irregular.

Pensé que eran sólo amigos, ¿Por qué iba a tener artículos de ella aquí?, Supe al instante que habian estado juntos más de una vez, pero opté por tener fe de que ya no era así,O al menos le
daria a Simon el beneficio de la duda.

Decidi en ese momento que Simon me importaba lo suficiente como para darle la oportunidad de explicar.

Él volvió a salir del armario vestido con pantalones de lana oscuro con una
camisa negra abierta. Ese hombre era increíblemente sexy en todo momento.

Mechones de pelo mojado le caían sobre la frente en desorden errante y sus ojos brillaron de placer, mientras recorría con la mirada mi cuerpo inmóvil y desnudo.

Y entonces sus ojos se centraron en la botella que tenía en la mano.

Cerré los ojos cuando vi su reflejo en el espejo y me mantuve inexpresiva.

-Joder.- Simon dio dos pasos hacia mí y
agarró la botella de mi mano y la lanzó de nuevo en el cajón.

Envolvió sus brazos alrededor de mi y me abrazó fuertemente a él.

-Es viejo. Dios, Delly, yo ni siquiera
sabia que todavia estaba ahí. Nunca voy a ese cajón. Lo siento.- Me agarro por los hombros con ambas manos y me miró directamente a los ojos.-¿Estás bien?-

No sabía cómo reaccionar ya que todavía no había dicho ni una palabra.

Asentí con la cabeza lentamente y respiré hondo.

-Sí, estoy bien. Sólo me tomó por sorpresa. Es irritante cuando todas tus formas de mujeriego vienen golpeándome en la cara.- Le di una pequeña sonrisa en un intento de aligerar el ambiernte.

-Ex mujeriego-Una ceja se levantó hacia mí, sin dejar de mirarme como si yo podría explotar en cualquier momento. -¿Estás bien? -

-Sí -.Le sonreí y realmente lo sentí esta vez.

-Te deje un moretón.-Su dedo tocó mi cuello suavemente.

Eché un vistazo en el espejo y mis ojos se abrieron por un momento, sorprendida por el daño que le había hecho a mi piel.

-No me duele.- Me encogí de hombros.

Se inclinó y me besó tiernamente.

-Lo siento, Delly, por esto, y por el perfume.- sus ojos se trabaron en los míos nuevamente. -Tengo algo para ti-

Él se fue de nuevo hacia el armario y luego salió sosteniendo la caja del reloj azul de Tiffany.

Mis ojos se clavaron en los suyos.

-¿Cómo lo conseguiste?-

-Me detuve en tu casa antes. Laura me lo dio.- Abrió la caja y sacó el reloj. -Quiero que lo Ileves esta noche.-

Su mirada sostuvo la mía.

- Yo no creo que debería- Fruncí el ceño.

-Quiero que lo hagas. Es un regalo, por favor.- Simon tomó mi muñeca con suavidad, cogió el reloj y me lo puso, y luego llevó mi mano a sus labios y
me besó la palma.

-Me siento como una caza fortunas.- Lo mire suplicante para que entendiera.

-No vuelvas a decir que eres eso.-Sus ojos se llenaron de ira. -Yo sé que no lo eres, y eso es todo lo que importa.- Le sonreí débilmente. -Una hermosa chica merece hermosas joyas.- Me dio un beso suave en los labios.

Sonreí y meti mi cabeza en su cuello y respiré su aroma.

-Vamos, la reserva.- Le dio a mi culo un rápido apretón y me lanzó una de sus sonrisa ladeadas.

¿Cómo se tiene una posibilidad de ganar una batalla contra él con una
sonrisa como esa?

𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒏𝒅 𝑴𝒆 𝑭𝒐𝒓𝒆𝒗𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora