5. Historia.

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—¿Puedes decirme qué te tiene tan distraída? — Reth me miraba seriamente desde el otro lado del pasillo. Había estado tocando la puerta de la habitación de Adam durante más de media hora y el maldito no se dignaba a contestar.


Bueno, pues me quedaré con su camioneta.


Caminé hacia Reth y me paré frente a él, con ambas manos en mis caderas. Alcé una ceja y, literalmente, lo fulminé con la mirada. La puerta de su habitación se abrió y soplé en su dirección para que caiga de bruces dentro. Definitivamente, hoy no estaba de humor. Cerré la puerta con un chasquido, haciendo que sólo pueda abrirse del lado de afuera. Ya podía escuchar las quejas de Reth.

Al darme la vuelta, pude ver a Kyle mirándome con una sonrisa inconsciente desde la puerta de su habitación. ¿Por qué debían estar todos en la misma planta?


—¿Qué quieres, huh? — pregunté con los brazos cruzados. La cara de Kyle cambió instantáneamente y su ceño se frunció.


—¿Puedo saber que le pasó a la adorable Jude? ¿La que se sonrojaba por todo? Definitivamente, quiero un reembolso.


Kyle siempre sabía cómo aligerar el ambiente, y esa no era una excepción. Corrí a su lado y lo abracé por el cuello. Él enseguida unió sus manos en mi cintura.


—Todo esto de los Cazadores me tiene cansada— contesté simplemente. Él entendía a lo que me refería, ya que uno de ellos había cazado a toda su familia. Kyle asintió y nadie más habló. Me separé de él y quise pedirle disculpas, cuando la puerta de la habitación de Adam se abrió.


—¡Al fin, chico! ¡Hasta que me notas!


Adam se estaba frotando los ojos y sólo usaba un par de calzoncillos, ¿quién diría que tenía un mejor amigo que estaba tan bueno? Jo, yo no lo había notado. Su pelo color cobrizo estaba todo revuelto a causa de su almohada y parecía no entender mucho lo que sucedía a su alrededor.

Soplé en su dirección y salió volando hacia su sillón. Me encantaba jugar con él de esa manera, pero últimamente estaba abusando de mi magia y eso no era bueno si estaba tratando de ocultarme.


Al parecer, esa sacudida había terminado de despertar completamente a Adam, quien me miraba acusatoriamente desde el sofá.


—Oye, no me mires así. No es mi culpa que me hagas esperar— dije apuntándolo con un dedo. Él se encogió de hombros y me miró.


—Desembucha—  palmeó el espacio libre a su lado y me tele transporté. Era muy floja así que no sé lo que haría sin la magia en sí.


—Bien. Sabes que creo que Mac es un Cazador, así que ya no sé dónde esconderme. Mis papeles se cayeron y, cuando nos agachamos para recogerlos, nuestras manos casi se tocan. Típico de película. Obviamente, hice que una ventisca  de viento se llevara la mitad de los papeles para poder separarme de él. Luego me fui corriendo, pero siento que ahora mismo estoy hablando demasiado y muy rápido, ¿no es así?


—Totalmente. Siempre lo haces y me mareas— contestó frotándose la sien—. Ahora, volviendo al tema Mac... no creo que sea un Cazador. Hay algo que me da desconfianza, pero nunca lo he visto por la Academia, por lo que esto más que seguro de que no es un submundo conocido por nosotros.

Hey, JudeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora