Las semanas pasan y Elvira cada día está más acostumbrada a vivir en el Norte. A pesar de que el clima es frío y está constantemente nevando, lloviendo o simplemente nublado, la gente es agradable y siempre la reciben con una cálida sonrisa y los brazos abiertos, incluso viniendo de otro reino.
Todos los días entrena junto a Alvar y sus guerreros con la espada y de vez en cuando se hace con un arco para mejorar su maestría con el arma.
Oki por su parte también entrena, pero separado de ellos. Su mente está ocupada por otro asunto, mucho más urgente para él en estos momentos.
Los últimos días ha estado decidiéndose por salir a Kothen. Está convencido de que mañana será el día, solo necesita que Elvira le acompañe.
Espera a que termine la práctica de espada de esa tarde, antes de la hora de la cena, para hablar con ella.
- Princesa, tengo que pedirte algo. - Comenta el juglar directamente, nada más verla.
- Claro, ¿Qué es?
- ¿Puedes... Acompañarme a Kothen mañana? - Pregunta Oki con algo de timidez.
- Pero está en una guerra interna, ¿Cómo vamos a ir? Y, ¿Por qué?
- Princesa, vamos... A acabar con esa guerra.
Elvira observa a Oki detenidamente durante varios minutos, sopesando sus opciones. Finalmente, y tras lo que al juglar le parecen horas, acaba accediendo.
Si van a conseguir que acabe la guerra de Kothen merece la pena ir. Además, ver el panorama le servirá para prepararse para la guerra que se les viene encima y, muy posiblemente, para superar su miedo: desde que perdió a su padre no ha vuelto a ver ningún amasacre, nada relacionado con la guerra.
- Genial, partiremos después del amanecer. Gracias. - Contesta Oki, resistiendo el impulso de darle un abrazo a Elvira por la felicidad.
Una vez terminada la pequeña conversación ambos se dan un agradable baño y bajan al comedor para cenar. De nuevo, se sientan en una gran mesa de roble oscuro en medio de un amplio comedor, donde comen junto a Alvar y la mayoría de guerreros y nobles de Ikrob.
- Ya me ha contado el juglar que mañana vais a Kothen. - Comenta animadamente Alvar.
- Sí. ¿Cuánto podremos tardar en llegar? - Pregunta Elvira curiosa.
- Si vais rápido y no os detenéis, por la noche habréis llegado al reino.
- Pararemos y dormiremos fuera. - Susurra Oki, entrando en la conversación.
Alvar deja escapar una carcajada y observa a su primo entretenido como no lo ha estado en los últimos días.
- Parece que tienes las cosas claras.
- Llevo pensándolo un tiempo, lo tengo todo planeado. - Responde el chico albino en el mismo tono de voz.
- Así debe ser, Er... Tú. - Con un ligero carraspeo Alvar se libra de decir el verdadero nombre de Oki en frente de Elvira. Es consciente de que aún la chica no sabe la verdad sobre el que se hace pasar por juglar.
Y también sabe que Erik quiere decírselo él mismo, posiblemente en el viaje hacia Kothen, o tal vez cuando suba al trono del reino. En cualquier caso, aún debe tener cuidado para no hablar más de la cuenta.
- Será mejor que vayamos ya a dormir, mañana partiremos temprano, debemos descansar. - Sugiere Oki, poniéndose en pie con toda la intención de marcharse a su dormitorio.
- Yo iré en pocos minutos. - Comenta Elvira, aún sentada a la mesa.
El chico albino asiente y sale del comedor rápidamente, tiene muchas cosas que preparar. Y tiene que asimilar que en pocas horas volverá a su reino, al que no iba desde hacía años. Volverá nada más y nada menos que para recuperar el poder y gobernar, necesita prepararse bien.
- Lleva unos días muy distante. - Susurra la princesa, aún con la mirada perdida en la puerta por la que ha salido Oki.
- No te preocupes, estoy seguro de que el viaje de mañana os dará las respuestas que necesitáis.
- Alvar, pareces conocerle bien, ¿De qué os conocéis? ¿Tal vez se debe a que es un juglar proveniente de las tierras del Norte?
- Digamos que lo conozco bien porque es del Norte, sí. - Responde el rey de Ikrob con una sonrisa en el rostro.
- Me gustaría conocerle mejor, a veces siento que no sé nada de él, a pesar de haber estado ya tantas semanas juntos.
- Toma tiempo conocer a alguien, princesa, debes estar con esa persona durante muchos días y hablar, hablar mucho.
Elvira asiente ante la respuesta de Alvar y, sin quererlo, la imagen de Aland aparece en su mente. ¿Cómo estará? ¿Se estará preparando para atacarles en cualquier momento? ¿Cómo se habría tomado su huida?
- Y debes estar abierta a cualquier sorpresa que pueda venir. - Continúa hablando el rey de Ikrob.
Elvira asiente nuevamente, volviendo a prestar atención a su interlocutor y alejando al príncipe heredero de Estria de su cabeza.
- Pero no te preocupes, le conocerás mejor, estoy seguro.
- Gracias. También espero no permanecer mucho tiempo en Kothen, tengo miedo de que ataquen antes de lo previsto. - Confiesa Elvira.
Alvar deja escapar una carcajada antes de responder, si realmente Elvira supiese lo que van a hacer en Kothen...
- No te preocupes por eso princesa. Tu ejército ya está casi listo, si nos atacasen seríamos completamente capaces de defendernos. De todas formas, Estria y Ridia aún no tienen el poder que quieren para lanzarse a la guerra. En el momento en que veamos movimiento en los reinos del Sur, entonces podremos empezar a preocuparnos.
- Intentaré no preocuparme entonces... Es que es la primera vez... La primera vez que voy a participar en una guerra. Cuando conquistaron Brawley yo solo me defendía, ahora también tendremos que atacar.
- Sí, es lo que tienen las guerras. Pero princesa, con reyes como Constantino no se puede tratar, no puedes pactar nada con él. La negociación no servirá en este caso, esta guerra es necesaria.
- Lo sé. Por eso estoy intentando seguir adelante lo mejor que puedo. Por Brawley. Y por todos los nueve reinos.
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La guerra de los nueve reinos
RomanceElvira ha escapado de Estria pero, ahora tiene que recuperar su reino, Brawley. Historia original, por favor, no copiar 😊 Esperamos que os guste 🥰