La guerra de los nueve reinos

Te reto a un duelo:

Los tres nobles rodean a Erik y a Elvira, y se acercan a ellos despacio, con expresiones amenazantes.

- ¿Qué estás haciendo aquí, pequeña rata cobarde? - Pregunta Borg con una sonrisa maliciosa pintada en el rostro.

- Cuida tus palabras, ¿O has olvidado con quién estás hablando? - Contesta Erik con seriedad.

- Con un cobarde. - Comenta Hans soltando una estruendosa carcajada.

- No puedo creer que este inútil sea uno de los que amenazan mi trono. - Susurra el chico albino negando lentamente con la cabeza.

- ¿Qué trono? - Pregunta Gustaf con sarcasmo.

- Tal vez lo hayáis olvidado, pero soy el heredero de Kothen. Y he venido a recuperar lo que es mío.

- Erik, Erik, Erik. - Comenta Borg acercándose al príncipe aún con la sonrisa en el rostro. - Creo que perdiste el derecho al trono hace años. - Susurra dándole un par de palmaditas en el hombro.

- Sigo siendo el hijo del rey, soy el heredero al trono de Kothen y lo sabéis. - Replica Erik con determinación, apartando de un golpe la mano del noble.

- Es verdad... - Susurra Hans con una expresión de preocupación.

- Es posible, pero resulta que han pasado años. Y, lamento decírtelo, Erik, pero alguien que huye cuando las cosas empiezan a ponerse feas, no tiene lo que se necesita para ser rey. - Explica Borg con superioridad.

- No tienes ni idea de por qué me fui de Kothen. - Encara Erik.

- Porque te dio miedo perder el trono ante tu hermano. - Responde Gustaf uniéndose a la conversación, esbozando él también una sonrisa.

- ¡No! Yo quería que Henrik gobernase, me fui para que él pudiese hacerlo, no porque no quisiese o tuviese miedo.

Da igual cuántas veces Erik intente explicarse, no le entenderán. Pero, a pesar de saberlo, ¿Por qué se siente tan agobiado y desesperado porque le comprendan?

- No les escuches... - Susurra Elvira, que hasta entonces se ha mantenido en silencio, fuera de la conversación.

Con esas tres palabras consigue captar la atención de todos los presentes en la sala.

- A todo esto, aún no nos has dicho quién es tu acompañante. - Comenta Gustaf.

- Elvira de Veryard, princesa de Brawley. - Se presenta la joven, echando los hombros hacia atrás con confianza.

- Tengo entendido que el reino del Oeste está en manos de Estria, ¿O me equivoco? - Pregunta Borg, esta vez hacia Elvira.

- Lo está. Por poco tiempo. Tengo toda la intención de recuperar mi reino, así haya que entrar en guerra o no.

- Una chica que sí tiene las ideas claras, no como un príncipe que yo conozco.

- Yo también tengo las ideas claras, Borg, voy a recuperar Kothen. He venido a subir al trono y gobernar y acabar con el desastre que estáis haciendo en mi reino.

- Lo lamento mucho, pero no puedo permitirlo. Seré yo el que gobierne. - Comenta Gustaf.

- No te líes, amigo mío. El trono es mío. - Replica Borg.

- Pero... Yo también quiero gobernar. - Susurra Hans, paseando su mirada rápidamente entre todos los presentes.

- Desde luego, qué ineptos. - Susurra Erik al mismo tiempo que suelta un suspiro.

- Por las palabras no llegaremos a ningún lado. - Asegura Borg esbozando una maliciosa sonrisa. - Te reto a un duelo, Erik.

- ¿Un duelo? - Pregunta Elvira para sus adentros, es la primera vez que ve algo parecido.

- Si yo gano, gobernaré Kothen. Si tú ganas, te devolveré el reino que ahora tanto ansías. - Propone el noble Borg.

- Acepto.

- Pero Borg, no puedes hacer eso, yo también quiero gobernar. - Exclama Hans con un fuerte lamento.

- Que se te hubiese ocurrido antes esta idea. - Contesta el noble de cabello oscuro encogiéndose de hombros.

- Basta de charlas. - Susurra Erik. Con un gesto rápido se deshace de su abrigo y desenvaina la espada.

El noble deja escapar una corta risa antes de hacer exactamente lo mismo que él.

- Espero que estés preparado para la derrota, prometo no matarte, aunque  no por ello será más fácil para ti.

- Malgastas el tiempo y la energía diciendo palabras vanas.

Elvira se hace a un lado, al igual que los otros dos nobles. Sólo espera que Erik sea capaz de plantarle cara a Borg, que no haya ningún accidente, que nadie salga herido.

- No te preocupes por mí, tengo energía más que suficiente. - Susurra Borg, adoptando una postura amenazante.

Erik observa a su contrincante con aire nervioso. Recuerda que el noble al que va a enfrentar era el mejor del reino con la espada, y eso cuando aún era más joven. Ahora, después de haber tenido años para entrenar y mejorar da por sentado que se ha vuelto más fuerte.

Mientras, ¿Qué ha estado haciendo él? Ganarse la vida fingiendo ser un juglar. Si no era capaz de vencerle en aquel entonces, ¿Cómo va a ser capaz de vencerle ahora?

- No dudes, concéntrate. - Pide Elvira, casi voz en grito. Observa temerosa como ambos sujetan sus espadas con fuerza y se miran con destellos de furia en los ojos.

Erik asiente, no puede dejarse influenciar, el combate ya ha empezado, tiene que concentrarse. Agarra la empuñadura de su arma con más ahínco y se prepara para comenzar a atacar.

No es el mejor espadachín, pero él tiene algo con lo que Borg no cuenta: un reino que recuperar. Se enfrentará movido por el deseo de volver a reinar en Kothen, deseo que tenía de pequeño y que ha vuelto a resurgir con más fuerza que nunca, sobre todo después de haber visto lo necesitados que están sus súbditos de un buen rey.

Es él el primero en lanzar un ataque, algo torpe, que Borg esquiva sin problemas.

- ¿Eso es todo lo que tiene que ofrecer el segundo príncipe de Kothen? - Pregunta el noble con superioridad al mismo tiempo que esboza una sonrisa sarcástica.

- Cállate, esto no ha hecho más que empezar. - Responde Erik en un susurro grave.

Comienza a lanzar un ataque tras otro, luchando con todas sus fuerzas. Borg desvía la espada de Erik cada vez que esta se acerca a su cuerpo. Sin embargo, él aún no ha lanzado ningún ataque.

El noble continua defendiendo y evitando los ataques del príncipe y espera a que este se detenga para tomar aliento para atacar.

Justo cuando Erik finaliza un último ataque y baja la guardia... Acerca su espada al cuello del príncipe con velocidad.