Los siguientes dos días estuvo en la biblioteca, desde que abría hasta que cerraba, estudiando para el examen de historia. Gracias a Dios (Si es que existe.) pudo encontrar un buen ambiente se estudio y logró un buen resultado cuando el formulario de preguntas estaba frente a ella.
Luego Anabell la ayudó a estudiar matemáticas durante el fin de semana. Quedaron en su casa, por lo que pudo usarlo de excusa para dormir fuera y se centró en alcanzar una nota alta.
Esta vez logró completar el examen antes de que terminara el tiempo. Estaba segura de alcanzar más de 90 puntos. Salió de la escuela y vio a Anabell esperándola afuera, pero no estaba sola. Un chico alto conversaba con ella, no era el más atractivo pero tampoco estaba en el promedio. Aparte de eso, tampoco le era desconocido a Elena. Al verlo la emoción brotó con fuerza desde su interior, y corrió hacia él demostrándolo.
- ¡Axel! - gritó abrazándolo.
Él le devolvió el saludo envolviéndola con sus brazos alrededor de la cintura.
- ¿Cuándo volviste? ¿Por qué no me llamaste? - preguntó mostrando una enorme sonrisa en su rostro.
- Estuve ocupado, y no quería distraerte durante tus exámenes.
- Me alegro de que estés de vuelta.
- Fue tan difícil estar lejos de mí. - Bromeó el joven.
Elena se puso en puntillas hasta que pudo chocar sus labios en un beso superficial.
- Fue muy difícil, de muchas formas. - su sonrisa disminuyó un poco al recordar los últimos días, pero se repuso casi de inmediato. - Ahora que estás aquí se siente mejor. - apretó el abrazo, presionando su rostro contra su pecho e inhalando su aroma.
- Sigo aquí ¿saben?
Anabell, que miraba burlonamente desde un lado, interrumpió el ambiente antes de que se volviera más "agradable":
- ¿Cómo te fue Elle? - Elena estaba a punto de responderle, pero ella volvió a interrumpir. - Espera, déjame adivinar. Por tu reacción puedo suponer que esta vez saliste muy bien.
- Mi reacción podría ser porque estoy muy feliz de ver a Axel. - le dijo alzando una ceja.
- Si estuvieras de mal humor no estarías tan expresiva. - Axel corrigió depositando un beso en su frente.
Elena hizo una mueca lastimosa:
- Se supone que tienes que estar de mi lado.
- Lo siento bebé, pero Anabell aquí - inclina la cabeza en su dirección - te conoce mejor que yo y sabría que estoy mintiendo.
Elena estaba por objetar algo, pero la vibración de su móvil en el bolsillo de la mochila la detuvo. Una nube negra llenó sus pensamientos al instante. El causante de la interrupción no era ni Ana, ni Axel, por lo que solo quedaban dos personas que podrían llamarla o enviar un texto, y no le agradaban ninguna de las dos.
Soltando un gruñido frustrado abrió la cremallera y sacó el aparato. La palabra [Papá] brilló en la pantalla con los símbolos para contestar y colgar en las esquinas inferiores.
Un ligero alivio recorrió su cuerpo antes tenso. Su padre no se incluía entre esas dos personas molestas.
Presionó el botón de contestar rápidamente, y lo llevó a su oído separándose de Axel.
- ¿Papá?
- Lena, tesoro. ¿Ya terminaste tu examen?
- Si acabo de terminar. ¿Papá, estás en el trabajo?
- No, me tomé dos semanas libres desde hoy. Ya hablé con tu madre, puedes venir cuando quieras.
- ¡¿En serio?! - su rostro se iluminó con una sonrisa amplia. - Iré a casa ahora mismo a empacar. ¿Pasas por mi a la parada del autobús?
- Por supuesto. Te veo en seis horas tesoro.
- Nos vemos papá. - cuelga.
- Entonces irás a ver a tu padre. - El primero en hablar fue Axel.
- Si. No le he visto desde las últimas vacaciones. - La amplia sonrisa no mostraba signos de desaparecer del rostro de Elena.
- Lástima. Había pensado ir a ver una película y al parque de atracciones el fin de semana. - Sacó un par de entradas del bolsillo trasero de su pantalón. - Pensaba darte una sorpresa, pero supongo que las entradas se desperdiciarán.
- ¿Entonces porque no vais tú y Ana? De esa forma podrán disfrutarlas por mí. - Elena revisó la hora en su celular y los eventos próximos en su calendario para las siguientes dos semanas.
- ¿No te pondrías celosa? - Dijo Ana con un toque de picardía en su mirada y tono de voz.
- ¿Celosa? ¿De mi mejor amiga?. ¿Anabell, recuérdame otra vez hace cuánto me conoces? - Guardó el móvil entre sus cosas y tiró del brazo de Axel para darle un beso en la mejilla. - ¿Puedes acercar a Ana a su casa? Estoy corta de tiempo.
- Ya que tú me lo pides. - Le devolvió un beso profundo en los labios como despedida. - Nos vemos en dos semanas.
- Bye bye. - Miró a Anabell. - Bye, Ana. Gracias de nuevo.
Luego se fue corriendo a casa a empacar. Tenía un largo viaje de 5 horas en autobús hasta la otra ciudad.
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Las pesadillas de Elena Gibson
RomanceElena Gibson es, según palabras de sus amigos de secundaria, la chica rara. Con una personalidad no muy amigable, o tal vez un poco directa, Elena no tiene muchos amigos a sus 18 años. Pero tiene a Anabell, a quien considera su mejor amiga. Tiene l...