Historia

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Hace muchos años para ser más exacta cuando tenía cinco mil era una diosa, inútil para el reino celestial, mis verdaderos poderes estaban bloqueados, por lo que me puse a refinar duramente, mis padres me enseñaron habilidades de otros reinos. Trabajando en ellos duramente a los siete mil años ya era toda una genio por lo que me dieron a los mejores maestros de todos los reinos, dos mil años después tuve un pequeño accidente que pudo desbloquear mis verdaderos poderes.Todos en el reino celestial estaban realmente sorprendidos nunca nadie había, tenido un poder igual o similar, ante varias críticas y presión de todos solicité dejar de vivir con mis padres y tener mi mansión, estando ahí solo tenía cuatros sirvientas.

Pasaron tres mil años cuando estaba en una guerra con los demonios, al ser tan fuerte para alguien de mi edad me dejaron ir al frente entre el combate, me encontré peleando cara a cara con el rey demonio, el lugar donde me encontraba era donde estaba su trono, varios soldados celestiales me acompañaban atacando a los demonios que se encontraban ahí. El rey demonio mientras peleaba conmigo protegía a sus hijos, ignoraba eso hasta que lo tuve arrodillado ante mi y cuando estaba a punto de cortarle la cabeza lo miré a los ojos, fue cuando me di cuenta de que algo andaba mal. Retiré mi espada de él y mate a los soldados celestiales que se encontraban conmigo, bloquee todas las entradas de ese lugar para cuando me encontré a fuera, solo quedaban pocos demonios.

Aunque adentro todavía había una gran cantidad, traicione al reino celestial literalmente, cuando llegue al reino celestial el emperador me encerró en mi mansión hasta decidir mi castigo, estaba consciente de me iría mal aún así escapé de mi mansión para ir a la de mis padres, quienes discutían sobre mi y que con tal de seguir estando en una posición alta no se opondrían al castigo decretado por su majestad que era ir al pequeño palacio de hielo, al ser mi energía cálida y mi espíritu no haber madurado eso me mataría, dijeron otras cosas hirientes que nunca debí haber escuchado. Siempre he admirado a mis padres incluso ahora a pesar de eso, también les escuché decir que irían por mi al mañana suiguente, no estaba dispuesta a morir por algo que yo no creía correcto, en ese entonces tenía un pequeño Baihu (luz blanca) tienen la apariencia de un tigre blanco haciendo referencia al oeste y simboliza, también, el elemento rayo o aire, su rugido es capaz de llama a la tempestad y es capaz de provocar abrumadoras tormentas eléctricas, era mi fiel compañero lo conocí cuando desbloquee mis poderes, también escucho lo que mis padres dijeron. Después de eso regrese a mi mansión para empacar lo necesario, escapé por el puente Que Qiao, mi pequeña bestia estuvo conmigo pero me era difícil cuidar de los dos, más bien tenía miedo y perdí la confianza de poder proteger a los dos al no tener nada.

Lo lleve a lo que vendría siendo su hogar, aún tengo contacto con él pero me siento culpable por lo que hice, lo abandoné, el único que sabía de mis paraderos es el príncipe Leilei, es una gran amigo que he tendido desde la infancia, me vista de vez en cuando debido a eso hoy lograron encontrarme. No tenía el valor de hablar con mi padres me sentía herida, pero Leilei les pasaba información, días después de que les decía podía sentir un poco de su energía a mi alrededor probablemente me visitaron en secreto o es lo que yo quiero pensar, ahora estoy frente a su majestad que no dudará en tomar represarías contra mí.

-Ha estado mirándome en silencio por bastante tiempo, ¿piensa decirme el motivo por el cual quiere verme?

-Quiero que entrenes al ejército celestial.

-¿Por qué debería?

-Eres una diosa, es tu responsabilidad como diosa obedecer las órdenes de tu amo.

-Creí que ya estaba muerta para el reino celestial.

-Has lo que te digo o en este momento haré que te arresten y te lleven al palacio de hielo.

-No tengo miedo.

Este viejo ya me esta hartando, al parecer si no le doy una lección no sabrá cual es el lugar que le corresponde, ya no soy más esa princesa que podían manipular.

-¡Guardias!

Varios soldados débiles entraron, bueno... Si es lo que quieren, ya tengo bastante tiempo sin tener una pelea que ni me culpen por ser descortés.

Uno de los soldados trato de atacarme con su espada pero la sostuve con los dedos y la terminé rompiendo, paté al soldado lejos haciendo que este vomite sangre. Otro valiente por no decir estúpido me ataco por atrás me gire, eso provoco que le clavara su espada a otro soldado en el estómago. Los demás soldados ya no se atrevían a atacar.

-Al parecer su necesitan alguien que los entrene...

Sonreí con burla al emperador, quien no disimula su rabia y más siendo que nos encontramos en uno de los jardines del palacio, por lo que se han juntado varios dioses para ver la escena.

-... El té estuvo delicioso lastima que no me pueda quedar para el almuerzo.

Me retire de ahí, ahora será más difícil ocultarme, pero no imposible ahora... ¿a dónde debería ir? ¿Al reino de las flores? ¿O al reino de las aves? Escuche que ya es la temporada en la que abren sus puertas, un reino tan misterioso al que por fin tengo la oportunidad de ir, ni debo desaprovechar.

Tres reencuentros en una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora