9: Cenicienta

133 14 6
                                    

Nota de la autora:

Pensé mucho si hacía este capítulo o no, pero me parecía que era importante ver la perspectiva de Ansel del día de la fiesta. Sin nada más que decir, los dejo con su lectura.


Ansel Donovan

Domingo, 1:00am

La fiesta está hasta el tope, todos bailando, otros besándose y prácticamente teniendo sexo en público. A lo lejos veo a Henry besándose con una chica de pelo castaño. Por lo tanto, me acerco a la barra para buscar algo de beber, siento mi celular vibrar en mi bolsillo, ni siquiera voy a ver quien es porque ya se de quien se trata, Miranda, ha estado enviándome mensajes, dese hace más de una hora, preguntándome que porque no le contesto, voy a tener que ponerle un stop porque creo que se le está olvidando que lo de nosotros es algo sin compromiso.

—Amigo que bueno que llegaste—en eso siento como Henry llega a mi lado.

—Te dije que vendría.

—Pues, vamos a beber y a disfrutar como Dios manda—veo como coge algunas cervezas y me pasa una.

—Salud, y que esta noche sea inolvidable—grita Henry.

Media hora después ya habíamos tomado más de 10 cervezas, no voy a decir que estoy borracho, pero si en la etapa en la que todo es risas y más nada. Estamos cerca de la pista de baile cuando ponen un reggaetón, y veo como todo el mundo se pone a bailar, entonces veo a Olivia bailando sola, se mueve muy bien la verdad, pasa sus manos por su cuerpo en un baile bastante sensual, no pasa más de un minuto cuando un chico se le pega y empiezan a bailar juntos. No sé que me pasa, pero no puedo dejar de ver esas lindas piernas, voy subiendo mi mirada hasta que choca con la suya, eso me incita a seguir mirandola con deseo, y ella me ve de la misma forma.

—Hermano disimula un poco, te la estas comiendo con la mirada.

—¿De qué hablas?, nada más veo lo mal que baila— trato de justificarme.

—Si como no y yo me beso con todas para encontrar al amor de mi vida—dice Henry

—Acéptalo, hermano, le tiene ganas a esa chica—por un momento lo pensé, ¿será cierto?, Olivia es bastante hermosa, pero nunca he pensado en ella de ese modo, hasta hoy. Con el chico que baila, le derrama su bebida en la ropa de Olivia, por lo tanto ella se va en busca de un baño o algún lugar donde limpiarse.

—Porque no vas a ayudarla, quizás necesite ayuda—en el rostro de Henry hay una sonrisa perversa.

Así que me decido y voy en busca de Hampson, la busco entre la multitud cuando la veo subir las escaleras. Entra a un cuarto y cierra la puerta, dudo un momento si entrar o no, porque siento que esto no va a salir bien. Por Dios Santo, si es Olivia, pero algo me hizo entrar.

—Está ocupado—escuchó que dice.

—Lo sé, solo vine a ver si necesitas ayuda con eso—le digo y veo como me observa por unos segundos y su mirada se detiene en mis labios, en su rostro veo algo de duda y la verdad que no sé porque.

—Si quieres, te ayudo—vuelvo y le digo.

—No, solamente fue una mancha nada del otro mundo—me contesta, pero yo no puedo dejar de verla con deseo, no entiendo que me pasa, pero esta noche estoy dispuesta a pasar una loca noche con Olivia.

Me voy alejando de la puerta para acercarme más a ella, hasta que mi rostro esta frente a frente al de ella.

—Segura que no quieres ayuda, porque algo me dice que si—acerco más mi rostro hasta que nuestras narices se rozan. Y si me preguntan ya siento a mi amigo, bastante animado de solo tenerla cerca de mí.

Perfectamente imperfectos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora