Al fondo se escuchan los aplausos de las personas a nuestro alrededor, me separo de Ansel y lo miro a los ojos.—Entonces, eso es un sí—me pregunta algo dudoso sobre mi respuesta.
—Pensé que eras más inteligente, pues claro que es un sí tontito—tiene una sonrisa mucho más grande que la del gato de la película Alicia en el país de las maravillas.
—Entonces eres mi novia—jamás imaginé escuchar esas palabras y mucho menos por parte de Ansel, pero debo de admitir que me gusta como suena.
—Para tu fortuna, si—y vuelvo a besarlo, creo que este será mi nuevo hobby favorito.
Tres meses después
—Ansel, eres un idiota, ni siquiera sabes cómo pintar una pared—llevamos toda la mañana tratando de pintar el cuarto del bebe, mi padre iba a contratar a alguien para hacerlo, pero el señorito, dijo y situó sus palabras "nosotros tenemos que vivir estos momentos como padres, busqué en internet y decía que hacer este tipo de cosas nos acercan más a la bebe, para así tener anécdotas que contarle" pero lo que no me dijo es que no sabe pintar, ¡No sabe pintar!, quien en su sano juicio hace tal cosa, si mi querido novio.
—Pero está quedando genial—dice observando el desastre que hicimos.
—Sabes que, me rindo, me duelen los pies, no aguanto mi espalda y ni hablar del hambre que tengo, le diré a mi padre que llame a alguien que se encargue de esto—Ansel asiente.
—Pero podríamos vender esta pared, en millonesde de dólares ni Picasso dibujo algo tan hermoso—suelto una carcajada de verdad que este hombre cada día se pone más guapo y más divertido.
—Te aseguró que si Picasso revive y ve tal cosa seguro vuelve y se muere—Ansel se hace el indignado.
—Picasso ve esto y me pide consejos y tú estarás envidiosa por mi gran triunfo—se me acerca y me da un beso.
—Muchachos, mi vista, por favor—entra mi padre al cuarto, mis padres se pusieron contentos aunque un poco asustados de nuestra relación, pensaban que no íbamos a durar ni una semana por nuestra impulsividad, pero véannos aquí con tres meses de relación y un bebé que ya está por nacer.
Cuando se lo dije a mis amigos se pusieron como locos, y muy feliz por nosotros decían que mucho nos habíamos tardado. Con ellos la amistad sigue igual o más fuerte, seguimos hablando por videollamadas algunos días y nos ponemos al corriente y me alegra que les vaya muy bien en la universidad.
Con mi madre las cosas se han arreglado, nos pedimos perdón y volvimos hacer como antes, se puso como loca comprándole cosas a la bebe, siento que mi madre está más entusiasmada que yo.
—Vine hasta aquí para decirles que la comida ya está lista, pero creo que ha sido un error—dice mi padre bromeando.
—Señor Hampson, es su hija que me seduce.
—Pero qué mentiroso eres, él es que se me acerca y se pone a poner mano donde no debe—mi padre pone cara de asco y levanta su mano en señal de que hagamos silencio.
—No me interesa saber sus detalles sucios.
Ansel y yo nos miramos y empezamos a reírnos, algo que nos gusta de nuestra relación es la complicidad que tenemos, seguimos peleando igual solo que ahora las peleas terminan con ricos besos y toqueteó. Nos sentamos en la mesa a comer lo que sea que haya preparado clara, pero de seguro está delicioso.
—La princesa de esta casa sabe que va a hacer mañana en su cumpleaños número dieciocho—mañana es mi cumpleaños, pero no tengo nada pensado, todos los años nos íbamos a la casa de campo de mis papás y hacíamos fiestas con compañeros del instituto, solo que ahora que ya me gradué y que mis amigos no están y tengo una panza casi ya de nueve meses, pues por supuesto que no tengo nada pensado.
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Perfectamente imperfectos
Roman pour AdolescentsUna chica sarcástica, un chico engreído, polos opuestos, suena al típico cliché, pero para nada lo es. Una fiesta y mucho alcohol desatarán un error que cambiará por completo la vida de Olivia Hampson y Ansel Donovan, ¿estás dispuesto a saber qué pa...