11: Cita

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Mi padre al verme aquí pone cara de sorprendido, pero claro, si lo acabo de encontrar con las manos en la masa, se levantan de sus asientos y en eso miro a la mujerzuela que lo acompaña, ¿cómo pudo ser capaz mi padre de hacernos algo así?, siento ganas de llorar en estos momentos, pero claro que no lo haré, no delante de ellos.

—¿Cómo pudiste papá?—le digo con la voz entrecortada.

—¿De qué estás hablando Olivia?

—Ahora te vas a hacer el muy digno, me vas a decir que no estás engañando a mi madre con esta zorra.

—Mira jovencita no te permito...

—Usted se calla, vieja, atrevida, ¿no sabe usted?, que este hombre está casado con una gran mujer y tienen una hermosa hija que soy yo—la mujer me mira bastante confundida.

—Disculpen que me meta—escucho como habla Ansel, por un momento se me olvidó que estaba aquí.

—Señor Benjamín, ¿cómo se atreve a engañar a la señora Rachel?, que es una mujer agradable y además está muy buena, con esta mujer que está horrible, ahora entiendo eso que dicen que a veces no te cambian por algo mejor y ni siquiera por algo más rico.

Todos en la oficina nos quedamos en silencio con tal declaración que nos dio Ansel, lo miro extrañada por lo que acaba de decir.

—Lo siento, solo digo la verdad—se encoge de hombros.

—Señor Hampson, me puede explicar por qué esta chiquilla vestida con una pijama de conejo me está insultando, y su amigo igual—le pregunta la señora a mi padre bastante molesta, ahora se hace la muy digna.

—Chiquilla, sus nalgas, señora—mi papá ya está muy cabreado, lo puedo notar en su mirada.

—Sabe que señor Hampson, creo que volveré después cuando esta joven insolente no esté, con permiso.

—Usted vuelve a parecerse por aquí y me voy a encargar que esa cara fea que tiene le quede peor—la mujer me mira asustada y sale de la oficina.

—Olivia, pero que te pasa—dice mi padre mirándome molesto.

—¿Qué me pasa a mí?, será más bien que te pasa a ti por traer a esa mujer aquí y engañar a mi madre.

—Engañar a tu madre, pero de que hablas por Dios, esa mujer que acaba de salir es una decorada.

—Así una decoradora, que más me vas a decir que también te decora el trase...

—¡Olivia, basta ya!

—Como se te ocurre pensar que engañaría a tu madre, esa mujer que insultaron, es una decoradora que contrate para hacerle una fiesta a tu madre, por motivos de nuestro aniversario—me explica mi padre, ahora sí que la cague.

—Ahora entiendes por qué tengo más clase que tú—me giro hacia Donovan y lo miro con mala cara por su comentario.

—Creo que te esperaré a fuera y señor Benjamín, una disculpa, yo jamás creí eso de usted, con permiso—el muy maldito trata de limpiarse.

—Lo siento papá, es que mamá me dijo que estabas muy raro y ella cree que la estás engañando.

—¿Tu madre piensa que la engañó? Dios, no jamás le haría algo así, sabes que la amo. Contrate a una decoradora porque quería hacerle una sorpresa, no se cumple 20 años de casados todos los días, y si he tratado de evitarla es porque sabes que no sé mentir—respiro aliviada al saber que todo fue un malentendido.

—Supongo que vas a tener que buscarte a otra decoradora—le digo con una sonrisa inocente.

Escucho la risa de mi padre mientras me abraza y me da un beso en la cabeza.

Perfectamente imperfectos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora