12-Enterremos el amuleto

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El patrullaje salió bien, solo fue un rato caminando por el bosque, puesto que ya no quedaba ningún demonio cambiaformas- por suerte-. Esto se le fue informado al resto de miembros del equipo, para que estuvieran tranquilos y no se preocuparan por eso.

Aunque Madeleine les dió un pequeño regaño, diciendo que si le hubieran dicho él habría ido con ellos a la misión de eliminar a los demonios restantes, y que quizás habrían terminado mucho más rápido y no tendrían que haberse quedado en una cueva.

- La próxima vez avísenme, estoy seguro de que me van a necesitar. Además, conmigo estarán más a salvo

- Está bien, Madeleine, te llamaremos para la próxima misión

Quitando ese pequeño detalle de lado, ahora no tenían que preocuparse pues el reino estaba a salvo de la amenaza de los cambiaformas. Ahora que se habían quitado un peso de encima podían pasar de página.

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Pasó aproximadamente un mes desde lo sucedido, aunque estuvieron realmente ocupados con nuevas misiones las cuales no son tan interesantes y no valen la pena contar.

Cuando tuvieron la agenda medianamente vacía, Gingerbrave y Strawberry cuadraron para re-hacer su cita en el bosque la cual no pudo llevarse a cabo por unos inconvenientes que todos ya conocemos. Pero ahora todo iba a salir bien, así que acordaron fecha y hora.

Faltando un día para la reunión, Ginger estuvo pensando en llevar un regalo, pero no sabía cuál y tuvo que ir descartando ideas. ¿Qué comprar? ¿Un dulce de fresa? Ehh, no, no, suena como una mala idea.

Al final se decidió por comprar una pulsera, así que salió rumbo a una joyería y comenzó a fijarse en todos los productos que habían en las vitrinas. Al final se decidió por una manilla rosada con detalles verdes y en la que en medio sobresalía una pequeña fresa.

- Esta es- se dijo a sí mismo y pagó

Al llegar su casa la guardó cuidadosamente en una pequeña cajita roja y la dejó en su escritorio, para que no se le olvidara llevarla al día siguiente.

Por su parte, Strawberry también estuvo ocupada; ella se dedicó a hacer una chaqueta para Ginger, ya que este no solía usar ropa y pensó que tal vez le daría frío. Ella la guardó en una caja blanca la cual metió en una mochila que se llevaría para poder ocultar el regalo. En dicha caja también guardaría un poco de comida para llevar, pero eso lo haría al día siguiente.

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Amaneció, aunque la cita era en la tarde, así que el día se les pasó muy lentamente. Especialmente a Strawberry, quien estaba ansiosa por saber qué es lo que quería Gingerbrave y por qué le había pedido ir al bosque sin darle más detalles, por lo que sentía curiosidad.

El valiente se puso una de sus mejores ropas, en un bolsillo de su pantalón guardó la cajita con la pulsera y en el otro guardó el amuleto de los cisnes- no podía olvidarse de eso-. Saliendo de casa cortó algunas flores de su jardín y se dirigió al punto de encuentro.

Llegaron a la vez, puesto que ambos decidieron aumentar la velocidad para no hacer esperar tanto a su pareja, aunque al parecer esto no fue necesario.

- Hola Strawberry, te ves muy bonita- trató de alagar

- G-gracias- conociéndola, era inevitable que no se sonrojase- tu también te ves bien

- Je, gracias... Por cierto, esto es para ti- le dijo entregándole las flores- las saqué de mi jardín porque no me gustaban los ramos de las tiendas

Amuleto frente al río // StrawberryxGingerbraveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora