Capitulo 2 - Takeshi-

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Ya han pasado nueve años que no la veo, cada día la extraño más y cada que puedo voy a donde la vi por primera vez. En aquel pórtico de la casa abandonada que ya parece estar vieja y olvidada, pero no me importa aún tengo la esperanza de que podré volver a verla. Aquellos ojos rojos que tanto me miraban con esa intensidad y aquel cabello blanco como la luna que ondeaba con el viento.
No me puedo rendir, continuare mi búsqueda pero mientras tanto seguiré con mi trabajo.
Soy un asesino, el más joven del gremio Nikko, me reclutaron hace nueve años después de que mi padre me trajera a esta aldea, separándome de Mizuki. No puedo soportar la idea de haberla dejado sola y me culpo por no haber insistido más en traerla con nosotros, tal vez ahora ella estuviera conmigo pero no puede ser.
Me entrenan para ser el mejor de este gremio, pero yo no quiero ser el mejor, sólo quiero estar con ella, encontrarla y quedarme con ella hasta el fin, pero mi padre me dejo a merced de su amigo y jefe de este gremio, impidiendo que me fuera de aquí hasta que el regrese, ya han pasado dos años y me he acostumbrado a la rutina diaria de aquí. Al alba me despiertan para correr cinco millas, después de eso tengo que ir al comedor por mi miseria de comida, el resto del día es entrenamiento ya sea con espada, cuerpo a cuerpo, etc...
Hoy me dijeron que mañana al mediodía tendría que ir al centro de la ciudad por "un encargo", perfecto porque intentó hacer ese "encargo" lo más rapido posible para así el resto del día buscarla a la aldea.
Aún tengo una fotografía de ella, es vieja y en ella estamos ella y yo de niños solo teníamos siete u ocho años, yo soy un año mayor. Supongo que ha cambiado mucho igual que yo, en aquella fotografía ella estaba más alta que yo pero seguro que ahora yo soy más alto que ella, mido 1.87 y en la fotografía media aproximadamente 1.48, ella 1.53. Ahora mi cabello es un poco más largo, mi cuerpo ya esta terminando de desarrollarse, soy más fuerte y mis facciones faciales son muy diferentes, comparado con mi yo de 7 años soy mucho más diferente, tal vez irreconocible.

Al día siguiente ansiaba que llegará el mediodía. Cuando faltaban 20 minutos para irme fui a mis aposentos a cambiarme y ponerme mi capa para que nadie me pudiera reconocer.
Cuando salí del edificio me dirigí a donde el jefe me había indicado y espere. Después de cinco minutos llego una persona y me dio un paquete mediano. Me dirigí a la aldea en donde me enamore por primera vez, pero algo no me parecía estar bien.
Sentía que alguien me vigilaba supe al instante quien era.
-Hey! Kiyoshi, ¿cómo va tu día?
Kiyoshi Sasaki es mi mejor amigo desde mi llegada aquí, también es asesino pero de un gremio aliado
-¿Cómo demonios haces para percibirme antes de que te ataque por sorpresa?
Solté una pequeña carcajada antes de responderle:
-Porque soy mejor que tu
Después de mi comentario el también soltó una pequeña sonrisa.
-¿A dónde te diriges?
-A la aldea
-¿Aún no te has dado por vencido?-. Él nunca ha estado de acuerdo con que vaya cada que puedo ha buscarla porque cree que sólo pierdo el tiempo, pero nunca me daré por vencido.
-Sabes que no me daré por vencido hasta saber que estará junto a mi por siempre
-Esta bien, en ese caso te acompañaré
No hubo palabra alguna hasta que llegamos y hable con todas las personas que la conocían y les pregunté sí la habían visto o sabían algo de su paradero. Nadie dijo nada, sólo la misma historia de que después de que me fui llego un hombre y la llevo con él. No saben el por qué ni para qué.
De regreso a la ciudad nos encontramos con Amaya, la novia de Kiyoshi, que en cuanto se vieron se abrazaron y dieron un tierno beso, rápido pero muy tierno, cuando los veo me pregunto si algún día la encontrare y podré besarla así como hacen ellos ahora.

A la semana siguiente me hicieron otro encargo, al terminarlo sentí que me vigilaban otra vez. Y entonces pensé que era Kiyoshi, salude:
-Hey, Kiyoshi ¿cómo has estado?
No hubo respuesta alguna, aguce el oído y logre escuchar unos pasos por los tejados, iban rápido y casi corriendo. Al instante me volví hacia donde venía aquel sonido y vi una cabellera blanca como la luna.
Igual a la que tenía Mizuki, sólo que más larga.

Corazón de asesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora