Capítulo 5 -Mizuki-

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Amaya y Kiyoshi me han traído a la aldea en la que vivía. Pero, ¿por qué vendría aquí Takeshi? ¿En serio será el Takeshi que dijo ser mi familia? ¿Aquel Takeshi al que tanto odio por abandonarme?

Busqué y a los pocos minutos encontré la que antes era mi casa. Estaba abandonada y muy solitaria, parecía una casa embrujada.

Cuando entré me llego el olor a mi familia, después de tantos años seguía oliendo ese aroma tan peculiar que tenía mi familia, un olor a rosas color carmesí, lo adoraba. Me dirigí a donde antes eran mis aposentos, aún estaban mis pertenencias allí. Mi muñeca favorita, mis libros de dibujos y mis cuentos de hadas que cada noche mi padre me leía antes de dormir. Tomé todo lo que pude y lo coloqué cuidadosamente en un morral que llevaba conmigo.

Después de visitar mis aposentos, fui al de mis hermanos. Todas sus pertenencias estaban allí también y tomé un libro de herbolaria que tenían el cual me gustaba mucho.

Cuando entré a la que antes era la gran habitación de mis padres me encontré con algunos remedios caseros de mi madre, los cuales llevé conmigo. Recuerdo que mi padre tenía un collar con un medallón de plata, al cual todos le llamaban "el medallón de la familia", lo encontré en el armario. Tenía una frase alrededor en japonés que cuando se traducía decía: "la familia es para siempre". En el centro tenía un dragón de color rojo fuego. Introduje el medallón en un compartimento de mi morral y fuí al salón principal en donde encontré una fotografía familiar antigua en un marco dorado, la fotografía era muy antigua, mis hermanos tenían aproximadamente 10 y 11 años, yo tenía cinco años, estaba muy pequeña.

Seguía adentro de mi casa recorriéndola, recordando momentos hermosos y tratando de grabar en mi mente cada detalle, cuando escucho que alguien llama a Amaya y Kiyoshi. Sigilosa y cuidadosamente miré por una ventana que daba a la puerta principal y allí pude ver a Takeshi con una sonrisa acercándose cada vez más a la casa.

-¿Qué hacen aquí?- preguntó a Kiyoshi quien se puso nervioso cuando su amigo le hizo la pregunta.

-He traído a mi novia a dar un paseo por la aldea que tanto visitas. Dijo que si tanto la visitabas de seguro era muy hermosa-. Después de un largo silencio mencionó.

-Si-. Exclamó Amaya-, ahora caigo en la cuenta que éste es un lugar de mierda-. Su respuesta enfureció a su amigo.

-¡No vuelvas a decir algo así de éste lugar!, ¿lo has entendido?

-Bien.

Después de su respuesta, hubo un largo tiempo en el que Kiyoshi y Takeshi se vieron con miradas muy frías y sospechosas y de un momento a otro Kiyoshi le impedía la entrada.

-Dejame entrar, ¿qué se traen entre manos ustedes dos?. Primero vienen aquí como "turistas", insultan ésta aldea y ahora no me permiten la entrada-. Esto solo provocó que Amaya y Kiyoshi se pusieran más nerviosos de lo que ya estaban.

-No traemos nada, ¿acaso no podemos venir a la aldea que nuestro amigo quiere tanto?

-No, diganme lo que planean.

-Nada.

-Entonces permitanme entrar.

Ambos se hicieron a un lado, salí corriendo hacia la puerta trasera y justo antes de llegar a ésta escuche que la puerta de entrada se cerraba. Me oculté en mi capa y salí afuera.

-¡Espera!-. Alguien gritó-, ¿quién eres?

Me divisó, demonios ahora estaba siendo perseguida por mi presa. Que irónico, debo deshacerme de él y para esto existen dos maneras. La primera es darle la cara, enfrentarlo y terminar con el trabajo que he empezado dos semanas atrás. La segunda es ganar un poco de ventaja y ocultarme tras una pared o en un arbusto.

Pero, ¿cuál escojer?

Corazón de asesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora