Tercer mes
Un quejido proveniente de su pareja hizo que la pelirrosa volteara y mirara a su omega con preocupación, la castaña se encontraba con la mano en el vientre mientras en su lindo rostro había una mueca de dolor.
Jennie miró hacia su alfa con súplicas, como siempre, un pinchazo en el vientre le había hecho detenerse en el lugar.
Las personas a su alrededor miraban curiosos gracias al olor ligeramente más dulce de la omega, eso y la belleza de la castaña.
Sin embargo, todos dejaron de mirar apenas notar que el delicioso olor a manzana se encontraba mezclado con un fuerte pero rico olor a miel y canela.
La alfa pelirrosa no sabía qué hacer para calmar el dolor de su bebé por lo que solo pudo envolverla en sus feromonas y ayudarle a acariciar su vientre.
Jennie intentó alejar la mano de su pareja pero era tarde, la alfa acarició su vientre pero frunció el ceño al notar algo raro.
El vientre de su Nini se encontraba un poco más grande.
Lisa miró al omega con duda pero esta solo miró al suelo con un gran sonrojo en las mejillas, de nada había servido ponerse esa holgada camisa si igualmente Lili se iba a dar cuenta de que subió de peso.
Lo había notado hace una semana, su vientre al igual que su pancita habían crecido un poco, no estaba particularmente gorda pero sí que estaba un poco más rellenita, la omega hizo un puchero al pensar en eso.
Jennie se armó de valor y levantó la mirada hacia la pelirrosa, esta se encontraba aún acariciando su pancita abultada.
ㅡTe ves más bonita con una linda pancita ㅡdijo la alfa, sacándole una sonrisa a la castaña.
Jennie se sintió feliz al ver que a su pareja no le importaba, en realidad sabía que a su Lili nunca le importaría su apariencia, pero el miedo era inconsciente.
Lisa al ver a su bebé más calmada sonrió ampliamente, tomó la mano de su omega y ambas siguieron recorriendo el centro comercial con una sonrisa en el rostro.
Lisa volvió a suspirar en cuanto sintió el tirón en su mano, miró a su lobita, esta la miraba con ruego mientras la tentaba con sus dulces feromonas.
ㅡBebé, pero si recién te compre torta de melocotón, también compre helado de vainilla hace media hora, te dolerá el estómago ㅡLa castaña hizo un adorable puchero.
ㅡPero quiero comerlo ㅡJennie apuntó con su dedo hacia una tienda que decía en un letrero "Mr. Donus", según el nombre vendían donas.
La pelirrosa suspiró pero aun así no podía negarle nada a su lobita por lo que decidió ir a comprarle las donas que deseaba.
Ambas caminaron hacia la tienda y pidieron dos donas de fresas, ambas siguieron caminando mientras comían pero a mitad de camino la dona de la omega se acabó, Jennie miró a su alfa con ojos brillantes y un puchero en los labios.
Lisa suspiró y le entregó lo que quedaba de su dona, pronto la castaña comenzó a comerla, sus mejillas estaban llenitas al igual que un lindo hámster, eso hizo sonreír a la pelirrosa la cual acarició el cabello de su bebé.
Definitivamente, amaba a Jennie , esté llenita o no, la adoraba con todo su corazón.
Un amargo olor a manzana llegó a su nariz desde los probadores para omegas, Lisa se levantó con preocupación y fue hacia el probador, se resistió a abrir ella misma y preguntó desde el exterior.
ㅡNini, ¿está todo bien ahí dentro? ㅡAl escuchar el silencio volvió a preguntar.ㅡ ¿Bebé?
ㅡNo me queda el pantalón... ㅡLa cabeza de la omega se pudo ver después que la sacara por la gruesa cortina, había un sonrojo instalado en sus mejillas.
Jennie estaba avergonzada y frustrada, habían ido a dos tiendas pero no le quedaba ningún pantalón, se sentía un poco mal.
ㅡNo te preocupes bebé ㅡLa alfa le restó importancia al asunto, solo llamó a la empleada y le pidió un pantalón del mismo modelo pero una talla más grande.
ㅡ¿Y si ese tampoco me queda? ㅡcuestionó la omega castaña, Lisa solo sonrió tranquilizadoramente mientras intentaba calmarla con sus feromonas.
ㅡPedimos otra talla o vamos a otra tienda, no hay problema con eso lobita, pienso que igual te ves muy linda con tu pancita ㅡEsa afirmación calmó mucho a Jennie.
Se estaba sintiendo estresada con sus malestares, lo del pantalón y la inexplicable necesidad de estar comiendo algo cada cinco segundos la tenían al borde de la desesperación.
Sin embargo, su alfa siempre lograba calmarla.
Con una sonrisa volvió a meterse al probador, el pantalón le quedaba un poco apretado, pero no importaba, su alfa la amaba así.
Tal vez no estaba mal pedir un helado al salir de la tienda de ropa.
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Little problem | Jenlisa
Fanfikce↪Donde Jennie es una omega que tiene como pareja a Lisa, una alfa que la adora. Ambas son felices juntas, eso hasta que Jennie se entera que está esperando un bebé. Ahora vive con los nervios de que la alfa se entere, ese bebé se había convertido e...