Little problem | Jenlisa

Capítulo 4

Cuarto mes

La respiración de la omega era irregular y gotas de sudor corrían por su carita roja por el esfuerzo, decidió detenerse por un momento a tomar aire.

Lisa al no ver a su bebé a su lado se detuvo también, miró hacia atrás y a un par de pasos de ella se encontraba su omega, estaba jadeando y con las manos apoyadas en sus rodillas.

ㅡ¿Quieres que paremos? Podemos sentarnos en un banco si quieres, o podemos volver a casa ㅡAl escuchar sus palabras Jennie levantó la cabeza y la miró con enojo.

ㅡ¡No! ㅡexclamó la omega con decisión, la pelirrosa parecía preocupada e impotente.

ㅡPero bebé... ㅡJennie la interrumpió antes de que terminara de hablar.

ㅡ¡No quiero!, quiero bajar de peso, estoy muy llenita ㅡLa omega parecía algo decaída, su pancita estaba más grande que el mes pasado y cada semana parecía crecer un poquito más, esto la tenía frustrada.

ㅡLobita, tú eres perfecta como estás, te adoro y pienso que estás igual de bonita o incluso más ㅡLisa se acercó a su bebé, y sin importarle que ambas estaban sudadas, comenzó a oler su cuello, aspirando su olor que cada semana se ponía más dulce.

Jennie sonrió ampliamente y un escalofrío cruzó su cuerpo al sentir las cosquillas que la nariz de la alfa le hacían en el cuello.

ㅡTu olor está un poco diferente ㅡdijo la alfa pelirrosa ㅡ. Huele a manzanas y leche, me gusta mucho ㅡEl corazón de la omega palpitó con nervios.

Cada semana que pasaba Jennie estaba más asustada, además de los vómitos primarios, náuseas y antojos, ahora estaba experimentando una inexplicable subida de peso y sus pechos últimamente estaban muy sensibles.

Cada día la sospecha en su corazón iba creciendo, estaba en estado, y eso le asustaba.

Había intentado ignorarlo, pero ya no podía, las palabras de Lisa le recordaron nuevamente su situación, y eso le hizo tener miedo de nuevo.

La alfa notó el ánimo anormal de su pareja por lo que no dijo nada más y solo la abrazó en silencio mientras acariciaba su cabecita castaña.

ㅡTe amo bebé ㅡdijo con cariño.

Lisa no sabía qué estaba sucediendo con su lobita estas semanas pero no había ignorado su estado de ánimo extraño, solo que no estaba seguro de qué hacer, finalmente decidió que esperaría a que su bebé le dijera la situación por cuenta propia.

Mientras tanto, lo único que podía hacer era hacerle saber el gran amor que le tenía y que siempre le brindaría su apoyo.

Con sus feromonas de miel y canela intentó tranquilizar a su omega, el olor de la alfa envolvió a la castaña y esta inconscientemente plasmó una sonrisa en su lindo rostro.

ㅡTambién te amo, alfa ㅡdijo Jennie más calmada, en su corazón había decidido: iría a hacerse una prueba de embarazo.

Aunque su mente e instinto como omega le dijera que no era necesario, que definitivamente estaba esperando un bebé.

Si eso fuera cierto estaría en problemas, muchos problemas.

La apariencia de la omega castaña era nerviosa, sus feromonas delataban su miedo. Sus pechos picaban y en estos días estaban un poco más grandes, eso le asustaba.

Las punzadas en su vientre al igual que las náuseas habían parado, pero ahora ciertas comidas no podía soportarlas, al olerlas quería vomitar, además de eso últimamente su pancita crecía más y tenía mucha energía.

Jennie estaba desesperada, eso junto con los exámenes que la tenían al borde, por lo que para calmarse un poco decidió aclarar sus dudas haciéndose una prueba de embarazo.

La omega había ido a un hospital recomendado por su mejor amiga, Bae Joohyun, que quedaba bastante lejos de la universidad, allí había hecho su operación de glándulas.

Los pasos de la omega eran dudosos; sin embargo, siguió avanzando hasta llegar a la puerta de la doctora con la que había hecho la cita.

Con dos toques una suave voz femenina provino desde el interior de la consulta.

ㅡPor favor, pase ㅡJennie  tragó grueso y con las manos temblorosas, abrió la puerta e ingresó a la habitación.

Al entrar lo primero que vio fue a la doctora que se encontraba sentada detrás de un escritorio de madera, encima del mismo parecía haber una carpeta con algunos papeles, también había un vaso de plástico vacío y algunos lápices.

Al lado izquierdo del escritorio había un archivero de metal, al lado derecho había una cama con una sabana blanca y una almohada del mismo color, cerca de la puerta había un cubo de basura con algunos papeles arrugados y en el aire podía olerse un tenue olor a desinfectante.

ㅡDebes ser Kim Jennie, ¿cierto?, no tengas miedo ㅡhabló la joven doctora, parecía tener unos veinticinco años, su cabello era castaño y se encontraba amarrado en una cola —. Me llamo Park Jihyo, soy doctora especializada en omegas, un gusto.

ㅡEl gusto es mío, y sí, soy Kim Jennie ㅡla castaña contestó rápidamente, sus manos se aferraron al borde de su camiseta amarilla con nerviosismo, sus ojitos brillaban con miedo, pero aun así, se armó de valor para sentarse en la silla de cuero frente al escritorio de la doctora en cuanto ella hizo el gesto.

ㅡJoohyun me habló un poco de ti y tus dudas, quisiera que me las plantearas para contestarlas, y de ser posible, hacer los exámenes correspondientes a las mismas ㅡLas palabras de la mujer fueron directo al grano, la omega castaña asintió lentamente y con voz débil hizo la pregunta que lo llevaba carcomiendo cuatro meses.

ㅡSolo quiero saber si estoy embarazada ㅡLa voz de la omega era débil y temblorosa, sus manos seguían aferradas al borde de su camiseta y sus pies se movían inquietos.

ㅡBueno, según lo que Joohyun me comentó, al igual que lo poco que conversamos por mensajes ㅡLa voz de la mujer fue firme, sus palabras decían lo que parecía ser una teoría, pero su tono de afirmación decían que era la única verdad.

ㅡ¿Qué? ㅡsolto la omega débilmente.

ㅡQuiero decir que, según mi experiencia, definitivamente estás en espera de un cachorro.

Jennie únicamente escuchó como su corazón se agitaba.