Luego de la Campaña al sol, Wei Wuxian esta herido de gravedad, Xue Yang se encarga de cuidarlo.
Durante tres años disfruta de tranquilidad pero Wei no puede vivir en el exilio, necesita volver.
Un encuentro no previsto con un Jade y termina esp...
Durante un mes completo trato de convencer a Lan Qiren de que se olvidara la cuestión del matrimonio sin resultado. Se había convertido en alguien invisible para Han Guang-Jun y aunque había logrado que estuvieran en habitaciones separadas, la situación lo ponía de muy mal humor. Solo tenía dos opciones hasta ese momento: se casaba con el Segundo Jade y vivía en Recesos de las Nubes cuidando a su hijo o se iba en esos momentos, pero para eso Qiren había impuesto que al nacer su niño debía quedar allí para un mejor cuidado y educación.
Él no podía elegir entre dos maneras de ser miserable toda su vida y no encontraba una tercera opción viable, ya que volver a Muelle de Loto jamás había estado en sus planes.
Había cruzado por su mente la idea de decir que su hijo no era del Segundo Jade pero podrían comprobarlo al nacer y él sabía muy bien que allí se terminaba su farsa, aun así eso le daría tiempo a pensar en otra cosa, tal vez debería intentar.
Así que con paciencia y unas charlas amenas logro convencer a Lan Xichen para conseguir tiempo, le pidió recluirse por su cuenta durante los meses de embarazo y si al nacimiento el niño no se parecía a su padre, el Clan lo dejaría en paz. Xichen abogo con su Tío y aunque a este no le pareció correcto, creyó que era lo mejor para salvar a su adorado sobrino de una vergüenza más y sin consultarle a él llegaron a un acuerdo con Wei. Este aprovecho que Han Guang-Jun fue enviado unas semanas a Lanling por asuntos del Clan, para desaparecer de Recesos de las nubes.
A su regreso Lan Wanji no encontró a Wei en ningún lugar, su Tío fue el encargado de hablar con él y le prohibió buscarlo. El no odiaba a Wei Wuxian, se había sentido dolido y molesto por toda la situación pero jamás había pensado que se podría dar una situación así. Sabía que había actuado de una forma infantil al no enfrentarlo y pedir una explicación pero no creyó que él se iría con su hijo para no regresar.
Algunos meses pasaron, la situación de los grandes clanes se fue calmando, un periodo de paz y armonía empezó a gestarse.
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Cerca de Yiling, en una cabaña, un joven con un abultado vientre veía jugar a un pequeño de siete años.
-A-Yuan no te ensucies, tu tío vendrá de visita y te vera sucio- dijo el joven
-Lo siento A-Niang- se escuchó del pequeño mientras sacudía el polvo de sus túnicas negras y rojas.
Por el camino se vio llegar a un joven de túnicas oscuras, el pequeño salió corriendo a su encuentro.
-Tío Ning- grito el pequeño
-A-Yuan con cuidado- grito el joven mientras el otro tomaba al niño en brazos y lo cargaba hasta la cabaña.
-Buenos días Maestro Wei- dijo haciendo una reverencia
-Buenos Días Wen Ning. Ya te he dicho que no me digas maestro- dijo el joven Wei
