-Dime algo que no sepa.
-Te odio.
***
Kim SeokJin cree tener todo bajo control, pero cuando se enamora todo se escapa de sus manos. Al parecer lo que creía no era tan cierto, y todo el mal que hizo se le regresará hasta dejarlo destruido.
Inicio: ma...
Cuando SeokJin llegó, vio como las cosas en la habitación estaban desordenadas y como parecía que un huracán había pasado por toda la casa.
Se asustó. Y lo primero en lo que pensó fue en KangHee.
—¡KangHee! —gritó su nombre buscando por el lugar algún rastro de ella. Lo más mínimo servía.
Revisó todas más habitaciones, rincón por rincón viendo si estaba en alguna parte, pero no la hallaba. Desesperado marcó el su número, pensando en qué tal vez habían robado, en había una posibilidad de que su novia no estuviera en casa mientras eso podía haber sucedido. Fue a revisar las grabaciones de cámaras. Sabía que a KangHee no le habría agradado esa idea, pero en un momento así sentía que era de vital importancia.
No había nada. Parecía que ninguna de las cámaras había estado funcionando, es más, podía admitir que todas las grabaciones de ese día estaban estropeadas, y se acrecentó su miedo de no saber dónde estaba su pareja. No contestaba su teléfono, tampoco le llegaban los mensajes. Con el corazón apretado tomó asiento en uno de los sofá para intentar calmar su respiración.
¿Cómo era posible? ¿Qué había sucedido? No le importaba si querían robarle todas sus cosas materiales, pero KangHee... Ella era irremplazable. Agachando su mirada al piso se percató de un pequeño papel, tan pequeño que por poco no lo había visto. Lo tomó pensando en que su novia se caracterizaba por ser alguien muy limpia, nunca había ni siquiera una pelusa en el suelo del lugar.
Estaba arrugado, tanto que parecía estar compacto. Pero cuando lo logro estirar su corazón se detuvo por un momento. ¿La habían raptado? No, no lo podía creer.
—¡KangHee! —la volvió a llamar pensando que era una broma. Pero caminando hacia la cocina se dio cuenta de que el desorden era mayor, e incluso vio unas manchas que esperó que no vinieran de su novia.
Otro papel apareció, y entonces pensó en lo que tenía que hacer. Los papeles decían que la tenían y que si la quería de vuelta tenía que ir al dejar el monto que se le pedía sin decirle nada a nadie. Por mucho que todo sonara como el peor de los casos, pensó en que era lo correcto. KangHee era la persona que más en la vida y no iba a permitir que alguien le hiciera daño. No por lo menos mientras estuviera vivo.
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