03

265 35 3
                                    

—KangHee... M-más lento, por favor.

SeokJin gimoteó cuando su novia se movió con más brusquedad logrando que todo su cuerpo se retorciera en un tortuoso placer. Él amaba tomarla lentamente, con cuidado y de preferencia por la noche bajo las mantas, pero por lo visto su pareja tenía otros planes en mente. Y aunque le gustaba como lo estaban haciendo, prefería mil veces más hacerlo de forma delicada.

—Los bebés no se hacen solo con amor, Jin —le molestó.

Quería acabar rápido, pero a la vez tenía que admitir que le gustaba acostarse con él. Puede que la monotonía la tuviera mal, tal vez incluso ya se estaba volviendo loca por estar tanto tiempo a su lado, no lo sabía, pero tenía claro que le encantaba ver a ese hombre moldeandose entre sus dedos como si se tratara de algún tipo de masa.

Sus ojos que le veían bañados en súplica y sus expresiones faciales que le rogaban bajar el ritmo. Él no había tenido nada de piedad al momento de acabar con su familia, ¿ella tendría que tenerla con él? No. Claro que no. Pensando en ello aumentó incluso más la velocidad de sus movimientos. Quería acabar con él y no importaba la manera en que lo lograría.

De alguna forma lo destruiría.

Lo dejaría rogando.

En pedazos.

SeokJin gimió sintiendo como si todo su cuerpo estallara en miles de sensaciones placenteras. Tomó la cintura ajena buscando un poco de estabilidad, y finalmente su cuerpo se sacudió al liberarse en el interior de su novia. KangHee tuvo que soportar verlo en aquel estado y acercó su rostro para poder besarlo y así distraerse un poco.

En el fondo aún habían algunos buenos sentimientos hacia él, pero todo se veía eclipsado cuando recordaba lo que le había hecho a quienes amaba. SeokJin no tenía el perdón de nadie y en algún punto iba a pagar cada uno de los pecados que había cometido en el pasado.

—Te amo tanto —confesó en un suspiro, cansado. Su pecho subiendo y bajando mientras intentaba recuperar el aliento.

—Y yo a ti —le respondió con cualquier indicio de placer desvaneciéndose como por arte de magia.

Solo alcanzaba la felicidad por un par de segundos en los que con las yemas de sus dedos tocaba las estrellas, luego todo volvía a la rutina de siempre.

—¿Ya te sientes mejor que ayer?

—Sí, gracias a ti siempre me siento mejor —mintió nuevamente.

—Sí, gracias a ti siempre me siento mejor —mintió nuevamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

19/03/22

❥Lovers to enemies ⁀⋱‿ ♡▕SєơƙJɪɲ ▏⊰۝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora