-Dime algo que no sepa.
-Te odio.
***
Kim SeokJin cree tener todo bajo control, pero cuando se enamora todo se escapa de sus manos. Al parecer lo que creía no era tan cierto, y todo el mal que hizo se le regresará hasta dejarlo destruido.
Inicio: ma...
Pero KangHee no le creía. Todo lo que provenía de él parecía estar sucio. SeokJin no tenía corazón, solo sabía dañarla por mucho que dijera que la quería proteger. ¿Siquiera valía la pena dañar a otros?
—Creiste que todo estaba bajo tu control, pero te metiste con la persona equivocada. Mataste a mi familia y no creas que lo podré olvidar... Cada día que despierto a tu lado siento que voy a morir, ¿y si le pongo un final a ese sufrimiento justo ahora?
Solo tenía que apretar el gatillo. La culpa ya era más pesada que las ganas de vivir, nada importaba. ¿Y qué si se volaba los sesos frente a él? Tal vez que probara un poco de su propia medicina le haría reflexionar, ya ni siquiera le importaba si sufría o no. Su venganza definitivamente acabado desde el momento en que se dio cuenta de que sus pensamientos estaban siendo perturbadores. Ella no era así... Ella nunca había pensado en dañar a alguien más hasta que la impotencia de perder a quienes más quería la consumió.
—Si le vas a disparar a alguien... Disparame a mí —tomó las manos temblorosas de KangHee y giró el arma hasta que apuntó directo a su corazón—. De verdad te amo... Y si acabar conmigo logra hacer que tu mente esté más tranquila... Solo acaba conmigo. Si te hice sufrir, si estás lágrimas son por mi culpa... No quiero que tengas que a volver a verme, y vivo sé que siempre habrá una posibilidad de que me veas.
—Estás loco. Siempre lo has estado y no me di cuenta.
—Solo estoy loco por ti. Así que antes que acabe con ambos... Mátame. Y llévate el arma lejos y nunca la muestres, si es necesario tirala al mar. Esto solo será un ajuste de cuentas y tú podrás seguir actuando como que esto nunca pasó.
Enfermo. SeokJin en serio estaba enfermo. Tan enfermo que él mismo apretó el gatillo y con una sonrisa en sus labios calló nuevamente hacia atrás mientras la sangre salía desde su pecho manchando su ropa. Estaba loco, desquiciado y ella había compartido tantos días bajo el mismo techo.
Y KangHee nunca lo podría olvidar.
Así que por mucho que era una opción tomar el arma y marcharse para empezar desde cero. Prefirió dispararse mientras veía esos ojos desquiciados observandola hasta sus últimos segundos.
Habían vivido como amantes, pero morirían como enemigos.
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