Overlord: La Princesa Dorada

Movimiento II: El último verano de Re-Estize (2)

[Mes del Fuego Superior, Día 12]

Renner estaba solo. Sentada junto a la ventana, dirigió su mirada hacia el patio de abajo. Aunque tres pisos más arriba, fue capaz de ver con suficiente claridad el objeto de su afecto, Climb. Estaba acurrucado en una formación de tropas, corriendo por el césped en una carga simulada. Era raro que los vecinos de Valencia permitieran que se celebrara un régimen de entrenamiento en el exterior, esto sobre la base de la salud de la vegetación. Los jardineros no dejaron que esto sucediera sin contención, pero Jelka no podía soportar que sus hombres pasaran más de dos meses entre ejercicios externos. Para los hombres en sí, era un día de campo preciado, y aunque el trabajo se volvería agotador a medida que el sol también salía y su cenit, era un día de actividad muy divorciado de la lúgubre torre donde generalmente mejoraban.

Qué juveniles son todos; sacándose del wabe. Supongo que no puedo menospreciar esos deseos. Parece ser algo divertido, un movimiento alegre. Jelka hace todo lo posible para mantener esto como un asunto serio, pero las sonrisas en sus rostros parecen lo contrario. Qué existencia. ¿Eh? Primer lugar en ese dash Climb! Qué logro. Tendré que encontrar una manera de recompensarlo más tarde.

Renner estaba animando internamente a Climb. Verlo hacer ejercicio, incluso si no estaba en competencia, era para ella placentero. Había otros espectadores, en su mayoría el personal del palacio, casi todas mujeres. Particularmente para los ejercicios sin placas, las sirvientas en el palacio siempre encontraban su excusa para terminar en el extremo norte y para poner sus ojos en la ráfaga de hombres. Esta no era una consideración de ídolo; el estatus socialmente exigido requerido para entrar en Valencia era tan alto, incluso las sirvientas eran de sangre alta de casas menores, esas mujeres estaban observando a los Caballeros por los rasgos de la pretendiente. Renner pronto encontraría su excusa también, y descendería de su habitación a uno de los pequeños espacios de descanso cubiertos por el sol en el césped del palacio, esto a una distancia no demasiado cercana como para inspirar la conversación ni demasiado lejos como para dejar que la inteligibilidad de la escena se desvaneciera en el día. Esto no era para fingir que esto no servía a las necesidades más bajas de esas mujeres (y tal vez un hombre o dos) involucradas, y observaban no solo en la evaluación, sino también en el hambre.

La forma en que sus piernas se mueven, la musculatura ondulando debajo de la piel. Qué carne tienes. Qué tan efectivo y controlado es. Debe doler moverse así, construir su cuerpo de tal manera que su fuerza sobresalga de su forma. ¡Ah, cautivador! No puedo evitar preguntarme cómo sería ser hombre.

Renner consideró ociosamente el pensamiento y lo descartó. Tenía poco interés en el tema del género, además de cómo la había sometido a los testamentos de su padre. Ella sabía de cierta diversidad de pensamiento, y que el imperio había poseído durante mucho tiempo un grupo de individuos que no estaban tan aferrados a su manifestación física del sexo como los de Re-Estize también deberían. Renner marcó una marca de verificación más en su lista de ignorancias culturales, resolviendo leer más literatura tutulica una vez que terminó la estratagema de el regalo de El-Nix. En un salto particularmente impresionante de su cachorro, dejó que sus sentimientos se volvieran audibles y dio un pequeño chillido. Fue una rara revelación de sus pensamientos internos, uno nacido solo de su absoluta confianza en su privacidad.

Ah, si tan solo pudiera arrastrarte aquí y montar, ¿oh? Una llegada. Una inesperada en eso.

Hubo una lucha por la puerta norte, un cuadrilátero de vigilantes corriendo hacia ella. Golpeando la palanca, la puerta se disparó hacia arriba frente a los contrapesos. En montó una docena de caballos a plena marcha, pero los jinetes rápidamente sacaron a los caballos de su galope.

Ese es Gazef, sus lugartenientes Unera, Opiclus, pero no veo a Yinervel. No, no veo a Gerhart, Kilijen, Forthrast, Welldon. Ese soldado allí, Jal, su sargento de escuadrón no está presente, sin embargo, está viajando con un variopinto grupo del resto. Los rankings están llenos de agujeros. No regresan triunfantes. No, no son vencedores, sino sobrevivientes.